El día 9 de septiembre falleció nuestro querido amigo, compañero y hermano en ideas Pedro García Martínez. Había nacido Pedro el 28 de febrero de 1928, hijo de una familia humilde, cuyos padres emigraron a Barcelona a finales de la segunda década del siglo XX. Desde muy pequeño supo de las miserias a las que se veían abocad@s l@s trabajadoras/es en los miserables barrios de barracas de aquella Barcelona de los años veinte y treinta.
El 19 de julio de 1936 se levantó, si es que durmió esa noche, con el sonido de las sirenas de las fábricas llamando a la clase trabajadora, mayoritariamente afiliada a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT), a defenderse del alzamiento, contra el gobierno de la República y el pueblo, perpetrado por un sector importante del ejército y de la Iglesia Católica. Vivió, a pesar de ser un niño de 8 a 11 años, el ambiente de la Barcelona revolucionaria de 1936 a 1939, conoció las hambres cuando la comida escaseaba y tuvo que ingeniárselas para buscar y llevar comida a su casa.
Cuando el fascismo triunfó, gracias a la No Intervención de las “democracias” europeas y el apoyo de Hitler y Mussolini a Franco, y las tropas franquistas entraban por la Diagonal de Barcelona, Pedro, con sus amigos, sacaron toda la comida y cosas que pudieron y prendieron fuego a los tinglados del puerto, donde hoy está el Museo de Historia de Cataluña, para que los franquistas no pudieran aprovechar nada (en dicho museo, con motivo de la presentación del “Diccionari biogràfic del moviment obrer als països catalans” y tras algunas incongruencias y falsedades de alguno de los ponentes, Pedro se levantó e hizo algunas puntualizaciones y al terminar les dijo: “soy el primer terrorista del franquismo”, ante lo cual los componentes de la mesa se quedaron estupefactos, luego explicó que ello fue así por la quema de dichos tinglados).
Durante la larga y oscura noche del franquismo Pedro fue detenido, apaleado y torturado en la Dirección General de la Policía de Vía Laietana. Siempre me decía que intentó tirarse por la ventana y suicidarse a causa de las palizas que le daban, pero que se lo impidieron cuando estaba a punto de saltar.
Nos conocimos en el local de la CNT-AIT de Badalona a comienzos de 1977, donde militó desde entonces hasta ahora. Él estaba afiliado al Sindicato de Madera y Corcho y yo al de Industrias Químicas. Desde el primer momento conectamos y desde entonces hemos mantenido una relación humanamente muy enriquecedora. Era muy difícil no conectar con Pedro, al que l@s compañer@s de la CNT-AIT de Badalona hemos llamado siempre “Pedro el italiano”, por su cariño a ese idioma. Era una buena persona, siempre con una sonrisa en la boca y siempre sacando punta a todo de una forma alegre y graciosa. A Pedro le encantaban l@s niñ@s pequeños, eso lo sabemos tod@s los que durante los últimos cuarenta años acudíamos al Sindicato con nuestr@s hij@s pequeños y veíamos con el cariño que les hablaba y trataba.
Estaba casado Pedro con Pepita, su compañera de siempre, a la que quería infinitamente. Siempre nos hablaba de sus hij@s y niet@s con un gran cariño y, últimamente de su pequeño biznieto. Las veces que lo hemos visitado en su casa siempre estaba contento y feliz al lado de su compañera.
En los últimos años hemos visto como la edad, por imperativo natural, le iba mermando y el esfuerzo que hacía, como mínimo el día de la Asamblea del Sindicato, para desplazarse desde Barcelona a Badalona. Llegó el momento en que l@s compañer@s tuvimos que decirle que dejara de venir porque se ponía en riesgo y no lo podíamos permitir. Él, con gran dolor y tristeza, me dijo que eso era muy duro, porque tenía dos casas y dos familias, una la que él y Pepita habían formado y la otra era la CNT-AIT y sus compañer@s de siempre. Sabíamos lo que le costó asumir eso, pero no quedaba más remedio, la naturaleza y el tiempo son los que guían nuestra vida y no se puede hacer nada al respecto sino aceptarlo como la realidad que es. Eso sí, el día 1 de cada mes ingresaba su cuota de afiliado a la CNT-AIT y al Centre d’Estudis Llibertaris Federica Montseny de Badalona. En este año 2018 en el Centre d’Estudis publicamos sus memorias “Trazos de una vida”.
Pedro era también colaborador asiduo de nuestra revista Orto, escribía con su nombre o con el seudónimo de Pedro Ibarra.
Con Pedro desaparece un ser humano especial para tod@s l@s que le conocimos, era un compañero, un amigo y un hermano. A lo largo de los últimos cuarenta años hemos visto ir desapareciendo una generación de mujeres y hombres inigualables por sus altísimas dosis de humanidad, de solidaridad y de amor por los seres humanos, por los cuales se pasaron toda su vida luchando por la consecución de un mundo mejor para tod@s, por una sociedad cuyos pilares fuesen la Libertad, la Solidaridad y el Apoyo Mutuo, y para ello no les importó sufrir cárceles, exilios y la propia muerte.
Compañero Pedro, que la tierra te sea leve. Los que te conocimos, los que os conocimos, hemos tenido el infinito placer de haber conocido a una generación de mujeres y hombres inigualables.
Salut y anarquía
Rafael Sánchez García
revista cultural de Ideas Ácatas "Orto". nº 190