¿Acabará siendo Andalucía el destino de buena parte de la basura de Nápoles? En la ciudad italiana se acumulan 2.800 toneladas de desperdicios, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades, en lo que ya es una crisis secular que hace de la cuna de Caruso un canto a la cochambre. Para paliar la situación, alguien ha pronunciado en Nápoles el nombre de Andalucía como posible receptora de parte de esa basura.
Quien lo hizo fue el asesor de la provincia para el Medio Ambiente, Giusepe Caliendo, que explicó a los medios de comunicación locales que la tramitación para poder transportar a España las toneladas de basura que ya no puede asumir la ciudad italiana "se está gestionando" y se encuentra "en un buen punto". Eso es lo que dice Caliendo, quien vino a revelar en el transcurso de una rueda de prensa sobre el servicio de recogida de basura en la provincia de Nápoles que se están manteniendo conversaciones con una empresa andaluza. Y hasta ahí. No dio más detalles.
En el caso de que se llegase a un acuerdo las basuras se transportarían por vía marítima. Para iniciar los trámites de envío de los desechos serían necesarias aún varias semanas, durante las que se realizaría el acondicionamiento de los espacios adecuados en las naves habilitadas para ese fin.
Toda esa información procede de Italia. Y con ella también la confusión. Todo en el mismo contenedor. Porque lo que es aquí, en España, y concretamente en Andalucía, nadie tiene constancia de esas intenciones napolitanas. Y evidentemente, una operación de semejante calado tendría que contar, de antemano, con el visto bueno de las autoridades medioambientales de la comunidad; esto es, de la mismísima Junta. Y no lo parece. Tanto es así, que la idea expresada en voz alta por Caliendo parece que a estas alturas se ha escapado por el sumidero.
Esta intención que baraja Nápoles de mandar la basura al extranjero como quien exporta pizzas está motivada por la negativa del resto de las provincias de la región de Campania, así como de otras zonas italianas, a hacerse cargo de los desechos que produce la ciudad. Y si son 2.800 toneladas de inmundicia las que se levantan como barricadas en las calles de Nápoles, en la provincia esa cantidad llega hasta las 10.000.
Si ya somos de por sí el culo de Europa, ahora nos convertirán en su escupidera... Sin comentarios.
Quien lo hizo fue el asesor de la provincia para el Medio Ambiente, Giusepe Caliendo, que explicó a los medios de comunicación locales que la tramitación para poder transportar a España las toneladas de basura que ya no puede asumir la ciudad italiana "se está gestionando" y se encuentra "en un buen punto". Eso es lo que dice Caliendo, quien vino a revelar en el transcurso de una rueda de prensa sobre el servicio de recogida de basura en la provincia de Nápoles que se están manteniendo conversaciones con una empresa andaluza. Y hasta ahí. No dio más detalles.
En el caso de que se llegase a un acuerdo las basuras se transportarían por vía marítima. Para iniciar los trámites de envío de los desechos serían necesarias aún varias semanas, durante las que se realizaría el acondicionamiento de los espacios adecuados en las naves habilitadas para ese fin.
Toda esa información procede de Italia. Y con ella también la confusión. Todo en el mismo contenedor. Porque lo que es aquí, en España, y concretamente en Andalucía, nadie tiene constancia de esas intenciones napolitanas. Y evidentemente, una operación de semejante calado tendría que contar, de antemano, con el visto bueno de las autoridades medioambientales de la comunidad; esto es, de la mismísima Junta. Y no lo parece. Tanto es así, que la idea expresada en voz alta por Caliendo parece que a estas alturas se ha escapado por el sumidero.
Esta intención que baraja Nápoles de mandar la basura al extranjero como quien exporta pizzas está motivada por la negativa del resto de las provincias de la región de Campania, así como de otras zonas italianas, a hacerse cargo de los desechos que produce la ciudad. Y si son 2.800 toneladas de inmundicia las que se levantan como barricadas en las calles de Nápoles, en la provincia esa cantidad llega hasta las 10.000.
Si ya somos de por sí el culo de Europa, ahora nos convertirán en su escupidera... Sin comentarios.