LOS SINDICATOS PASAITARRAS
EL FASCISMO Y SUS PROBABLES CONSECUENCIAS
En el momento de la lucha, la Confederación Nacional del Trabajo está en su puesto.-Las organizaciones obreras al servicio de la Libertad y la causa proletaria.
Al estallar el movimiento fascista en Guipúzcoa, el pueblo de Pasajes, los Sindicatos afectos a la Confederación Nacional del Trabajo, desprovistos en su totalidad de medios defensivos con que retener el militarismo asesino, que trata de poner su bota fascista sobre el pueblo trabajador, organiza la requisición de armamentos en todas aquellas casas de elementos traidores a las libertades del pueblo, y se apresta con decisión y entusiasmo, a una guerra sin cuartel, en la que cifra todas sus esperanzas.
Pasan dos días de incertidumbre y zozobra; el elemento trabajador reclama armas para salir presto a la pelea, los nervios se ponen en tensión por la tardanza de entrar en lucha.
Al fin se organiza una columna de 500 hombres de Pasajes y San Sebastián, para que en el Gobierno civil de la Provincia, sea provista de toda clase de armamentos para luchar contra el fascio. Las consecuencias de esta tan absurda medida no la vamos a detallar, porque de todos es bien conocida.
Solo detallaremos que los militarotes traidores han copado la calle y son dueños de los sitios estratégicos, desde donde asesinan al pueblo trabajador, desde donde asesinan al pueblo trabajador con tenza y certero fuego. Los camiones blindados de Pasajes con abnegados compañeros de nuestros Sindicatos, recorren las calles de la capital desafiando la muerte.
Algunos de nuestros buenos militantes, caen para no volverse a levantar más. Nuestras miradas se vuelven hacia nuestros compañeros caídos, y nuestra entereza se nubla un poco ante los crímenes de nuestros asesinos, ,para reanimar la lucha con más bríos, hasta la consecución de nuestros objetivos.
El Casino, el Hotel María Cristina, caen en poder de los bravos luchadores, las tropas facciosas se repliegan al cuartel de Loyola, para en la agonía de su desesperación seguir cometiendo crímenes. Mas todo en vano. Después de unos días de asedio de nuestros bravos luchadores, el cuartel se rinde, y los precursores de un mundo mejor, se lanzan por los armamentos para seguir luchando por las libertades del pueblo.
Una vez terminada la lucha en San Sebastián, son organizadas las columnas para salir en defensa de nuestros compañeros de otras localidades; los facciosos parapetados y emboscados en el pueblo carlista de Oyarzun (dignos émulos del cura de Santa Cruz) hostigan sin cesar la villa de Rentería y caseríos limítrofes. Las juventudes Libertarias de Pasajes, nutridos grupos del “Avance Marino”, siempre decididos y ardientes defensores de su ideal, corren prestos a la lucha para defender las libertades del pueblo oprimido. Todos aportamos nuestro grano de arena, cada cual en el puesto que tiene encomendado.
¡Animos compañeros! el pueblo sensato y consciente espera de vuestra decision, el triunfo de la Libertad y la Justicia. La Confederación Nacional del Trabajo que no necesita de estímulos ni arengas para lanzarse a la lucha, ha respondido con el ímpetu arrolladro que en su convicción Revolucionaria la caracteriza. Nuestra vanguardia de choque siempre enhiesta la bandera de la revolución, combate sin tregua ni cuartel. ¡Salud pioneros de la revolución! vuestros heróicos quedan grabados en el pueblo español, como símbolo glorioso de la C. N. T.
Sigamos luchando, pues el desfallecimiento de nuestros bravos luchadores, que vierten su sangre en pro de la Libertad y la Justicia, traería como consecuencia en España el fascismo más feroz que yugularía todas nuestras conquistas, y una probable guerra Europea se desencadenaría en confabulación miserable con los que al otro lado de la frontera sueñan con gobernar los destinos de España.
¡Adelante trabajadores que cada español sea un Numancia si los momentos son precisos. ¡Todos a vencer! La causa de la libertad debe alentar nuestros pechos! ¡El fascismo miserable y asesino, no pasará! ¡Por la Libertad y la Justicia!
