domingo, 31 de octubre de 2021

Libertad Gabriel Pombo Da Silva




¡LIBERTAD POMBO DA SILVA!

Denuncia su caso, organiza la solidaridad: ¡escríbele a prisión y rompe su aislamiento!

CNT AIT, Cartagena: constituida una nueva Sección Sindical en SAT LAS PRIMICIAS -G’s España-





La afiliación de CNT AIT Cartagena ha acordado constituir una nueva Sección Sindical de esta central anarcosindicalista en la empresa Hortofruticola.

Solicitamos la comunicación de los horarios a la plantilla con un mínimo margen de tiempo respetando la antigüedad de los trabajadores fijos discontinuos cumpliendo así con la lista donde se especifica el orden de prioridad que tienen según producción, la actualización salarial de acuerdo con las tablas del presente año 2021 y la revisión de posibles deficiencias en materia de riesgos laborales son algunas de las principales demandas de esta nueva representación sindical.

CNT AIT Cartagena no solo ha notificado su creación a la dirección de la empresa, sino que también se ha pedido una primera reunión formal. El objetivo es establecer una formula para que ambas partes encuentren soluciones a las necesidades planteadas por los/as empleados/as y, por tanto, que se mejoren las condiciones laborales.

El sector agroalimentario es uno de los sectores laborales más castigados, por lo que cada vez más personas que trabajan en este ámbito nos hacen llegar consultas y nos piden ayuda, por eso nuestra intención es apoyar a la plantilla en materia laboral y sindical.

Hacemos un llamamiento a la afiliación: cuantas más personas seamos, más fuerza tendremos.

El anarquismo de la Asociación Internacional de los Trabajadores. Piotr Kropotkin

 





Piotr Kropotkin

Tras la derrota de la insurrección de los obreros parisinos, en junio de 1848, y la caída de la República, hubo una disminución general de la propaganda en todas las corrientes del socialismo. Toda la prensa socialista quedó prácticamente paralizada durante un período de reacción que se prolongó veinte años. Sin embargo, hasta el pensamiento anarquista hizo progresos, principalmente en las obras de Anselme Bellegarrigue (Coeurderoy) y sobre todo Joseph Déjacque (Les Lazaréennes, El Hitmanisferio, una utopía anarquista comunista, recientemente descubierta y reeditada). El movimiento socialista sólo revivió a partir de 1864, cuando algunos obreros franceses, “mutualistas” todos, se reunieron en Londres durante la Exposición Universal con seguidores ingleses de Robert Owen y fundaron la Asociación Internacional de los Trabajadores. Se desarrolló esta asociación muy rápido y adoptó una política de lucha económica directa contra el capitalismo, sin intervenir en la vida política parlamentaria, y siguió esta política hasta 1871. 

Tras la guerra franco-prusiana, cuando se prohibió la Asociación Internacional de los Trabajadores en Francia tras la insurrección de la Comuna, los obreros alemanes, que habían obtenido el derecho al voto en las elecciones al recién constituido Parlamento imperial, insistieron en modificar las tácticas de la Internacional y empezaron a formar un partido político socialdemócrata. Esto llevó muy pronto a una división en la Internacional, cuyas federaciones latinas (la española, la italiana, la belga y la jurasiana (Francia no pudo estar representada) formaron entre sí una unión federal que rompió totalmente con el Consejo General marxista de la organización. Dentro de esas federaciones se desarrolló ya lo que puede llamarse anarquismo moderno. Los federados, junto con los nombres de “federalistas” y “antiautoritarios”, habían utilizado durante un tiempo el de “anarquistas”, que sus adversarios insistían en aplicarles, y que prevaleció y fue por último reivindicado.

Bakunin se convirtió en seguida en el espíritu rector de estas federaciones latinas en el desarrollo de los principios del anarquismo, lo cual hizo en numerosos escritos, folletos y cartas. Pidió la abolición total del Estado, según él producto de la religión, correspondiente a un estadio de civilización más atrasado, y que representaba la negación de la libertad y corrompía hasta lo que pretendía hacer en pro del bienestar común. El Estado era un mal históricamente necesario, pero sería igualmente necesaria, tarde o temprano, su total extinción. 

