Al juez le parece “excesivo” embargar el sueldo que Ignacio González percibe como funcionario del Ayuntamiento de Madrid. La fiscal que investiga el caso Lezo por supuestos sobornos y comisiones en adjudicaciones de contratos había pedido que se interviniera la nómina del expresidente autonómico para asegurar así su responsabilidad en “posibles delitos de blanqueo, malversación, fraude y cohecho”.
Esta es la medida del titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, a quien parece que le ha temblado el pulso y le ha pesado la conciencia humanitaria a la hora de intervenir el nada despreciable salario de González como empleado público (54.000 euros anuales del bolsillo de los sufridos contribuyentes).
El Ayuntamiento notificó a González - mano derecha y delfín de Esperanza Aguirre - su reingreso en el cuerpo de funcionarios como consejero técnico en la Subdirección General de Apoyo Jurídico, Incompatibilidades y Régimen Disciplinario. De modo que el hombre que ha amasado un pequeño imperio ha vuelto a sus orígenes como si nada hubiese pasado, en estos últimos años de horror, deshonra, latrocinios y evasiones nunca hubieran existido, y ni siquiera le hará falta reciclarse o hacer cursillos de adaptación o tutoriales de esos que funcionan por internet, ya que en los últimos años de odisea judicial y de trullo ha tenido la oportunidad de ponerse al día, sobre todo en leyes criminales e incompatibilidades entre lo que está bien y lo que está mal.
Choca bastante que un hombre acusado de esquilmar y destruir la Administración pueda volver al frente de ella como esforzado funcionario, una plaza que exige la máxima honradez profesional y pulcritud de cara al ciudadano. Es tanto como poner al lobo a cuidar de las gallinas. Pero aquí somos así de altruistas y espléndidos con el poderoso.
Así que en este país donde muchas familias no pueden usar la calefacción por el facturón que les llega a final de mes, en esta España injusta y desequilibrada en lo social, donde los bancos no se andan con chiquitas a la hora de echar a una pareja de ancianos de su casa por no poder pagar la hipoteca o el alquiler, parece que nos sobra el dinero para mantener al político metido en unos cuantos asuntillos turbios sin importancia. Aquí no habrá dinero para los jubilados, ni para mantener las prestaciones por desempleo, ni para el dependiente que no puede ir a la farmacia a por medicamentos, pero nos sobra el dinero para costearle la vida a los ricos menesterosos y corruptos.
El Ayuntamiento notificó a González - mano derecha y delfín de Esperanza Aguirre - su reingreso en el cuerpo de funcionarios como consejero técnico en la Subdirección General de Apoyo Jurídico, Incompatibilidades y Régimen Disciplinario. De modo que el hombre que ha amasado un pequeño imperio ha vuelto a sus orígenes como si nada hubiese pasado, en estos últimos años de horror, deshonra, latrocinios y evasiones nunca hubieran existido, y ni siquiera le hará falta reciclarse o hacer cursillos de adaptación o tutoriales de esos que funcionan por internet, ya que en los últimos años de odisea judicial y de trullo ha tenido la oportunidad de ponerse al día, sobre todo en leyes criminales e incompatibilidades entre lo que está bien y lo que está mal.
Choca bastante que un hombre acusado de esquilmar y destruir la Administración pueda volver al frente de ella como esforzado funcionario, una plaza que exige la máxima honradez profesional y pulcritud de cara al ciudadano. Es tanto como poner al lobo a cuidar de las gallinas. Pero aquí somos así de altruistas y espléndidos con el poderoso.
Así que en este país donde muchas familias no pueden usar la calefacción por el facturón que les llega a final de mes, en esta España injusta y desequilibrada en lo social, donde los bancos no se andan con chiquitas a la hora de echar a una pareja de ancianos de su casa por no poder pagar la hipoteca o el alquiler, parece que nos sobra el dinero para mantener al político metido en unos cuantos asuntillos turbios sin importancia. Aquí no habrá dinero para los jubilados, ni para mantener las prestaciones por desempleo, ni para el dependiente que no puede ir a la farmacia a por medicamentos, pero nos sobra el dinero para costearle la vida a los ricos menesterosos y corruptos.
El Estado español no tendrá dinero para atender al pobre pero nos podemos permitir el lujo de mantener al rico.