"Frente Popular"
Diario de la República
Año I nº9,pag. 5
EL FASCISMO Y SUS PROBABLES CONSECUENCIAS
En el momento de la lucha, la Confederación Nacional del Trabajo está en su puesto.-Las organizaciones obreras al servicio de la Libertad y la causa proletaria.
Al estallar el movimiento fascista en Guipúzcoa, el pueblo de Pasajes, los Sindicatos afectos a la Confederación Nacional del Trabajo, desprovistos en su totalidad de medios defensivos con que retener el militarismo asesino, que trata de poner su bota fascista sobre el pueblo trabajador, organiza la requisición de armamentos en todas aquellas casas de elementos traidores a las libertades del pueblo, y se apresta con decisión y entusiasmo, a una guerra sin cuartel, en la que cifra todas sus esperanzas.
Pasan dos días de incertidumbre y zozobra; el elemento trabajador reclama armas para salir presto a la pelea, los nervios se ponen en tensión por la tardanza de entrar en lucha.
Al fin se organiza una columna de 500 hombres de Pasajes y San Sebastián, para que en el Gobierno civil de la Provincia, sea provista de toda clase de armamentos para luchar contra el fascio. Las consecuencias de esta tan absurda medida no la vamos a detallar, porque de todos es bien conocida.
Solo detallaremos que los militarotes traidores han copado la calle y son dueños de los sitios estratégicos, desde donde asesinan al pueblo trabajador, desde donde asesinan al pueblo trabajador con tenza y certero fuego. Los camiones blindados de Pasajes con abnegados compañeros de nuestros Sindicatos, recorren las calles de la capital desafiando la muerte.
Algunos de nuestros buenos militantes, caen para no volverse a levantar más. Nuestras miradas se vuelven hacia nuestros compañeros caídos, y nuestra entereza se nubla un poco ante los crímenes de nuestros asesinos, ,para reanimar la lucha con más bríos, hasta la consecución de nuestros objetivos.
El Casino, el Hotel María Cristina, caen en poder de los bravos luchadores, las tropas facciosas se repliegan al cuartel de Loyola, para en la agonía de su desesperación seguir cometiendo crímenes. Mas todo en vano. Después de unos días de asedio de nuestros bravos luchadores, el cuartel se rinde, y los precursores de un mundo mejor, se lanzan por los armamentos para seguir luchando por las libertades del pueblo.
Una vez terminada la lucha en San Sebastián, son organizadas las columnas para salir en defensa de nuestros compañeros de otras localidades; los facciosos parapetados y emboscados en el pueblo carlista de Oyarzun (dignos émulos del cura de Santa Cruz) hostigan sin cesar la villa de Rentería y caseríos limítrofes. Las juventudes Libertarias de Pasajes, nutridos grupos del “Avance Marino”, siempre decididos y ardientes defensores de su ideal, corren prestos a la lucha para defender las libertades del pueblo oprimido. Todos aportamos nuestro grano de arena, cada cual en el puesto que tiene encomendado.
¡Animos compañeros! el pueblo sensato y consciente espera de vuestra decision, el triunfo de la Libertad y la Justicia. La Confederación Nacional del Trabajo que no necesita de estímulos ni arengas para lanzarse a la lucha, ha respondido con el ímpetu arrolladro que en su convicción Revolucionaria la caracteriza. Nuestra vanguardia de choque siempre enhiesta la bandera de la revolución, combate sin tregua ni cuartel. ¡Salud pioneros de la revolución! vuestros heróicos quedan grabados en el pueblo español, como símbolo glorioso de la C. N. T.
Sigamos luchando, pues el desfallecimiento de nuestros bravos luchadores, que vierten su sangre en pro de la Libertad y la Justicia, traería como consecuencia en España el fascismo más feroz que yugularía todas nuestras conquistas, y una probable guerra Europea se desencadenaría en confabulación miserable con los que al otro lado de la frontera sueñan con gobernar los destinos de España.
¡Adelante trabajadores que cada español sea un Numancia si los momentos son precisos. ¡Todos a vencer! La causa de la libertad debe alentar nuestros pechos! ¡El fascismo miserable y asesino, no pasará! ¡Por la Libertad y la Justicia!
"Frente Popular"
Diario de la República
Año I nº9,pag. 5