A lo largo del siglo 20, un siglo lleno de intolerancia, murieron 150 millones de seres humanos en las dos guerras mundiales y en tantas guerras regionales.
¿Se consiguió la paz con estas guerras? No. El negocio de las armas sigue floreciente. Los presupuestos militares van en aumento, mientras la mayoría de la Humanidad vive en situación de pobreza.
Anualmente, los países del mundo gastan 800 “billones” de dólares al año en armamentos.
¿Qué se podría hacer con esta astronómica suma, con estos 800 mil millones de dólares?
Sólo con la mitad de este dinero destinado para la guerra, se podrían construir en cada país del Tercer Mundo 120 hospitales completos, preparados con los más modernos equipos médicos, y millares de puestos de salud.
Se salvarían tantas vidas como las perdidas a lo largo de todo el siglo 20.
Sólo con la mitad del dinero destinado para la guerra en un año, se podrían sembrar 70 millones de hectáreas de tierra para alimentar a 500 millones de personas, es decir a todos los seres humanos que hoy viven en extrema pobreza.
Se acabaría el hambre en el mundo.
Sólo con la mitad del presupuesto militar de un año se podrían construir 250 mil escuelas en el mundo con capacidad para 180 millones de estudiantes.
Se acabaría el analfabetismo y la ignorancia.
Sólo con la mitad del presupuesto militar de un año — de este primer año del siglo 21— se podrían resolver los problemas más apremiantes de la Humanidad.
Estados Unidos gastó en un año esa misma suma —la mitad del presupuesto bélico mundial, 400 mil millones de dólares— en sofisticados esquemas de defensa y seguridad.
El único escudo protector es la justicia. Cuando los dineros de la guerra se destinen a derrotar el hambre, el analfabetismo y la miseria en el mundo, entonces se conseguirá la paz.
Anualmente, los países del mundo gastan 800 “billones” de dólares al año en armamentos.
¿Qué se podría hacer con esta astronómica suma, con estos 800 mil millones de dólares?
Sólo con la mitad de este dinero destinado para la guerra, se podrían construir en cada país del Tercer Mundo 120 hospitales completos, preparados con los más modernos equipos médicos, y millares de puestos de salud.
Se salvarían tantas vidas como las perdidas a lo largo de todo el siglo 20.
Sólo con la mitad del dinero destinado para la guerra en un año, se podrían sembrar 70 millones de hectáreas de tierra para alimentar a 500 millones de personas, es decir a todos los seres humanos que hoy viven en extrema pobreza.
Se acabaría el hambre en el mundo.
Sólo con la mitad del presupuesto militar de un año se podrían construir 250 mil escuelas en el mundo con capacidad para 180 millones de estudiantes.
Se acabaría el analfabetismo y la ignorancia.
Sólo con la mitad del presupuesto militar de un año — de este primer año del siglo 21— se podrían resolver los problemas más apremiantes de la Humanidad.
Estados Unidos gastó en un año esa misma suma —la mitad del presupuesto bélico mundial, 400 mil millones de dólares— en sofisticados esquemas de defensa y seguridad.
El único escudo protector es la justicia. Cuando los dineros de la guerra se destinen a derrotar el hambre, el analfabetismo y la miseria en el mundo, entonces se conseguirá la paz.