martes, 3 de junio de 2014

Perdiendo el norte



Los viejos hábitos del franquismo no han desaparecido. Casi cuarenta años después de la muerte del dictador, aún hay ayuntamientos en los que sus gobernantes se mueven siguiendo las añejas "tradiciones" del nacional-catolicismo. En Güéjar Sierra, un municipio de poco más de tres mil habitantes situado en la vertiente noroeste del Parque Natural de Sierra Nevada (Granada), el equipo de gobierno (Partido Popular) ha convertido en costumbre regalar un reloj a l@s niñ@s que hacen la primera comunión. Por supuesto, el coste del obsequio va con cargo a las arcas públicas y la entrega se realiza cada año en la parroquia en un acto que siempre preside un responsable municipal.

Hace escasas semanas, el Ayuntamiento regaló 17 relojes a l@s niñ@s que habían finalizado la catequesis y que iban a recibir el sacramento. La entrega del regalo dejó la estampa rancia de un acto ‘cívico-religioso’ celebrado en la parroquia, como se hacía en otros tiempos. Fue una concejala del gobierno municipal, Sonia Castillo, la encargada de dar los regalos en nombre del Ayuntamiento de Güéjar Sierra en una especie de festejo montado con rancio decorado de cumpleaños.

El equipo popular no oculta el ‘detalle’ con el que obsequia a l@s menores que hacen la primera comunión. De hecho, lo difunde en su revista municipal, Plaza Mayor, y en sitios web del Ayuntamiento. La publicación, que dirige la concejal de Cultura, Juventud y Fiestas, Sonia Fernández Fernández, tiene entre sus redactoras a la parlamentaria andaluza Ana Vanessa García Jiménez, según consta en la mancheta de la revista.

El pasado año, el equipo popular regaló 13 relojes a l@s niñ@s que hicieron la primera comunión. En esa ocasión, la encargada de entregar los obsequios fue la teniente de alcalde de Turismo, Familia y Bienestar Social, Estela González, en un acto que también se celebró en la parroquia y en presencia del párroco. “Algun@s niñs que no hicieron la primera comunión se llevaron un berrinche. No entendían que el Ayuntamiento le regalara un reloj a l@s que recibían el sacramento y a ell@s, no”, dice una madre, que prefiere ocultar su identidad... ¿Quizás por ser niñ@s roj@s y ate@s?, nos preguntamos.

En un pueblo pequeño como Güéjar Sierra, controlado por el Partido Popular desde hace 19 años, es muy difícil encontrar a alguien que dé la cara para criticar el maridaje existente entre el poder político y religioso en un estado aconfesional. El municipio conserva formas caciquiles propias de épocas pasadas y l@s mism@s vecin@s que se muestran en contra de que el Ayuntamiento premie a l@s niñ@s que hacen la primera comunión evitan pronunciarse en público. “Lo que hace el equipo de gobierno es anticonstitucional”, dice un padre, previo compromiso de no revelar su nombre. El miedo al "señorito".

La realidad es que el Ayuntamiento ha hecho de la primera comunión un acto institucional. El ritual del regalo del reloj en el mes de mayo no es nuevo. “Esa moda la trajo este alcalde”, comentan en el pueblo al referirse al actual regidor, José Antonio Robles, vicepresidente segundo de la Diputación, que lleva cuatro mandatos consecutivos en el gobierno local.

Much@s ciudadan@s están en contra de una medida que es excluyente y discrimina a l@s niñ@s que no hacen la primera comunión. Es inadmisible que a estas alturas una institución que debe ser aconfesional premie a l@s miembros de una comunidad que profesan determinada religión. Lo cierto es que el ritual forma parte de la agenda municipal del mes de mayo y que el Ayuntamiento de Güéjar Sierra se ha atribuido la “competencia” de premiar a l@s menores que hacen la primera comunión regalándoles un reloj pagado con el dinero de tod@s.