El barco saudí Bahri Yanbu, anclado desde la tarde del domingo en el puerto de Bilbao, ha cargado hoy lunes material explosivo que, según temen distintas organizaciones de derechos humanos, podría ser empleado en los ataques contra la población civil en Yemen, donde la ONU calcula que se han registrado ya más de 200 mil muertes.
La carga se ha producido en torno a las 18.00 en medio de un gran hermetismo. Según ha podido confirmar Público, al menos un camión escoltado por la Guardia Civil ha accedido al puerto vizcaíno con un contenedor que llevaba etiquetas de explosivos.
Posteriormente, efectivos de Bomberos han participado en las labores de carga del barco, siguiendo lo estipulado en los casos de "mercancías peligrosas". Los bomberos abandonaron el puerto en torno a las 19.00h.
De momento se desconoce por completo la cantidad de material cargado. Tampoco se sabe cuál será su utilización ni su destino final.
Silencio oficial
No en vano, desde instancias oficiales han vuelto a optar por el más absoluto silencio en torno a este asunto. Se trata de un tema delicado: si los explosivos cargados en el buque saudí son empleados en los ataques contra Yemen, supondría una vulneración del Tratado Internacional sobre Comercio de Armas, ratificado por España.
En ese contexto, en la Delegación de Gobierno en Bilbao indican que cualquier información sobre la actividad del buque saudí en el puerto vizcaíno debe ser tramitada ante la Autoridad Portuaria. Sin embargo, en la Autoridad Portuaria despachan la consulta vía correo electrónico, con apenas 16 palabras que nada aclaran. "La Autoridad Portuaria de Bilbao no da ninguna información al respecto sobre el atraque de buques", dice la versión oficial.
Mientras nadie sabía nada, en los alrededores del puerto de Bilbao –situado en realidad en el término municipal de Santurtzi, a unos 15 kilómetros de la capital vizcaína–, varias personas desplegaban una pancarta amarilla con un lema en euskera y castellano. "Gerra hemen hasten da. La guerra empieza aquí". También llevaban una bandera de Ongi Etorri Errefuxiatuak (Bienvenidos Refugiados).
Desde esa organización de solidaridad con las personas migrantes denuncian, precisamente, que la guerra empieza allí, en el puerto de Santurtzi. Lo gritaron a viva voz hace un par de años, hasta que la naviera Bahri dejó de utilizar, por razones nunca especificadas, esa terminal marítima y pasó a cargar armas en Santander, Motril o Sagunto.
Falta de transparencia
En efecto, la Ley de Secretos Oficiales del franquismo es una pieza clave de esta historia. Gracias a esa norma, el negocio de la venta de armas se mantiene bajo un absoluto hermetismo, de forma que las actas de la Junta Interministerial para el comercio y control del material de defensa y tecnologías de doble uso (JIMDDU) tiene garantizado que sus resoluciones en torno a la concesión de licencia de venta de armas no saldrá nunca más allá de sus paredes.
Greenpeace –integrante junto a AI, Intermón Oxfam y FundiPau de la plataforma Armas Bajo Control– remarcó también que el nuevo Gobierno "debe explicar si se siguen exportando armas españolas que pueden utilizarse en Yemen contra civiles", al tiempo que advirtió que la Ley de Secretos Oficiales "impide a la sociedad obtener información sobre el comercio de armas".