viernes, 16 de noviembre de 2007

Para proteger y servir......


Según un nuevo informe de Amnistía Internacional, la policía española está cometiendo impunemente reiterados actos de tortura y otros malos tratos. En el informe se ponen de relieve casos de personas que han recibido golpes, patadas, puñetazos e insultos de agentes de policía, tanto en la calle como bajo custodia policial. Algunas de estas personas afirman que estaban esposadas cuando las golpearon. Otras aseguran también que las amenazaron con una pistola o un cuchillo, las azotaron en las plantas de los pies y las amenazaron de muerte. En uno de los casos, los policías dijeron al detenido que si no cooperaba violarían a su novia. En otro, la víctima estuvo varias semanas sin oír por un oído a causa de los golpes que los agentes le habían propinado en la cabeza. Las investigaciones de Amnistía Internacional indican que estos casos no son incidentes aislados, sino ejemplos de deficiencias estructurales que afectan a todos los aspectos de la prevención, investigación y castigo de la tortura y otros malos tratos. Amnistía Internacional considera que la falta de medidas de los sucesivos gobiernos españoles para tratar el problema está exacerbando un clima de impunidad que fomenta la aparición de nuevos casos de maltrato. 'Las autoridades españolas deben dejar de negar la existencia de tortura y otros malos tratos a manos de agentes de policía”, señala Rachel Taylor, investigadora de Amnistía Internacional. En muchos casos, las víctimas de malos tratos y tortura a manos de la policía no reciben justicia. Con frecuencia, las decisiones judiciales dan más crédito al testimonio de la policía que al de las víctimas, y éstas pueden acabar en prisión, con su vida personal y profesional arruinada. 'Los agentes de policía se toman a menudo la justicia por su mano, mientras las autoridades hacen la vista gorda ante los procedimientos que utilizan incumpliendo claramente las obligaciones jurídicas internacionales contraídas por España –afirma Rachel Taylor–. Es posible que la tortura no sea una práctica habitual, pero, a pesar de los compromisos contraídos por España en virtud del derecho internacional, no se le pone freno.' Entre los factores que contribuyen a mantener la impunidad efectiva de los agentes de policía figuran obstáculos a la presentación de denuncias, informes médicos incompletos o inexactos, intimidaciones de la policía a los denunciantes y ausencia de sanciones por no haberse identificado a los agentes responsables. 'Mientras el gobierno no tome medidas efectivas para investigar las denuncias y llevar ante la justicia a todos los responsables de tortura y otros malos tratos, los agentes de policía estarán por encima de la ley y seguirá extendiéndose el clima de impunidad', explica Rachel Taylor.