viernes, 8 de octubre de 2010

Chiclana: El Registro Civil inscribirá a Maria Silva Cruz como fallecida


María Silva Cruz " La Libertaria", nieta de "Seisdedos" puede volver, muy pronto, a convertirse en un referente obligado para historiadores y memorialistas. Se está a punto de conseguir, después de una larguísima odisea legal, que un Registro Civil inscriba a Maria Silva Cruz como fallecida. El ejemplo sentará un valioso precedente y servirá de respaldo a todas las familias que continúan enfrascadas en la misma lucha. Según los trámites impuestos por el Juzgado de Chiclana, sólo quedan "un par de cabos sueltos".
Del asesinato de María Silva Cruz se sabe que ocurrió en agosto de 1936; que su cuerpo desapareció arrastrado por la primera ola de la represión fascista, justo después del golpe; que fue detenida y llevada a la cárcel de Paterna por una columna de guardias civiles sublevados; que la acompañaba su único hijo, de 14 meses; que la madrugada del 24 la fusilaron, en un lugar indeterminado, junto a Martín Menacho Díaz y Catalina Sevillano. Desde décadas, se está intentando esclarecer los hechos: pero no se puede investigar un crimen cometido contra una persona que, oficialmente, no está muerta. En la misma situación se encuentran miles de particulares, ya que es muy posible que en torno al 50% de los ejecutados no estén reconocidos.
En 2008, Juan Pérez Silva, hijo de María, presentó en la Audiencia Nacional una denuncia por la detención ilegal y la desaparición forzada de María Silva Cruz. Baltasar Garzón, a quien correspondió la causa por reparto, incoó las diligencias previas. El Ministerio Fiscal lo recurrió, pero el juez no admitió el recurso. Tres días más tarde, para sorpresa de todos los que esperaban que el caso de María Silva sentara por fin jurisprudencia, Garzón se inhibió en un auto en el que remitía la competencia a los juzgados de Instrucción. El 26 de junio de 2009, siete meses después de que comenzara el proceso, el Juzgado de Chiclana se hizo cargo del sumario.
Por lo pronto, tras años persiguiendo el reconocimiento de María Silva como fallecida, se ha logrado que Chiclana publique el edicto que regula su inscripción.
Federica Montseny escribiría sobre ella:
"Tal como es, llena de poesía y tragedia, penetra en la inmortalidad. Es la encarnación y el símbolo del martirio de España. Mariana de Pineda representa un momento de la conciencia y de la vida española. María Silva es la voz, la carne sangrante de un pueblo crucificado".