Los miércoles es día de cola ante el número once de la calle Benjumeda, en Cádiz. Los Caballeros Hospitalarios entregan ese día alimentos a las familias más necesitadas que acrediten su precaria situación con un justificante de ingresos. La fila se ha hecho más larga y populosa con el paso del tiempo. Un centenar de personas acude una vez por semana al mostrador de esta organización a recoger garbanzos, aceite, lentejas, azúcar y víveres no perecederos. Lo que más sorprende, es el perfil de quienes solicitan la ayuda: Son familias que han gozado de una posición económica estable durante años y la crisis los ha dejado en la indigencia.
El último dato del paro correspondiente a septiembre dejaba a la provincia en muy mal lugar. Cádiz encabezaba la lista nacional con un incremento de 7.024 parados, lo que supone un 4,3% más que el mes anterior y una cifra total de desempleados de 167.978 personas.
La estadística ha puesto de manifiesto que 45.240 parados gaditanos se encuentran sin percibir en estos momentos ayuda oficial alguna. Sobreviven sin ningún tipo de ingreso reconocido. La cifra ha ido en aumento desde el pasado enero, con 27.943 personas que se encontraban en esta misma situación. Suma y sigue. La información de la Tesorería de la Seguridad Social demuestra que Cádiz es la provincia andaluza donde hay más personas que han agotado la ayuda por desempleo. El Banco de Alimentos, a través de organizaciones como Cruz Roja, Cáritas o los propios Caballeros Hospitalarios, repartirá este año 1.400 toneladas de comida sólo en la capital. La cifra marea y, al mismo tiempo, asusta ya que Cádiz se sitúa en un nivel de necesidad doméstica semejante al de Madrid, Barcelona y Sevilla. El incremento experimentado en Cádiz por el Banco de Alimentos supera al 30%, es decir, si en 2009 destinó 1.078.408 kilos de víveres, ahora el volumen es de 1.400.000 kilos.
La situación está provocando una seria fractura social y muestra su preocupación por los parados que ya han agotado sus prestaciones y por otros muchos que, tanto por temporalidad como por precariedad no tienen ni siquiera la opción de poder acumular tiempo de trabajo suficiente para poder percibir algún tipo de prestación.
El último dato del paro de septiembre ha sido demoledor para la provincia con un incremento de 7.024 parados, de los que 4.560 han sido del sector servicios. De esta forma y a nivel regional se puede advertir que cuatro de cada diez nuevos desempleados en Andalucía procedía del caladero gaditano.
La otra pieza que encaja en este puzzle del drama laboral y doméstico son los 133.000 hogares gaditanos que, según la Encuesta de Población Activa, tienen parados a todos los miembros con edad de desarrollar una actividad. A primeros de mes que el mayor impacto del desempleo del pasado verano ha recaído en personas con edades comprendidas entre los 25 y los 44 años, que han sumado 3.902 parados.