Miles de indígenas brasileños marcharon ayer ante la Corte Suprema, pidiendo a los jueces que confirmen su derecho a sus tierras ancestrales.
Seis mil manifestantes de 173 etnias cantaron y bailaron en la ruta desde atrás del Teatro Nacional, donde acamparon desde hace una semana, vestidos con atuendos tradicionales que incluyen tocados de plumas y con cuerpos pintados.
Los magistrados evaluarán el fallo de un tribunal inferior que anuló un reclamo de algunos indígenas en el estado de Santa Catarina sobre lo que dicen es su territorio ancestral.
El tribunal inferior basó su decisión en acusaciones de que el grupo no ocupaba la tierra en octubre de 1988, cuando se firmó la constitución de Brasil después del regreso de la nación a la democracia, lo que el grupo niega.
Los organizadores de la protesta dicen que el caso de Santa Catarina es de mayor importancia ya que un fallo positivo obligaría a los jueces a aplicar la misma conclusión a muchos casos similares.
También podría tener implicaciones para un proyecto de ley en trámite del Congreso que establezca oficialmente octubre de 1988 como fecha de referencia para los pueblos indígenas que buscan la protección total de sus territorios.
Muchos grupos indígenas dicen que la fecha es injusta, ya que fueron expulsados de sus tierras durante la dictadura militar de Brasil en los 20 años anteriores.
“El criterio no es funcional para determinar si un territorio fue ocupado tradicionalmente porque hay contextos diversos, grupos diversos que por muchas razones no estaban en sus territorios en 1988”, dijo Samara Pataxo, abogada de la Asociación de Brasil. Gente indígena.
Pero el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dice que permitir reclamos anteriores crearía un «caos» y provocaría reclamos legales sobre tierras que han sido cultivadas o desarrolladas durante siglos.