Repudiando toda legislación, hasta la nacida del sufragio universal, Bakunin pedía autonomía plena para cada nación, región y municipio, siempre que no constituyesen amenaza para sus vecinos, y plena independencia del individuo, añadiendo que sólo es uno realmente libre cuando son libres los demás, y en proporción a esa libertad de todos. Las federaciones libres de los municipios formarían naciones libres.

En cuanto a sus ideas económicas, Bakunin se decía, en común con sus camaradas federalistas de la Internacional, “anarquista colectivista”; no como lo fueron Vidal y Becqueur en los cuarenta, o sus modernos seguidores socialdemócratas, sino como defensa de un estado de cosas en que todos los medios de producción fuesen propiedad común de los grupos de trabajo y los municipios libres, y en que el sistema de retribución del trabajo, comunista o de otro género, lo estableciese por sí mismo cada grupo. La revolución social, cuya proximidad predecían entonces todos los socialistas, sería el medio de dar vida a las nuevas condiciones.

Las federaciones jurasiana, española e italiana y sectores de la Asociación Internacional de los Trabajadores, así como los grupos anarquistas franceses, alemanes y americanos, fueron durante los años siguientes los principales centros del pensamiento y la propaganda anarquista. Se abstuvieron de participar en la política parlamentaria y mantuvieron siempre estrecho contacto con las organizaciones obreras. Pero en la segunda mitad de los años ochenta y principios de los noventa, cuando la influencia de los anarquistas empezó a percibirse en las huelgas, en las manifestaciones del Primero de Mayo, en las que defendieron la idea de la huelga general por la jornada de ocho horas, y en la propaganda antimilitarista en el ejército, se inició contra ellos una violenta represión, sobre todo en los países latinos (incluyendo la tortura física en el castillo de Montjuich de Barcelona) y en los Estados Unidos (ejecución de cinco anarquistas de Chicago en 1887). 

Contra estas persecuciones replicaron los anarquistas con actos de violencia que fueron seguidos, a su vez, de más ejecuciones de arriba y nuevos actos de venganza de abajo. Creó esto en la generalidad del público la impresión de que la esencia básica del anarquismo era la violencia, punto de vista rechazado por sus partidarios, que sostienen que en realidad todos los partidos recurren a la violencia cuando se les impide la acción directa por la represión, y leyes extraordinarias les declaran forajidos.

El anarquismo siguió desarrollándose, en parte, en la dirección proudhoniana (mutualista), pero sobre todo como anarquismo comunista, al que se añadió una tercera dirección, la anarquista cristiana de León Tolstói, y una cuarta que podría denominarse anarquismo literario, y que iniciaron algunos destacados escritores modernos.

Las ideas de Proudhon, sobre todo en lo que respecta a la banca mutua, se corresponden con las de Josiah Warren, y hallaron considerable eco en Estados Unidos, dando origen a una escuela distinta, cuyos nombres pueden hallarse en la Bibliografía de la Anarquía del doctor Nettlau.

Ha ocupado posición destacada entre los anarquistas individualistas de Norteamérica Benjamin R. Tucker, cuyo periódico Liberty se fundó en 1881, y cuyas ideas son una combinación de las de Proudhon y las de Herbert Spencer. Partiendo del principio de que los humanos son egoístas, estrictamente hablando, y de que cada grupo de individuos, sea la liga secreta de unos cuantos o el Congreso de los Estados Unidos, tiene derecho a oprimir a todo el resto de la especie humana, siempre que disponga del poder necesario, que debe ser ley la libertad igual para todos y la absoluta igualdad y que “ocuparse cada uno de sus propios asuntos” es la única regla moral del anarquismo, Tucker pasa a demostrar que una aplicación general y completa de tales principios sería beneficiosa y no presentaría peligro alguno, porque los poderes de cada individuo quedarían limitados por el ejercicio de los derechos iguales de todos los demás. Indicaba luego (siguiendo a H. Spencer) la diferencia que existe entre la usurpación de los derechos de alguien y la resistencia a esa usurpación; entre dominación y defensa: siendo la primera igualmente condenable, ya sea la usurpación realizada a un individuo por un criminal, o la de uno sobre todos los otros, o la de todos los otros sobre el uno; mientras que la resistencia a la usurpación es defendible y necesaria. En su propia defensa, tanto el ciudadano, como el grupo, tienen derecho a cualquier violencia, incluida la pena capital.

