Una manifestación del orgullo gay en Split, al sur de Croacia fue atacada a botellazos y pedradas por grupos fascistas croatas.
La policía había calificado la manifestación como de alto riesgo dado que Split es el núcleo del nazi-fascismo croata.
Se trata de la primera vez que se celebra una marcha del orgullo gay fuera de Zagreb, una iniciativa rechazada por grupos conservadores. De hecho, la Policía desplegó un fuerte dispositivo pero no pudo evitar los disturbios.
Unos 10.000 ultras distribuidos a lo largo de todo el recorrido de la marcha participaron en los ataques produciéndose 81 detenciones, acusados de desórdenes públicos.
Pese a que los 300 integrantes de la marcha estaban escoltados por dos centenares de agentes, los ataques con piedras, petardos y bombas de gas fueron continuos, entre gritos de “nosotros somos croatas” y “mata al marica”.
Los ataques verbales comenzaron nada más iniciarse la marcha, pero de los insultos se pasó a las agresiones conforme la comitiva se acercaba al paseo marítimo de Split, donde estaba previsto que se leyera un manifiesto.
La intensidad de los ataques impidió que continuara la marcha y motivo que los organizadores decidieran suspenderla.
Al menos cinco personas han sido hospitalizadas. Entre los heridos hay cuatro periodistas.
"No se ha identificado a los cabecillas u organizadores de los ataques homófobos pero aseguró que las cámaras de seguridad han grabado los asaltos y que se tratará de localizar a los culpables" anunciaban los portavoces policiales.“Lamentablemente, la Policía deberá ir a un curso sobre cómo proteger un desfile”, denunció la asociación de homosexuales “Kontra”.
Los ataques en Split tienen lugar poco después de que Joseph Ratzinger (alias Benedicto XVI) visitara Croacia con el objetivo de apoyar a la familia católica y varios obispos croatas condenaran a las “familias no naturales”.
La policía había calificado la manifestación como de alto riesgo dado que Split es el núcleo del nazi-fascismo croata.
Se trata de la primera vez que se celebra una marcha del orgullo gay fuera de Zagreb, una iniciativa rechazada por grupos conservadores. De hecho, la Policía desplegó un fuerte dispositivo pero no pudo evitar los disturbios.
Unos 10.000 ultras distribuidos a lo largo de todo el recorrido de la marcha participaron en los ataques produciéndose 81 detenciones, acusados de desórdenes públicos.
Pese a que los 300 integrantes de la marcha estaban escoltados por dos centenares de agentes, los ataques con piedras, petardos y bombas de gas fueron continuos, entre gritos de “nosotros somos croatas” y “mata al marica”.
Los ataques verbales comenzaron nada más iniciarse la marcha, pero de los insultos se pasó a las agresiones conforme la comitiva se acercaba al paseo marítimo de Split, donde estaba previsto que se leyera un manifiesto.
La intensidad de los ataques impidió que continuara la marcha y motivo que los organizadores decidieran suspenderla.
Al menos cinco personas han sido hospitalizadas. Entre los heridos hay cuatro periodistas.
"No se ha identificado a los cabecillas u organizadores de los ataques homófobos pero aseguró que las cámaras de seguridad han grabado los asaltos y que se tratará de localizar a los culpables" anunciaban los portavoces policiales.“Lamentablemente, la Policía deberá ir a un curso sobre cómo proteger un desfile”, denunció la asociación de homosexuales “Kontra”.
Los ataques en Split tienen lugar poco después de que Joseph Ratzinger (alias Benedicto XVI) visitara Croacia con el objetivo de apoyar a la familia católica y varios obispos croatas condenaran a las “familias no naturales”.