Los astilleros acumulan en los dos últimos años pérdidas por más de 130 millones €
Navantia cerró el 2009 con unas pérdidas que rondaron los 80 millones de euros. Aunque oficialmente la SEPI aún no ha dado a conocer el balance económico de la compañía, en las últimas semanas distintas voces del Gobierno central han admitido un crecimiento de los números rojos, que en el 2008 ya se cifraron en 55 millones y que desde entonces superan los 130. Hasta el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, reconoció el pasado día 28 de abril en el Congreso que la realidad de los astilleros públicos «no es la mejor de las situaciones posibles».
La caída de la contratación y el crecimiento de las pérdidas ha coincidido con la puesta en marcha del programa de austeridad del Gobierno, con el que pretende recortar 50.000 millones de euros, y que tendrá una repercusión directa en las empresas públicas. Para intentar devolver a los astilleros a la senda de la rentabilidad, el presidente de la empresa, Aurelio Martínez, ha anunciado un plan con el que prevé un recorte de los costes.
Actividad general
La bajada afecta a la actividad general de la empresa, aunque no de igual manera a todos los departamentos. Así, las acciones de austeridad serán más contundentes en los gastos de representación, viajes y asistencia a ferias, entre otros. Incidirá de forma menos acusada en los planes de inversiones y en el departamento de I+D.
Áreas complementarias
Fuentes de Navantia explicaron ayer que, además de la rebaja de los costes, el plan incluye también la búsqueda de nuevos mercados, asociados a las áreas complementarias de los astilleros, como las divisiones de motores, sistemas y turbinas. La empresa pública quiere estar presente en todo el ciclo de vida de los barcos, algo que ya hace con la Marina española, pero no así con las otras Armadas.
También se plantea recuperar algunos negocios, como el eólico, que le reportó durante casi dos décadas un importante volumen de trabajo a la fábrica de turbinas, ubicada en el astillero ferrolano. Navantia perdió hace dos años este mercado, tras caducar la licencia tecnológica que tenía firmada con Siemens, y no volver a renovarla ni a buscar alianzas con otro socio. Aurelio Martínez ya ha comentado en varias ocasiones su apuesta por adentrar a la compañía en nuevos segmentos, como la eólica marina, que podría reportar tanto actividad a la fábrica de turbinas como a la antigua Astano, que fabricaría las plataformas sobre las que se asentarán los aerogeneradores en alta mar. Se trata de un proyecto que necesita maduración y que no verá la luz de forma inmediata.
El nombramiento de un director para la fábrica de turbinas, que había perdido hace años su autonomía, es una prueba del compromiso de la firma con las energías alternativas y de la vocación por potenciar esta área de negocio.
La búsqueda de nuevos mercados se produce en un contexto en el que la empresa ha superado ya los dos años y medio sin suscribir nuevos encargos y tampoco hay previsiones de que a corto plazo vaya a lograrlos. Aunque la firma ha extendido las acciones comerciales a diez países, entre ellos Canadá y Suecia, no espera que ninguna de las negociaciones pueda traducirse en contratos antes del 2011