La bandera del Consejo de Aragón bajo el que se agruparon en 1936 y 1937 las fuerzas antifascistas que hicieron frente a las tropas golpistas acaba de ser recuperada. Hasta ahora no se tenían evidencias físicas de esta enseña y sólo había referencias documentales.
Tras el Alzamiento franquista de julio de 1936, Aragón quedó dividido en dos partes. El oeste de la región quedó bajo control de los militares sublevados con Zaragoza como capital, mientras que el este quedó en manos de los antifascistas, llegando a impulsar una de las más exitosas experiencias de comunismo libertario mediante la ocupación de tierras y su posterior colectivización.
En ese espacio libertario, tras una asamblea convocada en Bujaraloz, se creó en octubre de 1936 el Consejo Regional de Defensa de Aragón, también conocido simplemente como Consejo de Aragón, bajo la presidencia de Joaquín Ascaso, militante de la CNT, que mantuvo una tensa relación tanto con el Gobierno republicano burgués como con la Generalitat de Catalunya.
Sin embargo, a comienzos de 1937 formaron parte también del Consejo de Aragón otras fuerzas que integraban el Frente Popular, aunque la CNT mantuvo a Joaquín Ascaso como presidente, así como importantes consejerías como Orden Público, Información y Propaganda, Agricultura (la colectivización de las tierras era uno de los principales objetivos de esta institución), Trabajo, Transportes y Comunicaciones y Economía Abastos. Finalmente, el Consejo fue disuelto por el estalinista Enrique Líster en octubre de 1937, siguiendo órdenes del Gobierno de Juan Negrín, llevándose los anarquistas la peor parte, ya que 700 fueron detenidos en Aragón por las fuerzas republicano-burguesas, entre ellos los miembros del Consejo, que llegaron a ser acusados de «contrabando de joyas» por las autoridades gubernamentales. Ascaso permaneció preso durante 38 días en la cárcel de Sant Miquel de Reis, cerca de Valencia, hasta que logró huir al Estado francés y posteriormente exiliarse en América Latina, muriendo en Caracas en 1977.
El Consejo de Aragón contaba con una bandera propia, diferente de la utilizada por la República española, y que era empleada en los actos oficiales de la institución. Tras su disolución y la toma franquista del este de Aragón, la enseña desapareció, dándose por perdida. Únicamente existían referencia documentales de la enseña.
75 años después, el coleccionista catalán Rubén Martínez la ha recuperado y la presentó en Caspe, la antigua sede del Consejo, en el marco de un ciclo de mesas redondas sobre 1936. Martínez la adquirió en un anticuario, según explica Valentín Cazaña en el diario aragonés «Arredol».
Tras descartar que se tratase de una bandera catalana, Martínez se puso en contacto con los historiadores aragoneses Amadeo Barceló y Agustín Martín, llegando a la conclusión de que se trataba de la bandera del Consejo de Aragón.
Banderín de coche.
La enseña, presentada en Caspe el 19 de noviembre, es un banderín de coche, presumiblemente perteneciente al vehículo oficial de Ascaso y tiene la inscripción «cojida (sic) en Caspe el 17-3-1938», por lo que la hipótesis más probable es que fue incautada por las tropas franquistas tras la toma de la capital del Consejo de Aragón y perdida hasta que fue recuperada por Martínez.
En su reverso tiene los colores de la República española y en su anverso pueden verse las barras aragonesas y tres lienzos que recogen los colores de las fuerzas antifascistas: el rojo y negro de la CNT, el rojo de la UGT y el PCE y el morado del Frente Popular.
En cuanto al escudo que aparece es el del Consejo de Aragón, que fue descrita por primera vez en el número tres del periódico «Nuevo Aragón» con fecha de 23 de enero de 1937. Está integrado por cuatro cuarteles. El primero de ellos representa al Pirineo y al Alto Aragón. En el segundo puede verse un olivo que simboliza el Bajo Aragón, mientras que el tercero representa a la provincia de Zaragoza a través de un puente y el río Ebro. Por último, en el centro del escudo de la bandera con un fondo rojo, se ven unas cadenas rotas que simbolizan «la liberación que supone el gobierno del Consejo de Aragón sobre un nuevo Aragón que renace. Este renacimiento es representado por un sol resplandeciente», según recogía la descripción realizada en el periódico «Nuevo Aragón» en 1937.