Contra los ataques del capital, responde luchando: Acción directa, solidaridad, apoyo mutuo, huelga, sabotaje. Hagamos que estas palabras se conviertan en hechos.
Abajo el Estado y el capital.
Y, en lo que coinciden todos los partidos políticos que preparan la artillería electoral estos días, es en seguir ocultando, que gobierne quien gobierne, y como llevamos viendo desde 2008, estamos inmersos en un programa perfectamente proyectado de ajuste (ellos lo llaman “crisis”), que todos ellos están obligados a aplicar cuando gobiernen como ha quedado demostrado con el ejemplo griego.
La Autoridad Fiscal Independiente (AIReF), organismo “publico” que la Comisión Europea exigió crear a todos los países de la U.E. para “vigilar” a las administraciones públicas y garantizar el cumplimiento de los objetivos de estabilidad presupuestaria, es decir,los recortes del gasto social, fue creada en el estado español en 2014.
Este nuevo organismo represor fue creado con lo mejor de cada casa: personal procedente del Banco de España, el BCE, la Intervención General o incluso el FMI, siendo su presidente José Luis Escrivá, ex director del servicio de Estudios de BBVA. Sus funciones son emitir informes preceptivos, y como tal, ayer jueves remitió al Gobierno un informe en el que llega a la conclusión de que tanto el conjunto de los ingresos, como el de los gastos, están infravalorados en las previsiones gubernamentales.
Para la AIReF, a partir de 2017 las proyecciones de ingresos fiscales incorporadas “pueden considerarse conservadoras mientras que la senda de gasto, en un escenario sin medidas adicionales, parece demasiado optimista”. En lo que respecta a sanidad, el gasto podría estar infravalorado entre 5.000 y los 8.000 millones, mientras que en educación, entre 3.500 y 4.500 millones de menos.
Con toda seguridad, el Gobierno en funciones esconde medidas para frenar el gasto sanitario y educativo a medio plazo, medidas que por la cercanía del circo electoral, no han sido explicadas en el Programa de Estabilidad 2016-2019 presentado en Bruselas a finales de abril.
En dicho Programa de Estabilidad se prevé que el gasto en salud seguirá bajando desde el 6,17% del PIB en el 2015 al 5,74% en el 2019, mientras que el destinado en educación pasará del 4,03% del PIB al 3,76%.
En el caso del gasto sanitario, la Autoridad Fiscal reconoce que creció de media un 5,3% en términos reales entre 2002 y 2010, y se contrajo un 4,4% entre 2011 y 2014, los años más duros del ajuste. Para la Autoridad Fiscal, y debido a diversos factores, entre ellos demográficos, la partida de sanidad debería crecer un 4,1% de media entre 2016 y 2019. Sin embargo, el Gobierno ha planteado en la actualización del Programa de Estabilidad una cifra mucho más baja, del 0,5%, es decir un “desajuste” que se traducirá en nuevos recortes de gasto sanitario.
En lo que coinciden desde sus despachos tanto la Autoridad Fiscal como el Gobierno, es en dibujar un escenario idílico de “crecimiento y recuperación” de la economía y el empleo,hecho que deberíamos cuestionarnos no solo dada la situación que podemos apreciar a pie de calle en el estado español, sino a nivel mundial debido a la caída de la actividad económica, el consumo, los problemas medioambientales y la propia caída de la demanda de “commodities”.