Se justifica también la violencia para hacer obligatorio el respeto a un acuerdo. Tucker sigue así a Spencer y, como él, abre (en opinión de quien esto escribe) el camino de la reconstitución, so pretexto de “defensa”, de todas las funciones del Estado. Su crítica del Estado actual es muy penetrante, y su defensa de los derechos del individuo de gran vigor. En cuanto a sus ideas económicas, sigue B. R. Tucker a Proudhon.

El anarquismo individualista de los proudhonianos de América del Norte encuentra, sin embargo, poco eco en las masas obreras. Los que lo profesan (principalmente “intelectuales”) comprenden pronto que la individualización que tanto ensalzan no es asequible por esfuerzos individuales, y o bien abandonan las filas anarquistas y se entregan al individualismo liberal de los economistas clásicos, o bien se refugian en una especie de amoralismo epicúreo, o teoría del superhombre, similar a las de Stirner y Nietzsche. La mayoría de los obreros anarquistas prefieren las ideas anarquistas comunistas que han evolucionado gradualmente a partir del colectivismo anarquista de la Asociación Internacional de los Trabajadores. 

A esta dirección pertenecen (y nombro sólo a los exponentes más conocidos del anarquismo) Élisée Reclus, Jean Grave, Sébastien Faure y Émile Pouget en Francia; Errico Malatesta y Covelli en Italia; Ricardo Mella, Anselmo Lorenzo y los autores, desconocidos la mayoría, de muchos excelentes manifiestos de España; Johann Most entre los alemanes; Spies, Parsons y sus seguidores en los Estados Unidos, etc.; también Dómela Nieuwenhuis ocupa una posición intermedia en Holanda. Los principales periódicos anarquistas publicados a partir de 1880 pertenecen también a esa tendencia; y gran cantidad de anarquistas que también pertenecen a ella se han unido al llamado movimiento sindicalista, nombre francés del movimiento obrero no político, consagrado a la lucha directa contra el capitalismo, que tanto predicamento ha adquirido últimamente en Europa.

Como anarquista comunista, el que esto escribe trabajó muchos años para desarrollar las siguientes ideas: mostrar la conexión lógica e íntima que existe entre la filosofía moderna de las ciencias naturales y el anarquismo; dar al anarquismo una base científica para el estudio de las tendencias que son patentes hoy en la sociedad y que puede indicar su posterior evolución; y establecer las bases de la moral anarquista. En cuanto a la esencia del propio anarquismo, fue objetivo de Kropotkin demostrar que el comunismo (al menos parcial) tiene más posibilidades de éxito que el colectivismo, sobre todo si los municipios toman la dirección, y que la forma libre, o anarquista comunista, es la única forma de comunismo que ofrece posibilidades estables a las sociedades civilizadas; comunismo y anarquía son, en consecuencia, dos factores de evolución que se complementan mutuamente, y que se hacen mutuamente posibles y aceptables. 

Ha intentado, además, indicar cómo, durante un período revolucionario, una gran ciudad (si sus habitantes aceptan la idea) podría organizarse según las directrices del comunismo libre; la ciudad garantizaría a todo habitante vivienda, comida y ropa en proporción correspondiente al bienestar de que hoy sólo disfrutan las clases medias, a cambio de un trabajo de medio día, o de cinco horas; y que todo lo que se considerara lujo podría obtenerse de modo general si los individuos se uniesen durante la otra mitad del día en todo género de asociaciones libres que persiguiesen los diversos objetivos posibles: educativos, literarios, científicos, artísticos, deportivos, etc. A fin de probar el primero de estos asertos, ha analizado las posibilidades de la agricultura y del trabajo industrial, combinadas ambas con las tareas del intelecto. Y con el fin de determinar los principales factores de evolución de los seres humanos, analicé el papel que jugaron en la historia las sociedades populares constructivas de apoyo mutuo y el papel histórico del Estado.

