El Toro de la Vega desaparecerá, al menos con el formato que ha tenido desde hace siglos. Castilla y León ha prohibido la muerte del animal en el mal llamado "festejo", de tal forma que se podrá celebrar, pero sin que el toro sea alanceado.
El Consejo de gobierno ha modificado el Reglamento de Espectáculos Taurinos, que recogía una excepción a la prohibición general de matar en público animales que participen en espectáculos taurinos populares, como encierros o capeas. Con este resquicio, la localidad de Tordesillas celebra su polémica fiesta, según informa El Norte de Castilla. La presión popular y de los grupos animalistas ha hecho que la Junta de Castilla y León, gobernada por el Partido Popular, haya cedido. En los últimos años, la suelta del Toro de la Vega ha generado numerosos disturbios entre "aficionados" al festejo y antitaurinos, con agresiones físicas y verbales incluidas.
Con la nueva medida aprobada por la Junta, el Toro puede convertirse en un encierro por las calles de Tordesillas y el campo, en caso de que el Ayuntamiento decida continuar.
Esperemos así que Rompesuelas pueda convertirse así en el último animal que murió lanceado en Tordesillas, en la edición de 2015. Pese a quién les pese, la salvajada tercermundista de los toros, llámese "fiesta nacional", correbous, encierros... en todas sus versiones acabará prohibida.
Aclaramos que ..."Tiene que quedar muy claro que la decisión de la Junta no prohíbe la celebración del torneo, del Toro de la Vega, solamente prohíbe la ejecución pública de las reses, por lo que el lamentable espectáculo seguirá realizándose con total impunidad."