lunes, 10 de febrero de 2020

Antoine Nieto Galindo, será entregado a Francia por la Audiencia Nacional



El pasado 5 de febrero, la Audiencia Nacional comunicaba a la defensa de Antoine Nieto Galindo, que el recurso presentado contra la orden de entrega por los hechos de París, ha sido desestimada. Por tanto, en diez días, será entregado a Francia. La Audiencia Nacional, continuación pseudodemocrática del antiguo Tribunal de Orden Público franquista, no ha dudado en hacer caso omiso a las pruebas presentadas por la defensa de Antoine de que estuvo localizable en España en las fechas en que tuvo lugar la sentencia en rebeldía, por lo que los delitos, del año 78, están en todo caso prescritos. De nada ha servido que la ley de extradición reconozca como motivo de sobreseimiento la prescripción y que contemple la posibilidad de que la autoridad judicial española archive el caso desde aquí. No ha habido voluntad de negar la entrega, ni ahora, ni durante las décadas que llevan en vigor las distintas órdenes.

Esta es la justicia que tenemos en la España que se supone democrática. Los responsables de la crisis económica: los financieros, patronos, políticos corruptos, que hacen que hoy en este país, haya dos millones de niños por debajo del umbral de la pobreza, libres para seguir adelante con su crimen. Nieto Galindo, por el robo de poco más de mil euros en 1978, en un atraco en el que nos dice que ni siquiera estuvo, ha estado reclamado durante cuarenta años por la policía francesa, y sus fiscales, con la complicidad del estado español. ¿Por qué tanto empeño?, ¿cuál ha sido su crimen para no dejarle descansar ni un solo día de esa amenaza, aun estando enfermo de cáncer, con 67 años de edad?

El era el chico, el más joven de los cinco atracadores más buscados por el estado francés a finales de esa década, entre los cuales estuvieron Jacques Mesrin, y François Besse. En el interrogatorio que los agentes franceses le hicieron en Murcia II en el año 79, uno de ellos, le dijo “nos quitamos el sombrero” por la forma en que había podido eludir a la justicia burguesa. ¡Ah, pero esto, claro, es una invención nuestra, dado que, según la sentencia del año 98, estaba fugado e ilocalizable!

¿Hay que repetir que Antoine era a día de hoy el preso más antiguo en España, y que su historial de lucha anticarcelaria data de los tiempos de la Copel, en que se consiguió la última amnistía de presos sociales? Impensable una amnistía hoy en este país, ¿verdad? Muy distintos los presos de hoy, y muy distinta la sociedad actual. Mientras el pueblo olvida, el estado francés y el español, retienen muy buena memoria de quién es Antonio Nieto Galindo. Demasiada.

Tenemos esperanza de que una vez en Francia, cuando por fin permitan acceder a su expediente a la defensa que la sección hermana de CNT-AIT en Francia nos ha procurado, por fin pueda ponerse fin a este montaje absurdo, por las múltiples evidencias documentales que prueban que lo es. Porque en todo momento los estados que persiguen a Antoine, han poseído estos mismos documentos, es más, lo han tenido preso, o en libertad condicional, casi ininterrumpidamente.

La campaña por su libertad sigue en marcha, y se está dando a conocer su historia. A todos los que están difundiendo pedimos, que esto no pare. Que esto sirva para cuestionar la institución de la cárcel, la validez de la justicia y el estado burgués. Y que 41 años después, los que nacieron desde ese año 78 en que se promulgó la actual Constitución, sobre la cual nadie menor de 60 años ha tenido la oportunidad de emitir aprobación o rechazo mediante referendum, se pregunten acerca de la legitimidad de este régimen y el sistema económico que lo sostiene. Porque son muchos los que durante la llamada “Transición”, dejaron sus vidas por una sociedad verdaderamente democrática, libertaria. Entregando a Antoine, la Audiencia Nacional, una vez más, demuestra ser la continuación del tribunal fascista para la represión de la oposición al régimen. ¿O acaso esto es otra cosa que una venganza? Porque siempre somos los mismos. Nunca nos escapamos de esta justicia hecha a medida de los ricos y los poderosos. No dejemos que se repita la historia. Es cuestión de justicia social y de memoria histórica.

Si nos tocan a uno, nos tocan a todos.