Las monjas de la congregación Franciscana de Nuestra Señora del Buen
Consejo de Granada han entonado el mea culpa y, desde ayer, han
renunciado a recibir víveres del Banco de Alimentos de Granada (BAG)
para gestionar el comedor universitario de la residencia Madre Teresa
Rodón, algo que llevaban haciendo durante los últimos siete años.
Las disculpas y la decisión tomada por la congregación fue trasladada ayer por la directora del centro al presidente del Banco de Alimentos, Antonio López-Barajas, quien se mostró satisfecho y valoró esta decisión como la opción más adecuada para evitar tomar medidas más drásticas.
Antonio López-Barajas acudió al centro universitario en el que se alojan anualmente unas 50 estudiantes que pagan de media 600 euros por alojamiento y manutención, para aclarar la situación suscitada que salió a la luz a raíz de la denuncia de un ex cocinero de la residencia.
Las disculpas y la decisión tomada por la congregación fue trasladada ayer por la directora del centro al presidente del Banco de Alimentos, Antonio López-Barajas, quien se mostró satisfecho y valoró esta decisión como la opción más adecuada para evitar tomar medidas más drásticas.
Antonio López-Barajas acudió al centro universitario en el que se alojan anualmente unas 50 estudiantes que pagan de media 600 euros por alojamiento y manutención, para aclarar la situación suscitada que salió a la luz a raíz de la denuncia de un ex cocinero de la residencia.