lunes, 13 de agosto de 2012

Perdiendo el norte



La Iglesia francesa ha "movilizado" a todos sus fieles frente al proyecto del gobierno galo de reconocer como matrimonio las uniones homosexuales. En todas las misas del 15 de agosto, fiesta de la patrona de Francia, la Asunción de la Virgen María, se rezará una Oración universal a Dios por el matrimonio y la familia cristianos, por los gobernantes y legisladores y por los jóvenes y niños.
En una carta enviada a todas las diócesis el 25 de julio, el presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal André Vingt-Trois, explicaba que "dada la situación y los probables proyectos legislativos del Gobierno sobre la familia, considero oportuno dar una señal nacional con motivo del 15 de agosto". El objetivo primordial, afirma el cardenal, es conseguir que “algunos de nuestros fieles se sensibilicen”.
El cardenal Vingt-Trois defiende la retrógada  postura de la Iglesia, en la defensa del orden natural, sobre el tema de las uniones de homosexuales, insistiendo en que “el matrimonio no es una forma de reconocer la autenticidad de las relaciones entre dos personas que se quieren” sino “una institución social” para garantizar “una buena educación de los niños”.
En un país laico, ha sorprendido esta repentina y cansina toma de posición de los obispos, ya que desde el final de la II Guerra Mundial, la Iglesia se había mantenido alejada de la vida política, tanto en las homilías de los Obispos como en los documentos de la Conferencia Episcopal. Pero por lo visto, estos nunca aprenden.