Sin titularse anarquistas, León Tolstói, como sus predecesores de los movimientos religiosos populares de los siglos XV y XVI, Chojecki, Denk y muchos otros, adopta una posición anarquista respecto al Estado y a los derechos de propiedad, derivando sus conclusiones del espíritu general de las enseñanzas de Cristo y de los necesarios dictados de la razón. Con todo el poder de su talento, ha realizado (sobre todo en Reino de Dios en nosotros mismos) una vigorosa crítica de la Iglesia, el Estado y la Ley, y, sobre todo, de las leyes de propiedad actuales. Describe el Estado como dominación de los débiles, apoyada en la fuerza bruta. Los ladrones, dice, son mucho menos peligrosos que un Gobierno bien organizado. Hace una penetrante crítica de los prejuicios en boga hoy respecto a los beneficios que Iglesia, Estado y la distribución actual de la propiedad confieren a los hombres y deduce de las doctrinas de Cristo el poder de la no resistencia y la condena absoluta de todas las guerras. Pero sus argumentos religiosos están tan admirablemente combinados con argumentos que proceden de una observación desapasionada de los males de hoy, que las partes anarquistas de su obra hablan tanto para el lector religioso como para el que no lo es.

Resultaría imposible explicar aquí, en tan breve bosquejo, la penetración, por una parte, de las ideas anarquistas en la literatura moderna, y la influencia, por otra, que las ideas libertarias de los mejores escritores contemporáneos han ejercido en el desarrollo del anarquismo. Pueden consultarse los diez grandes volúmenes del suplemento literario del periódico La Révolte y también el de Les Temps Nouveaux, en el que hay citas de las obras de centenares de autores modernos que exponen ideas anarquistas, para comprender hasta qué punto está estrechamente relacionado el anarquismo con todo el movimiento intelectual de nuestro tiempo. 

Sobre la libertad de John Stuart Mili, El individuo contra el Estado de Spencer, Esbozo de una moral sin obligación ni sanción de Jean-Marie Guyau y La Morale, l’art, et la religión de Fouillée, las obras de Multatuli (E. Douwes Dekker), Arte y revolución de Richard Wagner, las obras de Nietzsche, Emerson, W. Lloyd Garrison, Henry David Thoreau, Alexandr Herzen, Edward Carpenter, etc.; y en el campo de la literatura propiamente dicha, los dramas de Ibsen, la poesía de Walt Whitman, Guerra y Paz de Tolstói, París y El trabajo de Zola, los últimos libros de Dmitri Merezhkovski, e infinidad de obras de autores menos conocidos, están llenas de ideas que muestran cuan estrechamente relacionado está el anarquismo con los quehaceres del pensamiento moderno que sigue la misma tendencia de liberar al hombre de las ataduras del Estado y del capitalismo.

*Este texto fue escrito para la Enciclopedia Británica, edición de 1905

Selección de texto: El anarquismo de la Asociación Internacional de los Trabajadores

Revista Orto nº 202




 

CNT-AIT Madrid : HUELGA en la Administración Pública. 28-O




La Federación Local de la CNT-AIT Madrid apoya la huelga de 24 horas del día 28 de octubre convocada por los sindicatos Co.bas, Solidaridad Obrera y la Confederación Intersindical para todo el personal de la administración.

Esta es la última oportunidad de lucha por el sustento de nuestras familias, de nuestros/as compañeros/as y de nuestro puesto de trabajo. Pedimos la solidaridad de todo el personal funcionario y laboral fijo para que se sume a la huelga defendiendo a sus compañeras/os, exigiendo la estabilidad del personal interino y temporal, víctima del fraude de ley durante décadas.

