viernes, 29 de enero de 2016

Empleo taurino: poco, precario ...y subvencionado



La Asociación de Veterinarios Abolicionistas de la Tauromaquia y el Maltrato Animal (AVATMA) publicaba un informe con impactantes datos. En este informe, se pone de manifiesto la realidad de un sector decadente, anacrónico y que ha degenerado hasta llegar al punto de subsistir a base de subvenciones públicas. Los sectores taurinos aprovechan la ausencia de datos objetivos sobre estas subvenciones, para dibujar una realidad que sólo con analizar casos concretos, queda completamente desmentida.

Uno de los puntos fuertes de la defensa a ultranza de la tauromaquia que realiza Herrera en su artículo, es la supuesta gran cantidad de puestos de trabajo que genera, según él 200.000. Esta cifra, proporcionada por AONET y otros colectivos taurinos, se torna cuanto menos difícil de creer ante los siguientes datos. Según estadísticas oficiales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el número de festejos taurinos en plaza disminuyó en 1.703 desde el año 2007 y el año 2014, al contrario que el número de profesionales taurinos registrados, que no ha dejado de aumentar. En este mismo periodo de 8 años, del 2007 al 2014, aumentaron un 27,4%, lo que supone 2.797 nuevos profesionales y supuestos puestos de trabajo. Según estos datos oficiales, los 10.194 profesionales registrados, habrían tenido que buscar emplearse en un total de1.868 festejos en plazas para subsistir de su “profesión”.

Al consultar en el Registro del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, cómo es el proceso para figurar oficialmente como profesional en el Registro General de Profesionales Taurinos se descubre un proceso sencillo y rápido. Se exige acreditar experiencia previa, por lo tanto se premia la realización de esta actividad sin conocimiento alguno, y en cuestión de dos días, el carnet estará listo y la inscripción oficialmente finalizada. Así de fácil es como se obtiene un festinado profesional taurino, listo para clavar, a diestro y siniestro, banderillas a un toro.


Durante el 2014, de los 810 matadores de toros, sólo trabajaron en algún festejo en plaza 187, el 23,8%, 58 de ellos sólo en 1 ocasión, 29 en 2 y 23 en más de 20. Los novilleros y los rejoneadores, corren con menos suerte,sólo el 4,18% y el 14,1%, respectivamente, consiguieron empleo en festejos en plaza. Estas tres categorías mencionadas, se denominan “Jefes de Cuadrilla”. En total suman 4.225 profesionales, de los cuales sólo 329 intervinieron en algún festejo, es decir, el 8.8%. Los “Jefes de Cuadrilla” juegan un papel muy importante en cuestiones laborales, ya que son los encargados de contratar al resto de profesionales taurinos de categoría profesional inferior. A la vista de estos datos, la posibilidad de que el resto de profesionales taurinos trabajen, se vuelve una oportunidad para pocos, muy pocos.

A la vista de este estudio, José Enrique Zaldívar Laguía, presidente de AVATMA, afirma sin ninguna duda, que “la supuesta creación de 200.000 empleos relacionados con la tauromaquia, es una falsedad, y si no lo es, que aporten las fuentes oficiales”.

Principal fuente de supervivencia: Las subvenciones públicas

Todos los ayuntamientos tienen o deberían tener, sus presupuestos a disposición de que cualquier ciudadano los consulte. Resulta muy sencillo por lo tanto, verificar que la tauromaquia recibe miles de euros sistemáticamente para cada uno de los festejos que organiza. ¿Por qué si esta industria es tan rentable como dicen, año tras año tiene una partida presupuestaria destinada que hasta ahora, nunca estuvo en discusión?

Dentro de lo que son los “festejos taurinos”, la única vía de recuperación de la inversión y quizás el único dato real para calcular su éxito, es el número de entradas vendidas para la corrida en la plaza. Si realmente la afluencia fuera tan importante y el dinero recaudado generara beneficios por si solo, no faltarían toros en las plazas de aquellos municipios que este año 2015, han retirado la subvención, pero ocurre muy al contrario. Incluso existen numerosos ejemplos de municipios que aún subvencionando, no han conseguido que algún empresario viera negocio donde, supuestamente, antes lo había. Las plazas se están quedando vacías. Esta numérica realidad, la conoce tanto la industria, como los sectores políticos a favor de la tauromaquia, por eso utilizan toda su creatividad para generar fórmulas de última salvación. Proliferan de esta forma, las escuelas de tauromaquia pagadas a base de dinero público y aberraciones como la nueva Formación Profesional en Tauromaquia, dotemos de un título oficial a los próximos miembros de esa lista de 10.194, que en su mayoría si trabajan, lo hacen de forma precaria.

La plataforma La Tortura No Es Cultura ha asesorado y mantenido relaciones con muchos de los nuevos grupos políticos que se han incorporado a los consistorios tras las pasadas Elecciones Municipales. Según datos proporcionados por Sergio García Torres, responsable de las relaciones institucionales de dicha plataforma, desde el pasado mayo, más de 50 ayuntamientos, grandes como el de Madrid y pequeños como San Lorenzo del Escorial, han retirado la subvención. En la mayoría de ellos, ningún empresario ha organizado festejos. Otros ayuntamientos en los que la subvención se mantiene intacta, no encontraron empresario interesado, y utilizaron la partida para llevar a cabo proyectos innovadores que revierten en el beneficio de toda la comunidad, ejemplo de ello es el municipio de Las Rozas. A iniciativa del grupo municipalContigo por Las Rozas, se destinaron los 100.000 euros que quedaban del total de los 300.000 designados a festejos taurinos, para la celebración de una Feria de Fomento del Negocio Local en la cual empresarios y empresarias del municipio, sin coste alguno para ellos, pudieron exponer sus productos y darse a conocer en una serie de puestos instalados en la vía pública.

Como se señalaba anteriormente, basta con buscar los presupuestos en las páginas webs de los ayuntamientos para comprobar la incomprensible cantidad de dinero público que se destina a los festejos taurinos, pero además de esto, hay otros gastos que no quedan reflejados. El gasto generado por los imprescindibles servicios de la policía, atención médica y limpieza, no queda reflejado, debiéndose estos añadir al coste que paga la ciudadanía por los festejos taurinos. Recientemente, gracias a una encuesta de Ipsos Mori, hemos sabido que el apoyo de la ciudadanía a la tauromaquia, cae en picado. En menos de 3 años, el porcentaje se desploma de un 30% a un 19%.

En resumen esta aritmética hecha a base de capote y taleguilla se nos antoja, cuando menos, poco fiable y no hace otra cosa que parasitar el erario público. Dicho esto, prefiero mil veces dar crédito a las palabras de un “tonto en serie” que a las de un fabulador casposo y decadente. Por supuesto, señor Herrera, todo parecido con la realidad es pura coincidencia.

Artículo extraído de la red de Lara Marave