jueves, 11 de septiembre de 2008

Biografías: Nestor Ivanovich Makhno


Nestor Ivanovich Makhno (27 de octubre, 1889 - 25 de julio, 1934) fue un revolucionario anarquista ucraniano que se negó a unirse a los bolcheviques tras la Revolución de Octubre.

Nació el 27 de octubre de 1889 en la aldea de Gulái-Pole distrito de Alexandrovsk del gobierno Ekaterinonslar en Ucrania.

Siendo de familia de campesinos pobres y muriendo su padre a poco de nacer, tuvo que contribuir al mantenimiento de la familia (la madre y cuatro hermanos de corta edad) trabajando desde los 7 años como pastor de vacas y ovejas en verano y acudiendo a la escuela local en el invierno. Habiendo conseguido una pequeña instrucción, comenzó a los 12 años a trabajar como peón en las granjas de los colonos alemanes que proliferaban en esa época en Ucrania. Compartía con un reducido grupo de peones y campesinos el odio hacia las injusticias cometidas por los señores.

Con 16 años participa en la revolución de 1905 y tras contactar con diferentes grupos políticos se organiza en el movimiento libertario realizando peligrosas misiones. En 1908 es apresado por las autoridades zaristas y condenado a la horca por asociación anarquista y participación en actos terroristas. Debido a su juventud la condena fue conmutada por la de prisión perpetua. Es trasladado a la prisión central de Moscú, allí aprovecha su gran biblioteca y traba amistad con Archinoff, también condenado a trabajos forzados. Arnichoff, mucho más culto que Makhno, le ayuda a instruirse profundamente en varias materias. Sometido a un duro régimen por su espíritu rebelde y la organización de protestas contrae una afección pulmonar. Es liberado en 1917, junto con todos los presos políticos, por la insurrección del proletariado en Moscú.

Vuelto a Gulái-Pole comenzó a desplegar una actividad militante incansable y en el verano de 1917, durante el gobierno del demócrata Keresky en Rusia, era presidente del soviet local, de la unión de campesinos regional y de la unión profesional de obreros metalúrgicos y carpinteros.

En ese momento los austroalemanes ocupan el país y el Comité clandestino revolucionario de la zona le encarga, debido a las grandes simpatías de que goza, organizar batallones de obreros y campesinos. Viaja a Moscú en junio de 1918 y se entrevista con teóricos anarquistas en busca de métodos para avanzar en la concienciación libertaria de los campesinos. Pero encuentra a los viejos anarquistas pasivos e indecisos con sus relaciones con los bolcheviques. Sólo recibe consejos estimables del anciano Piotr Kropotkin y recela de los bolcheviques tras una conversación con Lenin.

A la vuelta es apresado por los austriacos, obteniendo la libertad gracias a un judío de Guláiaï-Pole que consiguió reunir una suma considerable. Ya en su región organiza con un trabajo enérgico partidas de guerrilleros voluntarios; la estrategia es apuntalar una región liberada desde la que extender la resistencia y a la vez concretar la revolución sobre bases libertarias. Sus mejores armas eran la temeridad y movilidad de sus escuadrones de caballería (más adelante organizó a la infantería en veloces carros de dos caballos típicos de la región) y, sobre todo, la complicidad de los campesinos, que lo ocultaban e informaban a pesar de las represalias y la quema de sus aldeas. Redactaba manifiestos sobre la Revolución Social, las comunas libres y organizaba reuniones continuamente.

Hay que detenerse en la leyenda negra atribuida a Makhno por los bolcheviques, leyenda que carece prácticamente de todo fundamento. Sin embargo el propio Volin destaca «debilidades de carácter de Makhno» negativas para el movimiento: su afición por la bebida que le producía rasgos autoritarios que le llevaron en alguna ocasión a decidir o imponer cosas al Consejo; reconoce que varios compañeros le señalaban a comandantes con iguales aptitudes que Makhno, en especial Kusilenco, excelente estratega, política y moralmente superior a Makhno; pero quizá por sus propias debilidades, Makhno era considerado más compañero, más digno de fiar por las masas campesinas.