Miles de empleadas/os perderán su puesto por estos procesos tras sufrir durante años el abuso de temporalidad. Apoya la huelga, no permitas que el gobierno y los sindicatos del poder se beneficien de este ERE encubierto, a base de ahorrarse trienios y pluses de trabajadores estables, y de vender cursos y temarios para oposiciones.

EL PUESTO PARA QUIEN LO TRABAJA

Por la paralización de todas las OPES que afectan al personal contratado.
Por la regularización de los interinos en fraude de ley, víctimas del abuso.
Paraliza los centros de trabajo, tu fuerza es la solidaridad.

¡HUELGA!

“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio, ya que no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio, ya que no era socialdemócrata,
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté, ya que no era sindicalista,
Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté, ya que no era judío,
Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.”

Martin Niemöller

martes, 26 de octubre de 2021

Grupo Moiras: Misión cumplida




Estamos a poco de publicar nuestro primer libro, «Por qué el anarcosindicalismo no puede sindicar la prostitución», ya que hemos logrado cumplir el primer objetivo e incluso rebasado el nivel de preventas necesario para sufragar costes de publicación.Todo lo que se obtenga a partir de ahora irá destinado a ayudar en la campaña por la libertad de Gabriel Pombo da Silva y a financiar la publicación en formato libro d

e todos los números del primer año de nuestra revista La Madeja.

Queremos mostrar nuestra gratitud desde esta entrada a todas las personas que lo han hecho posible comprando el libro o con donaciones, y recordar a los que todavía no lo han adquirido, que pueden hacerlo escribiendo a nuestro correo electrónico grupomoiras@riseup.net

Anunciamos también nuestra primera presentación pública en las Jornadas Anarquistas de CNT-AIT Toledo el sábado 20 de noviembre.

¡Un abrazo libertario!

Grupo Moiras
Colectivo anarcofeminista, por el resurgir de la federación de grupos de Mujeres Libres

A vueltas con la Universidad




La universidad tiene desde sus orígenes cierto halo de vanguardia, de ir un paso por delante de la sociedad o simplemente parecer el cuerpo de élite de la intelectualidad de un país, el ascensor social que todo aspirante a clase media desea. 

La universidad es investigación y por tanto nuevos descubrimientos. En ella se han fraguado algunos de los grandes movimientos sociales de diversas épocas, desde México a París o diversas luchas antifranquistas. Realmente eso es lo que la universidad quiere hacernos creer, la realidad es otra: precariedad laboral, segregación de clase, formas de gobierno antidemocráticas, represión sobre los grupos movilizados… 

Digamos que la universidad es un espacio tan progresista que ha mantenido un régimen disciplinario franquista durante 67 años. Desde que en 1954 se decretara el Reglamento de Disciplina Académica, los conflictos en la universidad se han ido resolviendo con reglamentación salida del fascismo más autoritario. Todos los rectores de la democracia se han sentido lo suficientemente a gusto con él como para no modificarlo.

Veamos una muestra de dos tipos de faltas graves de dicho Reglamento:

«Las manifestaciones contra la Religión y moral católicas o contra los principios e instituciones del Estado.«
«La incitación o estímulo, en cualquier forma, de las manifestaciones colectivas de los escolares dirigidas a la perturbación del régimen normal académico o sindical. Se estimará como agravante la comisión de la falta en el ejercicio de la función docente.«

¿Y qué podía suponer una falta grave? Inhabilitación temporal o perpetua para cursar estudios en todos los Centros docentes.

Además resulta que quienes “juzgaban” y condenaban por estos hechos eran tribunales propios de la universidad, siendo juez y parte, ni rastro de juicio justo e independiente. La realidad es que resultaba más garantista que elevaran una falta grave a delito penal o administrativo y que fuera juzgado fuera de la universidad que estar bajo el amparo de la legalidad universitaria.

