sábado, 5 de diciembre de 2009

Intereses de unos pocos, sobre intereses de millones


Cabe preguntarse a día de hoy, hacia dónde está yendo nuestra sociedad, cuando las corporaciones y compañías mandan más que los ciudadanos, y donde hay empresas cuyos activos superan por mucho el PIB de algunos estados del mundo.

Deberíamos reflexionar acerca de estas cuestiones.

Todo esto viene a cuento de las manifestaciones que algunos músicos y grupos empresariales están haciendo en contra de Internet y de sus usuarios. Es lo que tiene el progreso y la innovación, es decir, lo nuevo. A mucha gente le da miedo lo nuevo.

Cuando la técnica y la tecnología mejoran un aspecto concreto el sistema productivo, o introduce una innovación en un producto, en principio es algo positivo, ya que permite a la sociedad avanzar más deprisa y mejor. Pero ante estos cambios inexorables dentro de la evolución de una sociedad, siempre surgen detractores. Y esto es así, desde siempre.

Ejemplos:

Cuando se inventó la radio, las orquestas protestaron porque dejarían de tener trabajo, ya que nadie iría a los cafés a escucharles si pueden hacerlo gratis desde su casa.

Cuando la televisión apareció. los cines dijeron que sería la ruina, nadie pagaría por ver una película porque se podría ver por la tele sin pagar nada.

Cuando los frigoríficos llegaron a los hogares, los fabricantes de barras de hielo pusieron el grito en el cielo, nadie va a comprar hielo para conservar los alimentos habiendo un aparato que lo hace en nuestra propia casa y sin apenas coste.

Como podéis comprobar, es un hecho constante en nuestra sociedad, y ahora, en el siglo 21, pasa lo mismo.

Los gremios de la industria musical y cinematográfica se oponen al gran avance que es Internet, porque creen que sus opulentos negocios se van a ir al traste. Dada la fuerza de estas corporaciones, los gobiernos de muchos países están cediendo e impulsando leyes contrarias a la libertad del usuario, como el canon digital que existe en España.

Coartar la libertad del ciudadano en favor de unas pocas empresas es completamente inaceptable. Los gobiernos escuchan a quien tiene la pasta, porque saben que los ciudadanos pocas veces utilizan el voto de castigo. Pues yo digo que esto se tiene que acabar.

Dejemos de escuchar la música de aquellos que claman contra el cierre de páginas y el corte de conexiones. Dejemos de ver las películas de aquellos que nos imponen su criterio y nos obligan a pagar un impuesto injusto por la tecnología. Castiguemos a aquellos que se oponen al progreso y a la libertad, haciendo desaparecer la confianza que habíamos depositado en ellos.

Esto es una lucha de las personas contra las entidades, del pueblo contra la industria, de la tiranía contra la libertad.

Es hora de decir basta.

Desde El Miliciano apoyamos el Manifiesto de los Derechos Fundamentales de Internet.

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que…

1.- Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.

2.- La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.

3.- La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.

4.- La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.

5.- Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.

6.- Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.

7.- Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.

8.- Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.

9.- Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.

10.- En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Este manifiesto, elaborado de forma conjunta por varios autores, es de todos y de ninguno. Se ha publicado en multitud de sitios web. Si estás de acuerdo y quieres sumarte a él, difúndelo por Internet.