La industria tabaquera empezó ayer a dar sus últimas bocanadas en Cádiz. La dirección de Altadis y los "sindicatos" Comisiones Obreras, UGT y la Confederación de Trabajadores Independientes sellaron el martes un acuerdo de Expediente de Regulación de Empleo que dejará sólo 67 trabajadores en la fábrica de Cádiz. Habrá 207 prejubilaciones y traslado o baja incentivada para otros seis empleados, todos ellos personal administrativo y técnico para los que no ha sido posible encontrar una salida más favorable. El volumen total de desvinculaciones a nivel nacional será de 780 y la mayor incidencia se dará en Alicante, donde la planta se cerrará y se perderán 329 empleos.
Las bajas anticipadas serán a partir de los 52 años y afectarán a 186 operarios y 21 técnicos y administrativos. El expediente mejora sensiblemente la compensación pactada en los procesos anteriores, ya que estos prejubilados cobrarán el 70% del salario hasta los 54 años y el 71% a partir de esa edad y hasta el enlace con la jubilación.
El inicio de la aplicación en Cádiz será el 30 de junio, fecha en la que está previsto el cierre de la primera de las dos plantas descartadas en la reestructuración emprendida por el nuevo propietario de la factoría: la compañía inglesa Imperial Tobacco. En ese mes se parará la producción de tabaco reconstituido y en diciembre, la preparación de ligas.
Los trabajadores saldrán en ambos momentos, pero las desvinculaciones no terminarán hasta junio de 2010 porque en este periodo extra se encargarán del desmantelamiento de las instalaciones. Esta ampliación temporal tiene una clara intención: incluir en el ERE a los 17 empleados (trece operarios y cuatro técnicos) que en esos meses cumplen 52 y 51 años, respectivamente, y para los que, inicialmente, no se había planteado la prejubilación, sino una solución más traumática como el traslado.
El único problema será la desvinculación de los seis profesionales excedentarios, pero para ellos se ha planteado una serie de alternativas exportadas del modelo aplicado en Francia: formación a través de una antena de empleo durante un máximo de doce meses y con un coste no superior a los 5.000 euros, indemnización en caso de pérdida salarial en el cambio a otra compañía (360 euros mensuales durante 18 meses), compensación de 1.700 euros en caso de movilidad geográfica e, incluso, una ayuda lineal de 20.000 euros para aquellos que creen o entren en otro negocio.
Además, el expediente estará vigente hasta el año 2014, lo que permite contar con una cláusula de garantía ante posibles nuevos recortes o, incluso, ante el cierre. En estos supuestos, la plantilla remanente de 67 profesionales podrá acogerse a las mismas medidas pactadas para los actuales afectados. Este colchón es muy importante para la factoría gaditana porque en 2014 "prácticamente todos los trabajadores tendrán más de 50 años" y podrían optar, como tantos anteriores, a una salida digna de esta industria histórica de la capital gaditana.
El Centro Industrial Tabaquero, hoy una denominación a todas luces excesiva, se quedará con solamente 67 trabajadores y una planta de expandido (separación y oxigenación del tabaco), lo que, ante todos, empresa y sociedad, supone el preludio de una muerte probablemente inminente.
Las bajas anticipadas serán a partir de los 52 años y afectarán a 186 operarios y 21 técnicos y administrativos. El expediente mejora sensiblemente la compensación pactada en los procesos anteriores, ya que estos prejubilados cobrarán el 70% del salario hasta los 54 años y el 71% a partir de esa edad y hasta el enlace con la jubilación.
El inicio de la aplicación en Cádiz será el 30 de junio, fecha en la que está previsto el cierre de la primera de las dos plantas descartadas en la reestructuración emprendida por el nuevo propietario de la factoría: la compañía inglesa Imperial Tobacco. En ese mes se parará la producción de tabaco reconstituido y en diciembre, la preparación de ligas.
Los trabajadores saldrán en ambos momentos, pero las desvinculaciones no terminarán hasta junio de 2010 porque en este periodo extra se encargarán del desmantelamiento de las instalaciones. Esta ampliación temporal tiene una clara intención: incluir en el ERE a los 17 empleados (trece operarios y cuatro técnicos) que en esos meses cumplen 52 y 51 años, respectivamente, y para los que, inicialmente, no se había planteado la prejubilación, sino una solución más traumática como el traslado.
El único problema será la desvinculación de los seis profesionales excedentarios, pero para ellos se ha planteado una serie de alternativas exportadas del modelo aplicado en Francia: formación a través de una antena de empleo durante un máximo de doce meses y con un coste no superior a los 5.000 euros, indemnización en caso de pérdida salarial en el cambio a otra compañía (360 euros mensuales durante 18 meses), compensación de 1.700 euros en caso de movilidad geográfica e, incluso, una ayuda lineal de 20.000 euros para aquellos que creen o entren en otro negocio.
Además, el expediente estará vigente hasta el año 2014, lo que permite contar con una cláusula de garantía ante posibles nuevos recortes o, incluso, ante el cierre. En estos supuestos, la plantilla remanente de 67 profesionales podrá acogerse a las mismas medidas pactadas para los actuales afectados. Este colchón es muy importante para la factoría gaditana porque en 2014 "prácticamente todos los trabajadores tendrán más de 50 años" y podrían optar, como tantos anteriores, a una salida digna de esta industria histórica de la capital gaditana.
El Centro Industrial Tabaquero, hoy una denominación a todas luces excesiva, se quedará con solamente 67 trabajadores y una planta de expandido (separación y oxigenación del tabaco), lo que, ante todos, empresa y sociedad, supone el preludio de una muerte probablemente inminente.