lunes, 10 de agosto de 2009

Italia: desde ayer un inmigrante sin papeles será considerado un delincuente


Ya lo ibamos advirtiendo desde El Miliciano, Mussolini estaría encantado. Pasen y lean. Desde hace pocas horas, en Italia un extranjero indocumentado es un delincuente. Entró en vigor la nueva Ley de Seguridad aprobada el mes pasado por el Parlamento, que establece normas muy restrictivas para los cinco millones de inmigrantes residentes, la mayoría regulares. Ya se produjeron los primeros arrestos -dos personas en San Remo y otros dos en Pescara- y fueron presentadas las primeras de las muchas denuncias que se están preparando. La mayor parte están siendo tramitadas en las prósperas regiones septentrionales de Italia, donde crece un clima de hostilidad, racismo y xenofobia contra los inmigrantes, sobre todo si tienen la piel oscura y provienen de países pobres.

También desde ayer, se han oficializado las rondas callejeras de patrullas ciudadanas para controlar el orden, en medio de las protestas. Auténticas bandas fascistas.

Motor de las iniciativas es la Liga Norte de Umberto Bossi, que va ganando hegemonía en las regiones ricas septentrionales: Lombardía Véneto, Piamonte, Liguria (Génova) y Friuli, aunque la influencia liguista comienza a extenderse hacia el sur, en la Emilia Romagna (Bolonia) y las Marcas (Ancona).

La Liga Norte es el principal aliado externo del partido de la Libertad del premier Silvio Berlusconi. La Liga ha impuesto medidas cada vez más duras para reducir el número de inmigrantes.

Las primeras iniciativas de hacer una ley fuertemente restrictiva de la inmigración incluían como castigo la prisión de los inmigrantes irregulares, pero las protestas aliviaron la pena hasta convertirla en multas de hasta 14 mil dólares.

Algunos países latinoamericanos expresaron su preocupación por la ley. Ecuador, que cuenta con una fuerte comunidad de trabajadores radicados en Italia, manifestó un "profundo rechazo", afirmando que "alimenta la violencia xenófoba. El gobierno de Quito dijo que responsabilizará al gobierno de Berlusconi por las agresiones que puedan sufrir los inmigrantes ecuatorianos en Italia.

Ayer, además de los dos arrestados en San Remo, dos marroquíes fueron detenidos en Pescara y se anunció que ambos serán procesados. Además de las multas, la sanción inevitable es la expulsión. En Bolonia, Milán, Turín y Génova se registraron numerosas denuncias contra inmigrantes ilegales por parte de ciudadanos italianos.

Las nuevas normas amplían hasta seis meses el tiempo de retención de los indocumentados que deban ser identificados. El extranjero que carezca de papeles en regla no podrá realizar ningún trámite en las oficinas públicas. Muchos inmigrantes asiáticos, africanos y latinoamericanos explicaron que el futuro es sombrío para sus familias: muchos niños no podrán ir a la escuela, muchos extranjeros tienen ahora miedo de ir a un hospital o a realizar un trámite por temor de resultar expulsados.

En un siglo, desde 1870, muchos millones de italianos emigraron al exterior y hoy en el mundo son más numerosos los miembros de las comunidades italianas que los 60 millones que residen en la madre patria. A la Argentina fueron tres millones de peninsulares y que 24 de los 40 millones de habitantes de nuestro país tienen al menos en parte sangre italiana. Sin embargo, sobre los argentinos caerá sin piedad todo el peso de las sanciones previstas por La ley de Seguridad.

Los italianos que alquilen viviendas a los inmigrantes irregulares corren el riesgo de ir a la cárcel entre seis meses y tres años. También será más arduo para un extranjero "extracomunitario" casarse con un o una italiana.

Ayer se cumplió un nuevo aniversario de la tragedia de Marcinelle, en Bélgica, cuando los estallidos de gas en una mina causaron en 1956 la muerte de 263 mineros, de los cuales 136 eran italianos. El presidente Giorgio Napolitano envió un mensaje en nombre de la mejor Italia, que aún es numerosa. Dijo que "la integración es un derecho fundamental y los trabajadores deben ser siempre respetados aunque no tengan documentos".

"Debemos reflexionar sobre la plena integración de los inmigrantes", señaló Napolitano. El presidente recordó a las generaciones de italianos "que vivieron el angustioso período de las migraciones de las regiones más pobres del país y afrontaron condiciones de trabajo pesadas y extremadamente riesgosas".