miércoles, 5 de marzo de 2008

Milicianos. Nuestras Columnas ( II )




Columnas Célebres

Los Aguiluchos

La Columna Los Aguiluchos de la FAI fue la última de las grandes columnas anarcosindicalistas catalanas. Posteriormente saldrían más milicias de Cataluña, pero ya no lo harían en forma de columna sino de unidades de refuerzo de las columnas existentes. En realidad se había previsto que esta columna fuera una unidad grande —de unos 10.000 combatientes— pero finalmente acabó siendo un refuerzo de la Ascaso —con unos 1.500 milicianos con 200 milicianas— y pasó a ser una columna autónoma. Organizada en los cuarteles Bakunin de Barcelona, fue enviada al frente de Huesca (su cuartel general estaba en Grañén) el 28 de agosto. Salieron al frente de la columna García Oliver y García Vivancos con el capitán José Guarner como consejero militar. Ya en septiembre su jefe, García Vivancos, estaba de acuerdo con la militarización de la columna. Posteriormente se tuvo que enviar un grupo a casa debido a su oposición a militarizarse. La columna se convirtió en la 125 BM y participó en las batallas de Belchite y Fuentes del Ebro, así como en la defensa de Cataluña, pasando a Francia tras la derrota.


La Columna Durruti salió de Barcelona el 25 de julio, formada por unos 2.500 milicianos, y se dirigió directamente hacia Zaragoza, teniendo como objetivo la recuperación de la ciudad. Tuvo un primer combate en Caspe, y cuando ya se encontraba a escasamente 22 km de la ciudad de Zaragoza, los mandos decidieron frenar el avance por miedo a verse aislados y rodeados. A partir de ese momento la columna quedó con escasos suministros y no pudo lanzar un nuevo ataque, por lo que se dedicó a la consolidación del frente defensivo, así como a tareas de propagar y construir la revolución por tierras de Aragón. Instaló su cuartel general en la localidad de Bujaraloz, Zaragoza.

En noviembre Durruti fue llamado para colaborar en la defensa de Madrid, pero no se le permitió llevarse más que a una parte de la columna (unos 1.400 sobre más de 6.000 milicianos). Finalmente la columna fue diezmada en Madrid y Durruti murió allí en combate el 20 de noviembre. Le sustituyó al frente de la Columna Durriti Ricardo Sanz, que acabó aceptando la militarización de la misma, convirtiéndose así en la 26ª División del Ejército Popular Republicano (constituida por las Brigadas mixtas números 119, 120 y 121). Esta división combatió en la batalla de Belchite y en la defensa de Cataluña en enero de 1939.

Posteriormente sus miembros pasaron por los campos de concentración franceses y algunos fueron incorporados a la fuerza en el Ejército francés, siendo los primeros en entrar en París en 1944 para liberar la ciudad. El primer tanque que entró en la capital francesa tras la ocupación nazi se llamaba "Guadalajara", dentro del cual había diversos miembros de esta Columna anarquista. Se trataba de la 9ª Compañía blindada (conocida por su nombre en español La Nueve), de la 2ª División blindada de la Francia Libre.

Sur-Ebro

La columna "Sur-Ebro", también llamada "Roja y Negra", delegada por el ebanista Antonio Ortiz Ramírez (miembro del grupo "Nosotros"), con el teniente coronel de Infantería Fernando Salavera como consejero militar, saldría de Barcelona el 24 de julio de 1.936 por carretera, con unos 2.000 hombres, bastantes de los cuales eran ex-soldados y clases del Regimiento nº 34, y tres baterías de artillería. Su primer objetivo, Caspe, dominada por una compañía de la Guardia Civil y unos 200 falangistas aragoneses, bajo el mando del capitán Negrete. Tras vencer la tenaz resistencia del enemigo, los milicianos, que perdieron unos 250 compañeros, ocuparon la villa, siguiendo hacia Alcañiz, que fue tomada tras breves combates, Entonces, la columna se subdividió: una parte de ella quedó situada en la línea Híjar-Escatrón y la otra se dirigió hacia Belchite, ante cuya población quedó atrincherada tras ocupar Sástago, La Zaida y Azaila.

A primeros de septiembre, a la unidad de Ortiz se le agregó una pequeña columna: la de Carod-Ferrer, que acababa de ocupar el pueblo natal de Goya, Fuendetodos, y se parapetó ante Villanueva de Huerva, Saturnino Carod Lerín, aragonés de raíz, era un destacado dirigente anarcosindicalista barcelonés, mientras que su "asesor técnico" era el teniente de la Benemérita José Ferrer Bonet. Junto a este grupo se encontraba también otra partida que dirigía el anarquista Hilario Zamora, salida de Lérida. Estos dos grupos acabaron por unificarse con la Columna "Ortiz". Lo que también hicieron poco después los 600 soldados llegados de Tarragona, al mando del coronel Martínez Peñalver, al decidir éste su vuelta a Barcelona, por no entenderse según él, con el anarquista Ortiz. Recibirían también refuerzos de algunas columnas valencianas.

El General Pozas, jefe del Ejército del Este, decidió quitar a Ortiz del mando de la 25 división, y situó en su lugar a García Vivancos en el verano de 1937 después de las batallas de Belchite (23 de agosto - 6 de septiembre) y Fuentes de Ebro, donde encontró que Antonio Ortiz era poco cooperativo.

Tierra y Libertad

Tras la Columna comunista catalana "Libertad", llegada a mediados de octubre del 36, llegaría a la capital madrileña la columna "Tierra y Libertad" con mil quinientos voluntarios, bajo la responsabilidad de Federica Montseny y por Diego Abad de Santillán. Su delegado fue el portugués Germinal de Souza. La columna libertaria se formó con voluntarios procedentes de la malograda expedición a Mallorca. Sin embargo, al parecer, la columna se formó a espaldas del Comité Central de Milicias. Al parecer y según el testimonio de García Oliver, la formación de esta columna fue motivo de roces y de enfrentamientos entre los dirigentes de la CNT en el Comité Central de Milicias.

Los "tiznaos"

Ante la escasez de medios y materiales para el combate, se recurrió a proteger con planchas de acero de diferentes grosores algunos vehículos como camiones, autobuses o maquinaría agrícola que empezaron a ser conocidos como "tiznaos" por sus colores de camuflaje. El blindaje de estos vehículos acorazados improvisados no solía ser muy eficaz. En algunas ocasiones los "tiznaos" incluían colchones como medida de protección. A veces, al querer instalar a los vehículos planchas de un mayor grosor para aumentar la protección, se perjudicaba la maniobrabilidad y la velocidad. Los "tiznaos" más improvisados eran puestos fuera de combate rápidamente. Aquellos que habían sido construidos con más cuidado y contando con más medios técnicos duraban más, llegando algunos a sobrevivir a los tres años de la guerra.

Era común que los "tiznaos" estuviesen llenos de pintadas con el nombre de la columna a la que pertenecían y las siglas de algún sindicato u organización obrera.

Nombres de las columnas y sus delegados generales:

Aguiluchos, Miguel García Vivanco
Ascaso, Gregorio Jover
Del Rosal, Francisco del Rosal Rico
Durruti, Buenaventura Durruti
Hierro, Buenaventura Durruti
Sur-Ebro, Antonio Ortiz Ramírez
Tierra y Libertad, Germinal de Souza