Es el caso que Makhno, que había recibido numerosas heridas a lo largo de los años, sufre un balazo en el vientre el 21 de marzo contra el ejército bolchevique, y, a primeros de agosto es herido en siete ocasiones, la última en el cuello. Temiendo seriamente por su vida el Consejo resuelve su traslado al extranjero (Ucrania ya no es segura) para su curación. El 28 de agosto un destacamento logra romper el cerco bolchevique y cruza el Dniester con un nutrido grupo de heridos, entre ellos Makhno.

Una vez en Rumania la hostilidad de las autoridades le obliga a trasladarse a Polonia. Allí es arrestado, acusado de actividades antipolacas en Ucrania, y juzgado, quedando absuelto. Se traslada a Dantzig donde es otra vez detenido logrando huir a París auxiliado por los grupos anarquistas locales. Obligado a permanecer en París arrastra una existencia penosa, sin poder adaptarse al idioma y al ambiente y sufriendo terriblemente la evolución de sus heridas.

Esporádicamente procuraba mantener cierta actividad, cayendo luego en largos periodos inactivos. Intentó escribir todo lo sucedido en Ucrania pero sólo llegó al periodo de 1918 cuando llevaba tres volúmenes, que fueron editados tras su muerte en julio de 1935. Estaba casado y tenía una hija.

Durante su estancia en París Makhno demandó, mediante escritos y conversaciones, una mayor autodisciplina personal de los anarquistas y una organización capaz de dotar de efectividad y homogeneidad al movimiento. Parece que alabó en una entrevista con miembros de la CNT-FAI, entre los que estaba Buenaventura Durruti, la capacidad organizativa del anarquismo español de esa época.

La relación del Ejército Negro y de los Consejos de Insurgentes con los bolcheviques estuvo muy influenciada por la relación que existía entre Lenin y Nestor Makhno.

La relación personal era nula, pero Makhno admiraba enormemente a Lenin, hasta el punto de que mientras los anarquistas eran aniquilidados en Moscú, San Petersburgo y sus alrededores, pensaba que todo aquello ocurría a sus espaldas.

Makhno y Lenin se reunieron una vez en verano de 1918, cuando el primero huyó de Ucrania al ser esta invadida por los ejércitos austríacos. Durante ese año vivió un tiempo en Moscú, donde se reunió con los dirigentes bolcheviques y promovió la unión de los anarquistas rusos en Consejos populares. Makhno siempre pensó que los anarquistas sólo podían hacerse fuertes si se unían entre sí, y vivió en Moscú con la esperanza de consolidar la creación de un Consejo de Insurgentes ruso.

El encuentro con Lenin desarrolló en Makhno una profunda admiración hacia el comunista, pese a que durante la plática se mantuvieron en desacuerdo pero en términos de máxima cordialidad.

Durante la reunión, Lenin proclamó una frase lapidaria, a la que el campesino fue incapaz de responder: "Los anarquistas siempre están dispuestos a toda clase de sacrificios; son abnegados, pero también ciegos y fanáticos. Dejan escapar el presente por un futuro lejano". En tono más conciliador, después de explicar que Makhno era una excepción dentro de ese grupo, añadió: "Nosotros conocemos a los anarquistas tanto como los conoce usted mismo. La mayoría de ellos, o no piensan nada sobre el presente, o piensan bien poco, a pesar de la gravedad. Y para un revolucionario es vergonzoso no tomar resoluciones positivas sobre el mismo. La mayoría de los anarquistas piensan y escriben sobre el porvenir, sin entender el presente. Esto es lo que nos separa a nosotros, los comunistas, de los anarquistas. Sí, sí: los anarquistas son fuertes en las ideas sobre el porvenir, pero en el presente no pisan terreno firme y son deplorables, ya que no tienen nada en común con este presente.

