El gobierno español va a gastarse, en plena crisis, más de 1200 millones de euros en comprarse más juguetitos para el ejército. En este caso se trata de 15 cazas “euroflighter”, aviones de “proyección” (modo eufenistoco de llamar a los aviones de agresión e invasión que dfa la idea de que ahora en vez de invadir nos proyectamos hacia el exterior). Si la compra es un despilfarro, la intención es una indecencia.
Responde al compromiso de varios países de la OTAN (Alemania, Reino Unido, Italia y España) de comprar 112 cazas más para el asuntillo de la injerencia que la OTAN hace tanto en Afganistán como en otras zonas “fuera de área” (manera de decir que la OTAN se mete militarmente en otros países fuera de Europa).
¿Cuántos puestos de trabajo dignos podrían soportarse con este pastuncio?, ¿Cuánta cooperación para el desarrollo de pueblos expoliados?, ¿Cuánta investigación solidaria?. ZP quita con una mano lo que promete con la otra.
Pero para más alucinación, resulta que el contrato marco suscrito entre los fabricantes del Euroflighter, sitúa la inversión pública de los estados promotores (España entre ellos) enmás de 10.795,4 millones de euros, de los que 1.598,7 millones corresponden a la fase de Definición y Desarrollo, y los restantes 9.196,7 millones, a la producción del mecanismo de guerra. La idea de los fabricantres es financiar este abusivo e injusto gasto de dos maneras: comprando los avioncitos los estados fabricantes de este arma de muerte y vendiendo el excendente a otros estados ansiosos de comprar material militar de primera ola (es decir, exportando la guerra como negocio, lo que no deja de ser un pésimo logro para las promesas de desarrollo humano y de derechos humanos que al parecer justifican nuestra contrucción europea).
Entre los democráticos compradores del euroflighter encontramos a Arabia Saudí, la India, Corea del Sur, Croacia, etcétera. ¿Podríamos preguntarnos si alguno de estos va a promover una guerrita el breve? No seamos malpensados, se trata de negocios justos, de dividendos de la paz (armada).
Responde al compromiso de varios países de la OTAN (Alemania, Reino Unido, Italia y España) de comprar 112 cazas más para el asuntillo de la injerencia que la OTAN hace tanto en Afganistán como en otras zonas “fuera de área” (manera de decir que la OTAN se mete militarmente en otros países fuera de Europa).
¿Cuántos puestos de trabajo dignos podrían soportarse con este pastuncio?, ¿Cuánta cooperación para el desarrollo de pueblos expoliados?, ¿Cuánta investigación solidaria?. ZP quita con una mano lo que promete con la otra.
Pero para más alucinación, resulta que el contrato marco suscrito entre los fabricantes del Euroflighter, sitúa la inversión pública de los estados promotores (España entre ellos) enmás de 10.795,4 millones de euros, de los que 1.598,7 millones corresponden a la fase de Definición y Desarrollo, y los restantes 9.196,7 millones, a la producción del mecanismo de guerra. La idea de los fabricantres es financiar este abusivo e injusto gasto de dos maneras: comprando los avioncitos los estados fabricantes de este arma de muerte y vendiendo el excendente a otros estados ansiosos de comprar material militar de primera ola (es decir, exportando la guerra como negocio, lo que no deja de ser un pésimo logro para las promesas de desarrollo humano y de derechos humanos que al parecer justifican nuestra contrucción europea).
Entre los democráticos compradores del euroflighter encontramos a Arabia Saudí, la India, Corea del Sur, Croacia, etcétera. ¿Podríamos preguntarnos si alguno de estos va a promover una guerrita el breve? No seamos malpensados, se trata de negocios justos, de dividendos de la paz (armada).