Nuestro compañero Gabriel Pombo permanece secuestrado en prisión después de 33 años cumplidos, teniendo la pena extinta desde hace mas de 6 años según las mismas leyes de un “Estado de Derecho” falaz y criminal.
Después de 3 años y medio de libertad lo han vuelto a detener ilegalmente y desde el final del pasado junio, Gabriel se encuentra preso en la cárcel de Mansilla de las Mulas (#León).
Siguen observándolo para ver si algo ha cambiado en su mirada, en su actitud siempre digna en su rechazo al hipócrita “respeto” carcelario.
Como anarquistas en contra de cualquier sistema de encierro no nos importa que este sea legal o ilegal pero el sentido de la justicia (no de Estado) lo mantenemos y lo reivindicamos.
En coherencia exigimos:
1) Extinción total de la condena acumulada al ser hechos del 1990, llevando mas de 30 años de cumplimiento efectivo.
Teóricamente a una persona presa siempre se le aplica el #CódigoPenal mas favorable y tiene “derecho” a pedir una revisión de pena a la luz de nuevos Códigos Penales que siempre tienen aplicación retroactiva.
Gabriel fue sentenciado en el 1993 por los hechos del 1990 estando vigente el Código Penal del 1973, siendo posible aplicarle a posteriori el Código Penal del 1995. A día de hoy sigue incomprensiblemente sin estar definido con claridad qué Código Penal se le aplica a nuestro compañero.
Con esta duda despejada Gabriel entraría en dos únicas situaciones inmediatas: confirmación de la refundición a 30 años con reconocimiento de todas las redenciones (C.P .del 1973), accedería por tanto inmediatamente a permisos, tercer grado y libertad condicional.
Confirmación de la refundición a 20 años (art. 76 del C.P. del 1995) lo que conllevaría la libertad inmediata por haber pagado como mínimo 6 años de más.
2) Prohibición de cumplimiento de penas inhumanas y degradantes, tanto por el convenio europeo de derechos humanos como en las propias garantías constitucionales.
Como anarquistas nos importa denunciar la hipocresía y falacia del “Estado de Derecho” y cómo quien pretende defender su creación y su sentido mismo no respeta y no aplica sus mismas leyes, sus mismas definiciones de “derecho”, sus mismas “garantías constitucionales”.
No necesitamos citar palabras de documentos oficiales (a las cuales podemos acceder y de las cuales tenemos conocimiento), fruto de un trabajo conjunto y cómplice entre los teóricos del “derecho” y los verdugos que lo quita.
Pensamos que encerrar a un individuo por tantas décadas representa de por sí una pena inhumana y degradante según un derecho natural y una ética anarquista que no necesita confirmación institucional alguna de sus valores, que están muy por encima de la mediocridad del alcance de los pilares “éticos” del sistema actual.
3) Aplicación, en igualdad, del principio de especialidad recogido en norma de la unión europea, transpuestas al derecho interno.
El “Principio de Especialidad” es uno de los pilares del derecho europeo, que si se hubiese reconocido, nuestro compañero no hubiera podido ser detenido.
La violación de este mismo principio propició que se emitiera una OEDE (Orden Europea de Detención y Entrega) a su cargo y que, por lo tanto, resultó ser una OEDE ilegal.
4) Acceso a los beneficios penitenciarios conforme a la ley orgánica general penitenciaria, en igualdad de trato.
A Gabriel no le permiten acceder a todos los beneficios penitenciarios a los cuales tiene ya derecho.
Por ejemplo, según el capitulo VI de la Ley Orgánica General Penitenciaria, los permisos de salida se conceden a partir del cumplimiento de 1/4 parte de la condena. Nuestro compañero ya cumplió toda la pena, no se lo reconocen y ni siquiera le conceden permisos, ni tercer grado, ni libertad condicional.
Afirmamos que el “Estado de Derecho”, como pilar de una sociedad burguesa supone una broma de mal gusto que ya estamos hartxs de soportar.
En este caso concreto, Gabriel es perseguido y acosado por haber sobrevivido a un proceso institucional de exterminio a base de torturas, aislamiento y asesinatos pero sin arrodillarse, exterminio al que el sistema penitenciario español ha sometido a una generación de compañeros de los que Gabriel es parte entre muchos otros.
Los que desde la COPEL y el APRE, pasando por enfrentar los FIES han ayudado a retratar las atrocidades de la realidad democrática española.
En esta circunstancia es legítimo preguntarse porqué, después de tantos años, hay que tratar de resolver cuestiones tan básicas como estas… la respuesta es sencilla y tiene a que ver con la “naturaleza” y la “cultura humana”: la naturaleza digna de un individuo anarquista, contra la cultura del poder de una maquinaria jurídica fundamentalmente perversa y vengativa.