Tras 67 años parece que esto cambia con la nueva Ley de Convivencia Universitaria. La Ley busca dotar a las universidades de un nuevo marco para la resolución de conflictos más adaptada a los tiempos que corren y sus problemáticas. Incorpora las problemáticas relacionadas con el acoso sexual, las violencias machistas o las novatadas, que entrarían dentro de la categoría de muy graves cuya máxima sanción sería una expulsión de dos meses hasta tres años y/o pérdida de derechos de matrícula parcial durante un curso. Sanciones bastante por debajo de la inhabilitación perpetua. Además, bajo acuerdo de todas las partes, se pueden poner en marcha procesos de mediación que eluden las sanciones, abriendo un espacio para un modelo no (tan) punitivo.
No todo puede estar bien hecho

Mientras que esta Ley supone una clara mejora respecto de lo que existía, la realidad es el proceso de mercantilización de la universidad sigue a toda velocidad. Muestra de ello son los recientes proyectos de Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación (LCTI) Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU). Reformas que aunque de ámbitos diferenciados, tremendamente interrelacionados, y con un mismo espíritu de fondo: premiar las llamadas transferencias público-privadas. Es decir, que las instituciones públicas pongan la infraestructura necesaria para que las empresas privadas puedan desarrollar sus necesidades y recoger los beneficios.

Si bien la LOSU tiene un preámbulo de buenas intenciones para atajar la precariedad o dotar de una perspectiva de género a la Ley, esto no se materializa en ninguna medida concreta. Por el contrario, acentúa e institucionaliza la precariedad laboral materializada en la doble carrera profesional, la vía funcionarial y la vía laboral, donde a igual trabajo hay un diferencial de derechos. Esta doble carrera tiene efectos colaterales que van más allá de los derechos laborales básicos, genera duplicidad de estructuras en los centros de trabajo (comités de empresas, juntas y diversos órganos de representación y gobierno) dificultando la unidad de acción de las trabajadoras de un mismo centro, profundizando en crear trabajadoras de primera y de segunda categoría.

El tratamiento que recibe la universidad de parte del actual Gobierno es un claro reflejo de su proyecto. Aquello que no modifica estructuralmente el tipo de universidad que tenemos (Ley de Convivencia) puede ser mejorado y orientado hacia una perspectiva menos represora, pero aquello que realmente sienta los fundamentos del modelo de universidad, educación y trabajo no hace más que seguir la línea continuista de los anteriores gobiernos, con mayor financiación, pero con el mismo proyecto mercantilizador y de menosprecio frente a los derechos laborales.

A vueltas con la Universidad. "Todo por Hacer". Octubre 2021

Virgilia D'Andrea:: Los vencidos que no mueren (1932)




'Los vencidos que no mueren' es un texto escrito por la poeta y anarquista italiana Virgilia D'Andrea en el año 1932. El texto ha sido traducido por Rebeldealegre y fue incluido en Arpillera N° 3. 


Anarquía significa la destrucción de la miseria, el odio, la superstición, y la abolición de la opresión del hombre por el hombre; es decir, la abolición del gobierno y el monopolio de la propiedad.

La individualidad humana es un mundo profundo y misterioso que puede encerrar en sí toda visión de nuevos horizontes de variados y distintos sentimientos y afectos; por lo tanto el individuo, esta parte vital de la vasta armonía universal, debe poder dar libre escape a sus propias inspiraciones, debe tener la oportunidad de intentar toda vía que vea plena de luz y promesa. Debe ser libre de desarrollar sus actividades, inclinaciones y capacidades, sus energías a veces esotéricas, que siente palpitar en sí, todas ellas mutables en el espacio y el tiempo. Debe sentirse árbitro de su propio destino y dirigir el timón de su propia existencia hacia el puerto que sea el supremo sueño de su vida.

Los gobiernos, las religiones, las patrias, la moralidad, en sus propios intereses, no solo no reconocen aspiración individual alguna, sino que las violan y sacrifican. Los gobiernos oprimen al individuo. Las religiones obstruyen sus facultades racionales. Las patrias le empujan hacia el cataclismo y vórtice de la guerra. La moral le sofoca con imposiciones y deberes que están en contraste directo con sus necesidades e inclinaciones naturales. Estamos convencidos de que el ser humano jamás será liberado si está atado espiritualmente a los prejuicios de dioses, moralidades o cualquier forma de dominación o subyugación. Por ende, nuestra lucha es por liberarle de las garras de estas terribles restricciones intelectuales y económicas. Nos rebelamos contra la sociedad que despóticamente clama el derecho criminal de disponer de sus miembros.

