martes, 28 de mayo de 2019

El Machismo




"Contra todo lo que nos oprime. Una recopilación de textos antiautoritarios", es un fanzine editado por las Juventudes Libertarias de Madrid, que presenta las diferentes problemáticas de opresión del día a día de much@s de nosotr@s, abordado desde un punto de vista anarquista, cuyo fin es informar y aportar una crítica básica entendible para tod@s. En El Miliciano, hemos ido e iremos publicando estos textos, como este que puedes leer ahora:

EL MACHISMO

En esta sociedad vivimos bajo una lógica autoritaria y sometides a unas estructuras autoritarias que van más allá del Estado y el capitalismo. Estas estructuras se apoyan las unas en las otras y esta lógica está tan arraigada en nuestra forma de vivir y en lo que nos enseñan (competitividad, aspiraciones a un ascenso social como motivación/engañabobos para que estudiemos y trabajemos, individualismo), que hace que muchas veces la misma persona dependiendo del contexto pueda tener un rol de oprimid@ y de opresor/ora. 
El machismo es una de estas estructuras autoritarias, que crea una clase privilegiada en nuestra sociedad: el cis-hombre heterosexual. Tod@s l@s que no cabemos en esta categoría, en base a la cual nuestra cultura ha construido lo que es ser humano, somos una subclase periférica que debe justificar constantemente que también pertenece a esa categoría de ser humano que se ha hecho a imagen y semejanza del cis-hombre heterosexual: justificar su mismo derecho a existir. 
Las mujeres y la personas no-binarias hemos sido relegadas al segundo plano, condenadas a vivir al servicio del hombre, a dedicarnos a su cuidado, y a ser infantilizadas, silenciadas, invisivilizadas y violentadas por ellos. Como mujeres, nos educan en base a unos estereotipo y roles de género. Nos enseñan a ser calladas, a no defendernos, a no ser violentas... en general a tener una actitud sumisa acorde a la posición social que se le ha dado a nuestro género. Se nos prepara para ser la mujer de alguien, para tener un novio y un marido que nos defienda (ya que a nosotras nos han inculcado que no podemos hacerlo). 
Y esto sigue siendo así aunque quizás tengamos la percepción de que ha cambiado en los últimos tiempos: sí, tenemos ejemplos de mujeres fuertes, independientes, trabajadoras y solteras que se nos muestran como punta de lanza de la liberación de la mujer. Pero estas mujeres siempre son jóvenes, no tenemos ejemplos de mujeres mayores que sean fuertes e independientes: la soltería se nos plantea como algo circunstancial y que tiene que tener un fin, debemos encontrar un novio, antes de convertirnos en una “solterona”, una “loca de los gatos” o inserta aquí el adjetivo descalificativo que esté de moda. 
Esta imagen de la mujer joven, soltera, independiente y trabajadora que vemos en los anuncios, en las series y en las películas, no es más que una imagen cómoda con la que el capitalismo saca beneficio vaciando de contenido las reivindicaciones feministas. Una supuesta independencia falsa y caduca, que genera beneficio económico a los poderosos (mediante un trabajo asalariado en el que ella cobrará menos por ser mujer) y que quizá pueda significar una liberación de la labor tradicional de los cuidados para esa mujer en concreto (si no tiene que asumir la doble jornada de trabajar en la empresa y en casa) pero no significará ni mucho menos una igualación en el trabajo de los cuidados. 
Estos cuidados se trasladan a las mujeres del sur global: mal pagadas para ejercer esa labor de cuidados, obligadas sí o sí a la doble jornadas, muchas veces sin contrato ni papeles. El capitalismo y el Estado no están acabando con el patriarcado: está oprimiéndonos a todas y colonizando, de nuevo y como siempre. Al nivel concreto de nuestra vida, aunque no por eso es menos político, nos vemos envueltas en re-laciones personales marcadas por estos roles de género que nos han inculcado. 
Habiéndonos arrebatado nuestra capacidad para defendernos, para negarnos cuando no queramos, nos vemos a veces con un maltratador por pareja y con gran parte de la sociedad (esa misma que ha sido partícipe en nuestras inseguridades, nuestra baja autoestima y muchas veces en nuestra indefensión aprendida) culpándonos, sino de la situación, sí al menos de salir de ella. Si salimos de esta relación, de todos modos seremos criticadas, nos encontraremos con las reacciones machistas tanto institu-cionales como del entorno normalmente: reacciones que pretenden volver a situarnos en nuestra posición social asignada, una posición en la que no nos defendamos.
Como anarquistas, luchamos contra toda autoridad, contra toda imposición: porque nadie podrá decirnos quiénes somos ni quiénes debemos ser. Y porque solo juntas podremos defendernos, dado que no queremos ni podemos confiar en las instituciones ni fuerzas represivas del Estado. Luchamos y seguiremos luchando por nuestra vida y nuestra libertad y la de todas. 

"Contra todo lo que nos oprime. Una recopilación de textos antiautoritarios"  
Juventudes Libertarias de Madrid