Fue después de esas palabras cuando Makhno, según él mismo relata, se excusó ante Lenin por no ser más que un campesino poco instruido. No obstante, le informó de las hazañas del Ejército Negro y de las medidas sociales de los Consejos de Insurgentes, explicándole que la naturaleza de sus palabras se debía a su desconocimiento del tema, lo cual era debido a la mala calidad de sus informantes.

Nestor Makhno era un campesino con un sentimiento de libertad demasiado desarrollado, y pensó en la reunión que hablarle de tal modo al mismísimo Lenin era la cosa más natural del mundo.

Fue su único encuentro y es probable que Lenin entendiera al despedirle que era un inculto ingobernable que entorpecería con sus guerrillas la revolución proletaria, mientras que Makhno salió impresionado y convencido de que a partir de ese momento Lenin se esforzaría por informarse mejor.

Debido a esa admiración que en momentos rayó con la idolatría, Makhno fue incapaz de intuir la traición que sufrirían los anarquistas una vez expulsado el Ejército Blanco del país.

Alianza con los Bolcheviques

A principios de 1919 comenzaron los acercamientos entre bolcheviques y rebeldes ucranianos. En el Consejo de Insurgentes existía el común acuerdo de que, pese a las diferencias existentes, guerrear contra el Ejército Rojo pondría en riesgo la revolución en toda Rusia.

El acuerdo para una alianza entre el Ejército Negro y el Ejército Rojo tenía por objetivo unir las fuerzas para acabar primero con la reacción monárquica, estableciendo varias diferencias de los anarquistas con respecto a los bolcheviques, que serían abordadas más detenidamente cuando el Ejército Blanco fuera definitivamente expulsado de Ucrania.

Las claúsulas establecidas en este Tratado de Alianza, eran las siguientes:

a) El ejército insurreccional (Ejército Negro) conservará intacta su organización interna

b) Recibirá a comisarios políticos, nombrados por la autoridad comunista

c) No se subordinará al supremo comando rojo sino esrictamente en lo concerniente a las operaciones milítares propiamente dichas

d) No podrá ser desplazado del frente de Denikin

e) Recibirá municiones y aprovisionamientos igual que el Ejército Rojo

f) Conservará su nombre de Ejército Insurreccional Revolucionario y sus banderas negras.

Al Ejército Negro se le designó, en la formación conjunta, como Tercera Brigada.

Más tarde se le nombró Primera División Insurreccional Revolucionaria.

Cuando se rompió la alianza, recuperó su nombre original.

El acuerdo entre los bolcheviques y los anarquistas fue estrictamente militar, excluyéndose de mutuo acuerdo cualquier cuestión política. En consecuencia los campesinos libertarios mantuvieron su línea revolucionaria a nivel económico y social, según la cual la actívidad absolutamente libre de los trabajadores no admitía poder alguno en su región.

Esta alianza fue estrictamente militar, como demuestra parte del comunicado del II Congreso de Insurgentes el 12 de febrero de 1919:

"Los comisarios políticos y otros designados por el gobierno, no elegidos por nosotros, vigilan cada paso de los soviets locales y reprimen sin piedad a los camaradas obreros o campesinos que se posicionan en defensa de la libertaddel pueblo contra los representantes del poder central.

Este, bautizado gobierno obrero - campesino de Rusia y Ucrania, obece ciegamente al partido de los comunistas - bolcheviques que, en los estrechos intereses de su partido, persiguen de manera innoble al resto de organizaciones revolucionarias.

Detrás de su eslogan de dictadura del proletariado, los comunistas - bolcheviques han decretado su monopolio de la revolución, considerando contrarrevolucionarios a todos aquellos que no piensen como ellos.

El poder bolchevique arresta y fusila izquierdistas y anarquistas, prohíbe sus diarios, ahoga cualquier manifestación de la palabra revolucionaria."

