jueves, 23 de julio de 2009

México: mitos y verdades del maíz tránsgenico


Mito: Es seguro para el medio ambiente. Realidad: Gran parte del maíz transgénico es del tipo Bt que fue manipulado para producir un insecticida que ataca al gusano barrenador europeo, pero también perjudica a otros insectos que ayudan a controlar plagas como la mariposa monarca. Esta toxina se acumula en los suelos de cultivo y por lo mismo podría afectar su fertilidad a largo plazo. Mito: Es seguro para la alimentación humana. Realidad: La industria biotecnológica se ha negado a hacer pública la información vital que demuestra los problemas para la salud humana por el consumo de alimentos transgénicos. Científicos han revelado que Monsanto omitió reportar efectos negativos serios, como los signos de toxicidad en los órganos internos de las ratas. Mito: Se necesita para combatir al cambio climático. Realidad: Estudios independientes confirman que el etanol de maíz es no sustentable como método de bioenergía. El uso de maíz para este uso eleva los precios de los alimentos y amenaza la seguridad alimentaria. La reducción de CO2 es mínima debido a la energía que se usa para fabricarlo. Mito: Brinda beneficios económicos Realidad:Por el contrario,compañías como Monsanto ofrecen prestamos a campesinos pobres para que compren sus caras semillas transgénicas. Al final los campesinos terminan con deudas y se ven forzados a adquirir préstamos. Ya sea por comprar semillas o por contaminación "accidental" cientos de productores estadounidenses se han visto forzados a pagar millones de dólares.
Mito: Ayudará a reducir el hambre
Realidad: El problema real es que son demasiadas personas las que no pueden tener acceso a los alimetos básicos, no porque haya escasez de estos, sino porque no tienen suficientes ingresos para ello. Las semillas transgénicas no están diseñadas para resolver el hambre del mundo sino para producir ganancias para las corporaciones.

Mito: Es posible la coexistencia entre cultivos transgénicos y convencionales
Realidad: Los cultivos transgénicos contaminan a los convencionales y orgánicos, alimentos y la miel. Cuando estos se cultivan fuera del laboratorio es imposible parar el curso normal de la naturaleza: de los insectos, de la polinización o las corrientes de aire. Por ello la contaminación se expande casi de manera natural.

Mito: Es imposible detener la tecnología transgénica
Realidad: Hasta ahora la mayoría de los transgénicos se cultiva sólo en cuatro países: Estados Unidos, Argentina, Canadá y Brasil. Otros países se han opuesto al cultivo de estos. México, que es centro de origen se ha opuesto enérgicamente al cultivo de maíz transgénico, sin embargo en marzo de 2009 se aprobaron las siembras experimentales con el argumento de que habrá barreras de protección, cosa que científicamente se ha probado que no funciona.