El ser humano debe cambiar radicalmente las nociones que han sido clavadas en su cerebro con el martillo del hábito y de siglos de esclavitud, tales como: “Sin jefes nadie trabajaría,” “Nada florece sin Dios,” y “La vida social es imposible sin gobierno.”

Todo lo que es bello y grandioso es logrado por la peligrosa marcha de la humanidad, y siempre contra Dios, amos y gobierno.

La llama del pensamiento, la magnificencia del arte, los descubrimientos maravillosos, la audacia de las invenciones pertenecen a períodos revolucionarios, cuando la humanidad, cansada de las cadenas de sus restricciones, las destroza, y se detiene ebria para respirar la brisa del más vasto y libre horizonte.

A quienes afirman que sin gobierno, legislación y represión, necesarios para que la ley se respete y los transgresores sean castigados, habrá desorden y delincuencia, les contesto: Miren a su alrededor, ¿no pueden ver el temible desorden en todo dominio de la vida social. Desorden que reina a pesar de la autoridad que gobierna y de la ley que reprime? ¿No pueden ver que el incremento de regulaciones hace a la legislación más severa, el dominio de la represión se extiende, y la inmoralidad, la humillación, los crímenes y las faltas se multiplican? Y el espectáculo de injusticias, tan repugnantes, está ante nosotros, torturando nuestra alma y nuestra vida.

La toma del poder, el contacto con él, el apoyarlo, bajo cualquier pretexto de bandera, celebridad, homenaje a un espejismo o principio, a pesar de toda apariencia, a pesar de las trilladas y repetidas fórmulas, traen degeneración en todo tiempo y lugar, a personas, grupos y partidos. Lejos de ser estímulo del progreso, se vuelven fuerzas del conservadurismo. Y pronto, puesto que el mundo marcha independiente de éstos, se tornan en causas de reacción. El poder usa lo peor en el ser humano y lo peor entre los seres humanos; eleva, premia y exalta al vil y al servil, y odia y castiga la independencia y dignidad personal.

Nos preguntan: ¿Cuándo dominarán los anarquistas? Dominaremos nunca. Hasta el momento (su lejanía depende de cuán distantes estén vosotros de nosotros) de la realización de una sociedad basada en contratos libres y voluntarios, en la que nadie pueda imponer su voluntad sobre otros porque la asociación será libre y ocupada en el crecimiento y desarrollo en vez de en el sacrificio del individuo, estaremos siempre en nuestro lugar, junto a quienes, como nosotros, no quieren ser oprimidos, ni oprimir, y quienes quieren hacer avanzar a quienes son oprimidos. Seguiremos fuera de todo gobierno y contra todo gobierno para indicarle a las personas la vía a su propia liberación, donde tomarán en sus propias manos su propio bien y felicidad.

Nos preguntan nuevamente: ¿No serán entonces siempre vencidos? No! Es sólo que no nos engañamos con que para vencer debamos tomar el lugar del dominador vencido. Aún si la Anarquía no puede realizarse hoy, mañana, o tras siglos, lo esencial para nosotros es marchar hacia la anarquía hoy, mañana y siempre. Todo golpe a la institución de la propiedad privada o al gobierno; toda exposición de sus mentiras, toda actividad humana que pueda quitársele al control de la autoridad, todo esfuerzo por elevar la consciencia de las personas incrementando el espíritu de iniciativa y solidaridad, es un paso hacia la anarquía.

Requerimos discriminar entre progreso real hacia nuestro ideal y no confundirlo con reformas legales hipócritas, que, bajo el pretexto de la mejora inmediata, distrae a las personas de la lucha contra la autoridad y tiende a paralizar sus actividades, con la esperanza de que algo puede lograrse con la bondad de amos y gobiernos.


Virgilia D’Andrea, anarquista y poeta italiana.