sábado, 7 de septiembre de 2013

CNT-AIT, Chiclana: Campaña contra la Reforma de las pensiones y recortes sociales



Mucha gente está tirando las manos a la cabeza por lo que supone la nueva Reforma de las Pensiones. Somos muchos los que vemos alejarse la hora de la jubilación, y somos muchos también los que ni siquiera la vemos como una posibilidad remota. También sabemos que las cuantías que recibimos van a reducirse y que se va a beneficiar el negocio privado de las pensiones. En realidad es algo que se podía intuir, ya que no es la primera, ni seguramente será la última Reforma de las Pensiones.

Las modificaciones de 1985, 1997, 2002, 2006 y 2011 han llevado una línea clara: retrasar la edad de jubilación, fomentar que la gente siga trabajando después de la misma y apoyar el negocio redondo de las Pensiones, a través de desgravaciones fiscales. Aunque en estos años se han creado pensiones de miseria, muy similares a la caridad cristiana, pero a través de la contribución obligatoria mediante impuestos, en general la situación ha ido a peor. La clave del "porqué"?. Estos recortes en las condiciones sociales es la nula fuerza de la clase trabajadora, totalmente desmovilizada, para enfrentarlos. 

El Sistema Público de Pensiones no es un invento de hace dos días. Si, en Europa se implanta el sistema de Seguridad Social "bismarckiana" a mediados del siglo XIX, en España no es hasta el año 1908 cuando se crea el Instituto Nacional de Previsión, que pretendía diseñar un modelo de pensión de vejez, en un régimen de afiliación libre, subvencionado por el Estado y dependiente del mismo. Desde ese momento, el modelo fue evolucionando y ampliando servicios, a costa de ampliar las aportaciones patronales y de los obreros, al principio libremente, pero más tarde de manera obligatoria. La clase trabajadora en general desconfió de esta medida.

Ahora bien, no podemos dejar de lado el contexto en el que se daban estas supuestas mejoras en la clase trabajadora, que era precisamente un momento de alta conflictividad social, y sobre todo de gran organización obrera, que aunque insuficientes, mantenía sistemas de solidaridad para mantener a los trabajadores en casos de vejez, accidentes u otros eventos inesperados. En realidad, el Estado estaba quitando el control de la solidaridad a los obreros y le estaba ofreciendo migajas que aplacar su rabia. Cabe destacar que finalmente, el obrero perdía la capacidad de decisión sobre su pensión, a cambio de financiar él mismo su propia paga de vejez: Patrón y Estado obtenían dinero de las cuotas que ingresaban a costa del esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras.

En el contexto actual el pensamiento en colmena nos lleva a la crítica simplista de los recortes en las pensiones "públicas", desde el punto de vista de la defensa de las mismas, frente a las privadas. El debate no está siendo bien enfocado, ya que no se trata de una dicotomía entre pensiones públicas o privadas, sino entre que el control sobre nuestra vejez lo tenga el Estado o las empresas privadas. Este marco de protestas lo están poniendo los grupos políticos de izquierdas, defensores del papel Estatal como manera de conservar sus privilegios, frente a la burguesía de toda la vida, partidaria de que quien tiene las riquezas se quede con ellas. Es evidente que el Estado tiene herramientas suficientes para que la caja común de las pensiones no se rompa. Es evidente también que la única manera de que el Estado se ponga a arreglar el tema de las pensiones, es que haya una respuesta social que le dé la suficiente miedo como para darnos limosnas oficiales. Pero desde la CNT-AIT entendemos que es más importante ir a la raíz del problema para poder llegar a una solución. 

En primer lugar, hay que ser conscientes, como hemos comentado, que el Sistema de Pensiones se sustenta a través del esfuerzo diario de la clase obrera. La dotación económica de la caja común parte: de las cotizaciones empresariales, cada vez más bajas y que salen directamente de la explotación de los trabajadores, de los impuestos, cada vez más injustos, que nos roba cada día el Estado, además, los trabajadores ponemos también una parte de nuestro salario, por si fuera poco. Es decir, las cosas están como los inicios del siglo XX, ya que somos los trabajadores los únicos que pagamos, ya que las otras dos entidades colaboradoras, empresarios y Estado, no son más que unos parásitos que se aprovechan del esfuerzo de otros. 

En segundo lugar, visto que el problema es la explotación de la clase obrera por los que ostentan el Poder, es necesario comprender que la única lucha que nos llevará a cambiar las cosas, será la que esté libre de injerencias de los políticos, que sólo buscan encaramarse al Poder. Por lo tanto, no tenemos que hacer seguidismo de las consignas de Partidos y Sindicatos Oficiales, no debemos dejarnos llevar como ovejas al matadero electoral, sino que debemos generar planteamientos propios, que salgan del marco de protestas establecidas, que sólo nos lleva al callejón sin salida de cambiarlo todo para que nada cambie. En esta línea, desde la CNT-AIT siempre nos hemos opuesto a la intervención del Estado en la solución de los problemas de la clase trabajadora, porque precisamente es uno de los causantes de nuestros males. Nos oponemos también por coherencia a la intervención del Estado en los cuidados de nuestra vejez. Debamos por tanto, empezar a construir herramientas que nos permiten tener una vejez segura, que dependan sólo de nosotros mismos. El pacto de apoyo mutuo y solidaridad que nos une a las personas que formamos la CNT, debe ser la base para un futuro de pensiones de control obrero.Además, debemos luchar para destruir por completo el sistema establecido, para cambiarlo por otro que nos sirva, basado en la solidaridad, el apoyo mutuo y la libre federación de comunidades libres, que nos permita pasar la tercera edad con tranquilidad y buena salud. 

Esa es la única propuesta coherente que podemos dar desde la CNT-AIT: que el Estado y la Patronal se disuelvan y entregan las armas. Si quieren reformar el Sistema de pensiones en nuestro favor, que lo hagan como quieran. Sólo podemos apuntar que no estaría mal retroceder unos años y bajar la edad de jubilación, aumentar las cotizaciones empresariales ... Ahora bien, sólo lo harán si se sienten amenazados, y se lo entregarán en bandeja a quien quiera sentarse a su lado en el banquete del Pacto de Toledo, una tabla en la que nosotros no estaremos. 

Solo queda ponerse a trabajar, a la defensiva, contra los recortes en las condiciones laborales y de vida, ya la ofensiva, extendiendo en la conciencia social que otro mundo es posible.
( Texto elaborado por los compañer@s de CNT-AIT, Vall de Albaida, y que hemos traducido y extraído de su web. )

Sólo queda, por tanto, organizarse y luchar