En este II Congreso también se abordó la cuestión agraria, que era incompatible con los planteamientos bolcheviques:

"La tierra no le pertenece a nadie y sólo la puede utilizar quien la trabaje. La tierra debe pasar gratuitamente a manos de los campesinos laboriosos de Ucrania, según una norma igualitaria de trabajo, es decir que debe servir para garantizar las necesidades de cada quien. Hasta la resolución dela cuestión agraria, el congreso desea nque los comités agrarios locales establezcan inmediatamente el inventario de las tierras de terratenientes, tierras comunales y del resto.

Posteriormente dichos comités las repartirán entre los campesinos que no tienen tierra y los que no tienen suficiente para vivir, surtiéndoles así mismo de material para cultivar."

Primer conflicto entre el Consejo de Insurgentes y la autoridad soviética

La coexistencia de la ingeniería social soviética y el libertarismo anarquista era tan difícil de conseguir como la miscibilidad del aceite en el agua. A las pocas semanas de la alianza comenzaron las escaramuzas entre representantes de los soviets y los campesinos insurgentes, y se sucedieron cada vez con más frecuencia durante la primavera del año 1919.

En este ambiente de continua confrontación, se reunió el III Congreso de campesinos, obreros y guerrilleros, en Gulai - Pole, el 10 de abril de 1919. Se proponía fijar claramente las tareas inmediatas y pronunciarse sobre las perspectivas de la vida revolucionaria de la región.

Representantes de 72 distritos, representando a más de dos millones de personas, participaron en él.


Al final del congreso, llegó al Consejo de Insurgentes un telegrama del Comandante Dybenko, de la división bolchevique, declarando contrarrevolucionario al congreso y fuera de la ley a sus organizadores. El motivo era que los congresos de los Consejos de Insurgentes carecían de razón de ser, ya que de entonces en adelante las decisiones gubernativas en la región serían competencia del Soviet Militar Revolucionario de los Obreros y Campesinos Insurgentes.

El Soviet era una instancia con poder ejecutivo, que no podía aplicar otras medidas que las previamente autorizadas por el Consejo de Insurgentes, máxima autoridad civil para los campesinos makhnovistas.

El Congreso comprendió perfectamente el alcance de esta medida, que en la práctica era un Golpe de Estado. El Consejo de Insurgentes votó una protesta contraria, en el acto. La respuesta fue inmediatamente difundida entre los campesinos y los obreros de la región.

Días después, el Consejo de Insurgentes envió a las autoridades comunistas, en la persona de Dybenko, una respuesta detallada, en la que subrayaba el verdadero papel desempeñado por la región en la Revolución. En el mensaje, una frase para la historia: ¿Qué intereses debe defender un revolucionario? ¿Los de su partido o los del pueblo que, con su sangre, pone en marcha la revolución.

Durante los 18 meses siguientes, el Ejército Negro combatió contra los ejércitos Blanco y Rojo.

Si bien el objetivo principal de bolcheviques y anarquistas era el Movimiento Blanco que lideraba el General Denikin, los enfrentamientos entre batallones rojos y negros eran frecuentes. De hecho, Trotski llegó a decir que prefería una Ucrania en manos zaristas que en manos anarquistas.

Segunda alianza con los bolcheviques

La ofensiva del Barón de Wrangel sobre territorio ucraniano durante el verano de 1920 fue arrolladora, y el Ejército Negro perdió sus principales bastiones, incluido Gulai - Pole. El daño que sufrieron los anarquistas fue tan considerable, que durante varios meses telegrafió el Consejo de Insurgentes a Moscú solicitando ayuda.

Moscú ni siquiera respondió.

