No había comenzado el nuevo curso escolar, y ya volvimos a movilizarnos los trabajadores/as de la enseñanza y otros afectados para luchar contra la regresión sufrida por las escuelas infantiles.
No tuvo grandes emociones la concentración del pasado día 10 de septiembre frente a la Consejería de Educación, comandada por la fundamentalista de lo privado=beneficio económico, Lucía Figar.
Los ingredientes fueron los siguientes:
+ unas/os mil manifestantes, no tan combativos y salados como en otras ocasiones.
+ sindicalistas sosos y subvencionados compartiendo anécdotas vacacionales (como si no estuvieran permanentemente de vacaciones...).
+ señores de azul y pistola en cantidades sustanciosas, muy profesionales, abogando por el orden a empujones ejerciendo de fornido alumno abusón de toda la “chavalería” que allí se congregaba: la pimienta de toda concentración.
Poco más. Allí estuvimos desde las 18 hasta las 20 horas, con ganas de que este no sea más que el inicio de un otoño caliente, esperando que las bases, los trabajadores/as, tomen la palabra, que las protestas del final del curso pasado vuelvan a resurgir para tomar las calles pero con su propia voz, y para ello deben tomar los derroteros del asamblearismo. Algún digno ejemplo ya hay. Que la ética nos dé la dignidad para luchar con la cabeza bien alta. No dejes que nadie te diga lo que tienes que hacer, decir o pensar. Delegando tu responsabilidad a otras personas nunca lograremos cambiar nada.
Contra el delegacionismo, asambleas y acción directa
Si nadie trabaja por ti, que nadie decida por ti