Melilla queda como la última ciudad española en la que la dictadura franquista no ha desaparecido. Allí se mantiene la última estatua que homenajea al dictador. Y en sus calles, sin que el gobierno local se plantee cambiar la situación, siguen sobreviviendo nombres y monumentos que recuerdan el franquismo. Una situación que parece lejos de modificarse mientras siga presidiéndola el popular Juan José Imbroda.Y es que el Gobierno melillense acaba de conceder, con la oposición de los demás grupos políticos, una medalla de oro de la Policía Local a Ramón Antón Mota, exConsejero de Seguridad Ciudadana de la Ciudad, actual asesor del propio Imbroda y que en su currículo, como mérito, incluye entre los momentos más importantes de su trayectoria “el gran logro” de haber estado “en comisión de servicios” en la última ejecución que ha habido en España por garrote vil.
El “mérito” de haber asistido al ajusticiamiento de Puig Antich
En concreto, a la hora de glosar la trayectoria profesional como funcionario del Ministerio de Interior, que imaginamos ha facilitado el propio señor Antón Mota, se puede leer: “Ha estado en comisión de servicios en Bilbao, Pamplona, Madrid, Palma de Mallorca, Barcelona (con motivo de la última ejecución que hubo en España, la de Puch (sic) Antich, a la que asistió el Delegado Gubernativo)…”.El currículum no sólo tiene errores de bulto en el nombre del militante anarquista Salvador Puig Antich, que fue ejecutado por medio del garrote vil en marzo de 1974, sino que también se equivoca cuando afirma que esa fue “la última ejecución que hubo en España), ya que a finales de 1975 se fusiló a cuatro miembros del FRAP y a dos de ETA. Pero lo que ha llevado a oponerse a los demás grupos presentes en el parlamento de Melilla es que se considere esto mérito curricular como para conceder una medalla de oro que lleva el nombre de la policía de la ciudad.Otro mérito, haber vivido el estado de excepción en el País VascoEn el mismo repaso al historial profesional del señor Antón Mota, el Gobierno de Melilla subraya que “ingresa en el antiguo Cuerpo Superior de Policía en 1970, siendo destinado al País Vasco (Irún), donde se declara por primera vez estado de excepción”.
En fin, Melilla ha concedido 3 medallas de oro de la Policía Local. Las otras dos fueron para condecorar al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil. En este caso las concesiones fueron por unanimidad de todas las fuerzas políticas. Pero no así en el caso de Antón Mota.
Un caso de juanpalomo
La medalla concedida por el Gobierno de Imbroda a su exConsejero de Seguridad se ha encontrado con el voto en contra de PSOE, Coalición por Melilla y Partido Populares en Libertad (escisión del PP).Estos grupos políticos han rechazado la concesión de la distinción porque dicen no poder aceptar que se premie “a quien incluye en su currículum como mérito profesional un hecho tan aberrante como es una ejecución”.Pero es que además se da el curioso caso de que la medalla que ahora el Gobierno popular de Melilla concede a Ramón Antón Mota fue instaurada por el propio Antón Mota durante sus años como Consejero de Seguridad Ciudadana. Es decir, se trata de una nueva actualización del viejo dicho de juanpalomo.