En septiembre de 1920 el Ejército Rojo sufrió una serie de derrotas que mermaron la moral y el número de combatientes. Las tropas de Wrangel se encontraron en disposición de atacar el Sur de Rusia, una frontera que siempre había guardado la irreductible actividad del Ejército Negro. El día siguiente de perder la ciudad de Ekaterinoslav, las autoridades soviéticas enviaron una delegación plenipotenciaria a la localidad ucraniana de Starobelsk, donde se selló una nueva alianza.

Las condiciones para la paz, recogidas en el Tratado de Starobelsk, eran las siguientes:

Convención del acuerdo militar y político preliminar entre el gobierno soviético de Ucrania y el Ejército insurreccional revolucionario (makhnovista) de Ucrania

Parte 1ª.: Acuerdo político

1. Liberación de todos los makhnovistas y anarquistas presos o exilados en todo el territorio de la república soviética; cese de toda persecución contra ellos, excepto para los que hayan emprendido la lucha armada contra el gobierno soviético.

2. Completa libertad, para makhnovistas y anarquistas, de propaganda pública de sus ideas y principios, por la palabra y la prensa, excepto la incitación al derrocamiento violento del poder soviético ya condición de respetar las disposiciones de la censura militar. Para todas sus publicaciones, los makhnovistas y los anarquistas, como organizaciones revolucionarias, reconocidas por el gobierno, dispondrán del aparato técnico del Estado, sometiéndose, naturalmente, a los reglamentos técnicos pertinentes.

3. Libre participación en las elecciones de los soviets y derecho a ser electos para makhnovistas y anarquistas. Libre participación en la organización del próximo quinto congreso panucraniano de los soviets en diciembre próximo.

Firman: Yakovieff, por el gobierno, y Kurilenko y Popoff, por el movimiento makhnovista.

Parte 2ª.: Acuerdo militar

1. El ejército makhnovista formará en las fuerzas armadas de la República como ejército de guerrilleros, subordinado, en cuanto a las operaciones, al mando supremo del Ejército Rojo. Conservará su estructura interna, sin obligación de adoptar las bases y los principios de organización del Ejército Rojo regular.

2. Al pasar por territorio soviético, hallarse en el frente o atravesarlo, el ejército makhnovista no aceptará en sus filas destacamentos o desertores rojos.

Notas: a) Las unidades o soldados rojos que el ejército insurreccional haya encontrado a la retaguardia del frente de Wrangel y se le hubiesen unido deberán volver a sus propias filas rojas.

b) Los guerrilleros makhnovistas que se hallan a la retaguardia del frente de Wrangel, así como todos los que se hallan al presente en las filas del ejército insurreccional, permanecerán en ellas, aunque hayan sido movilizados anteriormente por el Ejército Rojo.

3. A fin de aniquilar al enemigo común -el Ejército Blanco-, el ejército insurreccional revolucionario de Ucrania informará, a las masas trabajadoras que lo apoyan, sobre el acuerdo concertado, y recomendará a toda la población a cesar toda acción hostil contra el Poder de los soviets; por su parte, el gobierno de los soviets hará inmediatamente públicas las cláusulas del acuerdo.

4. Las familias de los combatientes del ejército insurreccional radicadas en territorio de la República de los Soviets gozarán de iguales derechos que las de los soldados del Ejército Rojo y serán provistas, al efecto, de los documentos necesarios, por el gobierno soviético de Ucrania.

Firmado: Frunze, comandante del frente sur; Belakun, Gussef, miembros del Consejo revolucionario del frente sur; Kurilenko, Popoff, delegados plenipotenciarios del Consejo y del comando del ejército insurreccional makhnovista.

Los delegados makhnovistas sometieron al gobierno de los soviets una cuarta cláusula de orden político:

Uno de los elementos esenciales del movimiento makhnovista es la lucha por la autoadministración de los trabajadores, por lo cual el ejército insurreccional estima de su deber insistir sobre el siguiente punto (el cuarto): en la región donde opere el ejército makhnovista la población obrera y campesina creará sus instituciones libres por la autoadministración económica y política; sus instituciones serán autónomas y vinculadas federativamente, mediante pactos, con los órganos gubernamentales de las repúblicas soviéticas.

