Se cuentan ya por miles los holandeses que han hecho uso de una
página web que les ayuda a desvincularse de la iglesia católica. Las
últimas declaraciones del Papa parecen estar detrás del descontento
entre estos fieles de los Países Bajos, país cuyo ministro de
Exteriores, Frans Timmermans, ya ofreció unas rotundas declaraciones al
respecto hace unos días.
Y es que el discurso de Navidad que Benedicto XVI dirigió al colegio
de cardenales, en el que atacaba de nuevo gravemente al matrimonio entre
personas del mismo sexo, ha tenido consecuencias en distintas partes
del mundo. Si en los Estados Unidos se presentaba una petición para que
se considere a la iglesia católica “grupo de odio”, en Holanda se ha
producido una avalancha de fieles católicos que desean dejar de aparecer
como tales en los registros oficiales de la iglesia. Para ello están
utilizando los servicios de Ontdopen.nl, donde obtienen ayuda para
elaborar con facilidad, a partir de los datos del bautismo, una
solicitud dirigida a los tres órganos implicados: la Stichting
Interkerkelijke Ledenadministratie (organización que registra los datos
de pertenencia a diferentes confesiones religiosas), la diócesis y la
parroquia. Tom Roes, el creador de la página, explica la elección de la
palabra Ontdopen (que podría traducirse como “desbautizo”) de la
siguiente manera: “Claro que no es posible ‘desbautizarse’, porque el
bautizo es un hecho, pero de esta manera la gente puede darse de baja o
‘desregistrarse’ como católica”. La idea de la creación de la página le
surgió tras conocer cómo había encubierto la iglesia los abusos en
orfanatos, colegios y seminarios católicos.
Los católicos holandeses se han distinguido en varias ocasiones por
su defensa de los derechos LGTB. Cabe recordar la historia del párroco
de la pequeña localidad de Reusel, que, tras negar la comunión a un
joven gay, vio como su iglesia se llenaba de cientos de personas
protestando por su decisión. También perdura en la memoria el estupor
con que se acogió, este mismo año, el descubrimiento de que en centros
regentados por la iglesia católica se había castrado a niños durante los
años cincuenta “para reprimir sus impulsos homosexuales”.
Según datos de hace ya algunos años, los holandeses se declaran
católicos en un 26,6%, un 18,3% dice pertenecer a una de las iglesias
protestantes y un 42,7% afirma no tener ninguna filiación religiosa.