La revolución semiótica, arma pesada del sistema.
Sábado 26 de noviembre a las 19:30h
salón de actos de la CNT-AIT Madrid
plaza Tirso de Molina 5 - 2º izda.
ponente: José Luis García Rúa (CNT-AIT Granada)
Vivimos en el mundo de la mercancía, pero ésta no es ya sólo la que sale del ámbito industrial o agrario mediada por las diferencias entre valor de uso y valor de cambio.
Para el dominio total del ciudadano trabajador y consumidor, el Sistema requiere el dominio del lenguaje que se convierte así en el campo fundamental de dominación. De siempre el Estado dominó por la ideología, pero los avances tecnológicos concretados en la revolución semiótica transforman y multiplican indefinidamente sus efectos.
En esa necesidad de comunicación ideológica, el medio es el mensaje y el medio es el instrumento sin respuesta del capital. A través de él, se busca la creación del “ciudadano flexible” que ha de constituir la norma de la gestión política de las multitudes. Vigilar y castigar esa es la misión a la que concurren los medios de comunicación que representan la pirámide invertida con el monopolio de la palabra. Principio fundamental: lo que no sale en los medios, no existe.
Así se configura el tapabocas de toda la sociedad dominada y se establece el orden del día de todas las sociedades. La racionalidad de la técnica es, en nuestro mundo, la racionalidad de la dominación, y la instrumentalización de las cosas por esa vía es sólo un paso para la instrumentalización de las personas. Los grandes multimedia son los paralelos de las grandes transnacionales. Son los auténticos megasistemas de control social. Vivimos, así, encerrados en la cárcel del código, y de ella urge liberarnos para romper la espiral de silencio que nos amordaza.
Para el dominio total del ciudadano trabajador y consumidor, el Sistema requiere el dominio del lenguaje que se convierte así en el campo fundamental de dominación. De siempre el Estado dominó por la ideología, pero los avances tecnológicos concretados en la revolución semiótica transforman y multiplican indefinidamente sus efectos.
En esa necesidad de comunicación ideológica, el medio es el mensaje y el medio es el instrumento sin respuesta del capital. A través de él, se busca la creación del “ciudadano flexible” que ha de constituir la norma de la gestión política de las multitudes. Vigilar y castigar esa es la misión a la que concurren los medios de comunicación que representan la pirámide invertida con el monopolio de la palabra. Principio fundamental: lo que no sale en los medios, no existe.
Así se configura el tapabocas de toda la sociedad dominada y se establece el orden del día de todas las sociedades. La racionalidad de la técnica es, en nuestro mundo, la racionalidad de la dominación, y la instrumentalización de las cosas por esa vía es sólo un paso para la instrumentalización de las personas. Los grandes multimedia son los paralelos de las grandes transnacionales. Son los auténticos megasistemas de control social. Vivimos, así, encerrados en la cárcel del código, y de ella urge liberarnos para romper la espiral de silencio que nos amordaza.