Segundo Conflicto entre el Consejo de Insurgentes y la autoridad soviética

La imposibilidad de convivir con los bolcheviques, comenzó cuando el Ejército Negro puso en fuga a las tropas aliadas del Barón de Wrangel, el 15 de noviembre de 1920. A partir de ese momento, el incumplimiento de las autoridades bolcheviques respecto a lo firmado en Starobelsk fue intolerable para los anarquistas.

El 23 de noviembre de 1920 fueron apresados en Gulai - Pole nueve espías bolcheviques, pertenecientes a la XLII División de Fusileros del Ejército Rojo, que confesaron haber sido enviados por el servicio de contrespionaje para conocer los domicilios de Makhno, los líderes militares del Ejército Negro y los miembros del Consejo de Insurgentes. Los espías confirmaron que tenían órdenes de esperar la llegada del Ejército Rojo a Gulai - Pole, que se esperaba entre el 24 y 25 noviembre.

El Consejo de Insurgentes envió una queja formal al Soviet de Kharkhov, desde donde se ofreció una rápida respuesta atribuyendo el tema del espionaje a un malentendido, explicando que se había creado una comisión para investigar el asunto.

Pedro Rybin, secretario del Consejo de Gulai - Pole, se comunicó con el Soviet de Kharkhov en la mañana del 26 de noviembre. Las autoridades soviéticas confirmaron que el asunto dela XLII División sería arreglado a entera satisfacción de los anarquistas.

En la madrugada del 26 de noviembre, unas horas antes de la llamada de Rybin, varios líderes anarquistas habían sido arrestados o asesinados por el Ejército Rojo o la cheka. Dos horas después de la conversación de Rybin, el Ejército Rojo atacó Gulai - Pole sometiéndola a un intensivo bombardeo.

A la misma hora del ataque a Gulai - Pole fueron atacadas las fuerzas del Ejército Negro en Crimea, apenas una semana después de haber expulsado al Ejército Blanco de Ucrania.

El 26 de noviembre por la noche, Volin fue apresado en Kharkhov.

El 15 de diciembre de 1920 apareció en las páginas del diario de Kharkhov El Comunista, la siguiente carta, firmada por el General del Ejército Rojo Frunze, Comandante en Jefe del Frente Sur, fechada desde el 23 de noviembre:

A causa de la cesación de las hostilidades con Wrangel y de su completa derrota, el Consejo Revolucionario Militar del frente sur estima que la misión del ejército de guerrilleros ha terminado. Propone, pues, al Consejo Revolucionario Militar del ejército insurreccional (Ejército Negro) que se ponga de inmediato en acción para transformar los destacamentos insurreccionales de guerrilleros en unidades militares regulares integrantes del Ejército Rojo.

No hay ya razón para que el ejército insurreccional siga existiendo como tal. Al contrario, la existencia al lado del Ejército Rojo de estos destacamentos de una organización particular, que persigue fines especiales, produce efectos absolutamente inadmisibles. Es por ello que el Consejo Revolucionario Militar del Frente Sur prescribe al Consejo Revolucionario Militar del ejército insurreccional lo siguiente:

1º Todas las unidades del ex ejército insurreccional actualmente en Crimea deberán ser inmediatamente incorporadas al IV Ejército soviético, cuyo Consejo Revolucionario Militar se encargará de su transformación.

2º La sección de formaciones militares de Gulai-Pole deberá ser liquidada. Los combatientes serán distribuidos entre los destacamentos de reserva. según las indicaciones del comandante de esta parte del ejército.

3º El Consejo Revolucionario Militar del ejército insurreccional deberá tomar todas las medidas necesarias para explicar a los combatientes la necesidad de estas transformaciones.

Esta carta nunca llegó al Consejo de Insurgentes de Gulai - Pole, ni a ningún otro.