Confesionalismo universitario, como en los tiempos del NO-DO, y como uno de los mejores ejemplos de residuos del nacional catolicismo que por desgracia aún perviven, significa que esta institución académica, por medio de sus rector@s, decan@s, Consejos de gobierno, Juntas de Centro... no respeta la aconfesionalidad del Estado ni la libertad de conciencia de l@s universitari@s y de l@s ciudadan@s en general.
La ceremonia religiosa con la que se inicia el curso, y a la que asistió el año pasado el rector, Antonio Ramírez de Arellano (según la memoria anual del SARUS), no es algo anecdótico en esta universidad, que ofrece misas de lunes a domingo. Además de la mencionada anteriormente, existen dos más: una en la escuela de Ingeniería y otra en la facultad de Arquitectura.
La financiación del SARUS, que este año celebra su 25 aniversario, corre a cuenta del Servicio de Extensión Universitaria y posee un despacho propio facilitado por la universidad. También ofrece otro tipo de servicios, como son confesiones, bodas, bautizos y funerales. También organizan actividades de carácter solidario. Incluso asignaturas de libre configuración, como son ¿Es razonable creer en Dios? y Jesucristo ayer y hoy, ambas equivalentes a cuatro créditos.
Pero no solo en Sevilla se inicia el curso universitario con una ceremonia católica. En la Universidad de Huelva, la misa de inicio del curso, se celebró el pasado sábado, también en la capilla existente en dependencias universitarias. En la Universidad de Granada, hasta hace tres años, se celebraban estas misas con carácter oficial pero dejó de hacerse.