Se intentan esbozar en este artículo dos cuestiones de singular importancia a la hora de evaluar la situación general del sindicalismo español. En primer lugar, trataremos buscar las fuentes de representatividad de los "sindicatos" considerados “más representativos”, UGT y CCOO, en base a la cual negocian y firman pactos con los gobiernos en nombre de todos los trabajadores españoles. Para ello, como índices de esa representatividad, nos centraremos en la afiliación con que cuentan estas organizaciones, en las elecciones sindicales, y en su carácter institucional.
En segundo lugar, procuraremos realizar un acercamiento al oscuro paisaje de la financiación de los sindicatos, con base en los datos que suministran los propios sindicatos y los que han podido recabarse.
La amplitud de los temas, por un lado, y la dificultad de obtener datos fiables por otro, han supuesto dos grandes escollos a la hora de realizar el trabajo. No son precisamente estos temas sindicales los que se tratan con mayor transparencia en un estado, que se dice democrático, pero que no ofrece ningún dato agregado, ni de los resultados de las elecciones sindicales, por un lado, ni del aporte total de dinero público a las organizaciones sindicales por otro. Un aporte que se realiza a través de múltiples vías (Unión Europea, administración estatal, administraciones autonómicas, diputaciones o ayuntamientos) y conceptos (representatividad, acción sindical, formación, servicios sociales, cooperación internacional, etc.)