jueves, 19 de mayo de 2016

¿Licencias para matar?



Durante los primeros seis meses del 2015, armas de fabricación española podrían usarse en zonas de conflicto e incrementar su virulencia. Por eso desde Greenpeace, Amnistía Internacional, FundiPau, y Oxfam Intermón, a través del informe "¿Licencias para matar?", pedimos especialmente un embargo de armas a las partes en conflicto en Yemen y más control y transparencia en el comercio de armas de cara a la próxima legislatura.

Armas de fabricación española han sido exportadas a a Colombia, Egipto, Irak, Israel, Pakistán o a la coalición saudí que opera en Yemen y éstas podrian ser empleadas para cometer violaciones graves del derecho internacional por lo que estaremos alerta para que se aplique extrictamente la legislación española y el Tratado sobre el Comercio de Armas.

Los beneficios derivados de las exportaciones de armas españolas superaron los 1.800 millones de euros durante los primeros seis meses de 2015, un crecimiento del 15,8% en relación con el promedio de los tres últimos años. 

En este sentido, resulta preocupante que casi un tercio de las exportaciones se haya destinado a los países de la coalición encabezada por Arabia Saudí que opera en la guerra de Yemen, desde marzo de 2015: aviones, municiones, bombas, torpedos, cohetes y misiles por valor de 560 millones de euros. Quizas quienes permitieron estas exportaciones y quienes se beneficiaron de ellas han obviado que más de 3.000 civiles, entre ellos 700 menores, han perdido la vida en Yemen y al menos 2,5 millones de personas se han visto desplazadas de sus hogares desde que comenzó el conflicto en marzo de 2015.

El 83% de la población necesita ayuda humanitaria. Ataques a hospitales, escuelas, mercados y mezquitas, que podrían constituir crímenes de guerra. Por ello, más que permitir exportar armas lo que debería promover el Gobierno español es un embargo de armas a las partes del conflicto en Yemen.

En este contexto es prioritario que los partidos políticos y el Gobierno que salga de las próximas elecciones generales, adopten medidas para reforzar el sistema de control de las exportaciones de armas y mejorar el nivel de transparencia de la información publicada por el Gobierno, dejando de considerar secretas las actas del organismo que autoriza o deniega las exportaciones de armas. Es necesario que no se autorice la exportación de cinco corbetas a Arabia Saudí, cuya construcción por parte de Navantia está pendiente de la firma de un contrato, mientras exista un riesgo sustancial de que se emplearían para cometer o facilitar violaciones graves del derecho internacional. 

Algunos datos que ilustran qué clase de marca España se está exportando al mundo y con la que no nos identificamos en absoluto: Entre 2012 y el primer semestre de 2015, el volumen de las exportaciones realizadas superó los 11.527,4 millones de euros, consolidando así latendencia al alza de las exportaciones de armas españolas de la última década.

Según el Instituto Internacional de Investigación de la Paz de Estocolmo (SIPRI), entre 2011 y 2015, España fue el séptimo exportador mundial de las principales categorías de armas, con el 3,5 por ciento del volumen total.

Resaltar los riesgos asociados a las exportaciones de armas a Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Kuwait, Marruecos y Qatar susceptibles de ser empleados en el conflicto yemení. O armas de caza y tiro deportivo a Ghana, por el riesgo de desvío a Mali o Libia. Además de Guatemala, Honduras, Jamaica y la República Dominicana, afectados por altos niveles de violencia armada.

Me pregunto en nombre de quién se conceden licencias para matar en aras de un comercio a todas luces inmoral e indecente, donde se viola la normativa española y el derecho internacional. En mi nombre, desde luego, NO ¿Y en el tuyo?

¿Qué puedes hacer tú?


Artículo de Greenpeace, España