La huelga general francesa ha puesto en alerta al capital y sus servidores en distintos países europeos. En el Estado Español, donde el paro bate récords, confían en Toxo y Méndez para evitarla. El aparato dirigente de CCOO y UGT apuesta públicamente por la paz y el diálogo social, es decir, por repetir la fórmula de la desmovilización y la conciliación con la patronal y el gobierno como supuesta solución a la crisis y a sus efectos sobre los trabajadores. Mientras el desempleo crece y los ERE's se multiplican, la patronal reclama nuevos recortes salariales para intentar recuperar su alicaída tasa de ganancia a costa del sufrimiento y los derechos de los productores. Pero hay otras salidas a "su" crisis: trabajar menos para trabajar todos (jornada semanal de 35 horas sin reducción salarial, jubilación a los 60 años con el 100% de la pensión...), prestación por desempleo indefinida hasta la obtención de empleo, aumento generalizado de los salarios empezando por el SMI, puesta en marcha de un plan de obras públicas y sociales en beneficio de la mayoría social, denegación de los ERE's... Medidas, sin embargo, que ninguno de los gobiernos actuales ni de la izquierda domesticada están dispuestos a tomar o a proponer. Parece claro que, en ese contexto, el reto para la izquierda sindical, si verdaderamente quiere contribuir a revertir la situación, es apoyarse e impulsar la unificación de los movimientos de resistencia de los trabajadores para ir abriendo camino a la perspectiva de una movilización general que frene los planes de miseria del capital y de sus gobiernos y que plantee verdaderas alternativas favorables a los trabajadores.
