Tras la "visita" que la CNT-AIT gaditana, le hizo al dueño del restaurante el pasado 1º de Mayo, se sigue
informando a los clientes del restaurante Usodimare del
conflicto que mantiene la Confederal con el patrón por impago y acoso laboral
contra dos compañeras, ex-trabajadoras de esta empresa, en diversas concentraciones ante las puertas de la misma, una el pasado día 4 y las que iremos preparando. Y de paso, se va informando mediante el reparto de panfletos, pegatinas y cartelería al resto de la ciudadanía gaditana, que ya empiezan a conocer la actitud y el desprecio para con sus trabajadores por parte de este empresario. La respuesta, para él es siempre la misma:
llamada a la policía e identificación de los compañeros apostados a las puertas del local, como si eso hiciese efecto, que no lo contrario.
Pero no se hace a la idea, este empresario que se cree ejemplar, que espera a que el piquete abandone, que cree que la CNT-AIT se va a cansar o desistir en su empeño... Eso es imposible. Con sus falsas denuncias y actitud no hace más que fortalecer nuestra determinación y la solidaridad anarcosindicalista, que poco a poco va haciendo su efecto.
Los trabajadores no soportamos más acoso, aislamiento y despidos. Solo la solidaridad internacionalista nos da la fuerza para continuar en lucha contra la explotación y el abuso, incluido el de las burocracias sindicales, que le temen a la acción directa de los trabajadores más que al fin de los cursillos y los dineros sindicales que expolian. Prometemos volver.
Pero no se hace a la idea, este empresario que se cree ejemplar, que espera a que el piquete abandone, que cree que la CNT-AIT se va a cansar o desistir en su empeño... Eso es imposible. Con sus falsas denuncias y actitud no hace más que fortalecer nuestra determinación y la solidaridad anarcosindicalista, que poco a poco va haciendo su efecto.
Los trabajadores no soportamos más acoso, aislamiento y despidos. Solo la solidaridad internacionalista nos da la fuerza para continuar en lucha contra la explotación y el abuso, incluido el de las burocracias sindicales, que le temen a la acción directa de los trabajadores más que al fin de los cursillos y los dineros sindicales que expolian. Prometemos volver.