Londres, abril de 2002, nueve personas se reunieron para fundar la orden de 'Los Caballeros Templarios de Europa. El objetivo del grupo: expulsar a los musulmanes del Viejo Continente y luchar contra aquellos que quieren extender la Yihad. Uno de aquellos supuestos fundadores, Anders Behring Breivik, es el autor del doble atentado cometido en Noruega que ha costado la vida a 68 personas.
Breivik tenía una conocida militancia en partidos de extrema derecha: en el Partido del Progreso y en la Liga de la Defensa. En ambos casos, había sido expulsado por ser demasiado radical.
En Noruega, el Partido del Progreso sorprendió en las elecciones presidenciales de 2009 al conseguir el 22,9 por ciento de los votos y 41 escaños en el Parlamento. Es ahora el principal partido de la oposición al Gobierno. Los principales puntos de su campaña electoral fueron la denuncia de la "islamización progresiva" del país y la apuesta por el cierre de los centros de refugiados y la limitación de la inmigración de países de fuera de la Unión Europea.
Situaciones similares se viven en el resto de países escandinavos. La formación Verdaderos Finlandeses fue la gran sorpresa de los comicios presidenciales en Finlandia. Obtuvieron el 19% de los votos y 39 escaños en la Asamblea Nacional. En Suecia, los ultraderechistas volvieron a la Cámara legislativa gracias al 5,7 por ciento de votos que Demócratas de Suecia consiguió en las elecciones de septiembre de 2010.
El Partido Popular danés, en la actualidad tiene 25 escaños en el Parlamento, gracias al 13,8% de los votos en las pasadas elecciones.
Pero el auge de la ultraderecha no es un fenómeno exclusivo escandinavo. Uno de los primeros países donde comenzó fue Francia. Allí, el Frente Nacional dirigido por Jean Marie Le Pen consiguió, incluso, colarse en la segunda vuelta de las presidenciales de 2002. En la actualidad, liderado por la hija del veterano dirigente ultraderechista, Marine Le Pen, es la tercera fuerza política del país por porcentaje de voto.
Austria: En 1999, el Partido Liberal Austriaco (FPÖ) fue la segunda formación más votada en las elecciones generales del país, consiguiendo seis ministerios en el Gobierno nacional, lo que hizo que la propia Unión Europea sancionase al país. En la actualidad, el FPÖ tiene 34 escaños en la cámara nacional, y el BZÖ una escisión del FPÖ, 21. Entre ambos, consiguieron el 28,3 por ciento de los votos en las últimas elecciones austriacas.
Bélgica: El Vlaams Belang o Interés Flamenco–antiguo Vlaams Blok o Bloque Flamenco– es una de las formaciones políticas más votada. Menos éxito tiene entre la comunidad francófona el Frente Nacional, partido hermano del dirigido por la familia Le Pen en Francia.
Holanda:, el auge de estas formaciones está representado por el Partido de la Libertad de Geert Wilders, que en la actualidad cuenta con 24 escaños y obtuvo el 15,5 por ciento de los votos en las últimas elecciones generales.
Suiza: El Partido Popular (SVP-UDC) cuenta con 62 diputados de los 200 que componen el Parlamento, gracias a que obtuvieron el 29 por ciento de los votos en las últimas generales. Los suizos votaron mayoritariamente en un referéndum a favor de la prohibición de construir minaretes en las mezquitas, como medida para frenar la supuesta islamización del país.
En Italia, La Liga Norte. En los últimos comicios, el partido liderado por Umberto Bossi recibió tres millones de votos, el 8,4 por ciento, lo que le supuso 60 escaños.
Además de este partido, existe un número importante de formaciones ultraderechistas, como Llama Tricolor (Fiamma Tricolore) o La Derecha (La Destra).
La gran mayoría de las formaciones xenófobas de los países de la Europa occidental, central y escandinava, tienen un ideario político similar. Entre sus principios, todos muestran un fuerte rechazo a la inmigración que durante las últimas décadas ha aumentado de manera significativa en el viejo continente, mostrando su rechazo, especialmente, hacia las comunidades musulmanas.
Europa oriental
Bulgaria: la Unión Nacional de Ataque consiguió 21 diputados con el 9,4 por ciento de los votos. En Lituania y Letonia fueron las formaciones Orden y Justicia y Todo por Letonia las que consiguieron colarse en las asambleas del país.
Hungría: el Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik) obtuvo 16 parlamentarios y el 16, 7 por ciento de los sufragios. Se da la circunstancia de que esta formación tiene sus propias juventudes paramilitares, que realizan desfilen vestidos de uniforme por las ciudades magiares. Además, tanto en Rumanía como en Polonia los partidos de extrema derecha han tenido una representación importante en los últimos años, aunque tanto la Liga de las Familias Polacas como el Partido de la Gran Rumanía sufrieron un fuerte varapalo en las últimas elecciones generales.
Más al sur, en Grecia también han visto como este tipo de formaciones políticas han conseguido representación institucional. Concentración Popular Ortodoxa consiguió 15 escaños y un 5,63 por ciento de los votos en las últimas legislativas.
Parlamento Europeo
Una treintena de parlamentarios representan a partidos de extrema derecha: ocho de la Liga Norte (Italia), cuatro del Partido de la Libertad (Holanda), tres del Frente Nacional (Francia), tres de Jobbik-Hungría Mejor (Hungría), dos de Interés Flamenco (Bélgica), dos del Partido Popular (Dinamarca), dos del Partido Liberal (Austria), dos de la Unión Nacional de Ataque (Bulgaria), dos del Partido de la Gran Rumanía (Rumanía), dos de Concentración Popular Ortodoxa (Grecia), dos de Orden y Justicia (Lituania), uno de Verdaderos Finlandeses (Finlandia), uno del Partido Nacional Británico (Reino Unido) y uno del Partido Nacional Eslovaco (Eslovaquia).
La ultraderecha sólo sigue por debajo del 1% de los votos en Irlanda, España, Portugal y Malta, aunque ello no indica necesariamente que estén fuera de esta tendencia. No hay que olvidar que en España, en las pasadas elecciones municipales, el partido Plataforma por Cataluña, con un discurso homologable al de los partidos de extrema derecha europeos, multiplicó sus resultados al pasar de 17 a 67 ediles.