Brenda Abarguazo, una joven madre de nacionalidad boliviana residente en Cádiz con un hijo de corta edad que nació en España, ha solicitado en la Oficina de Extranjería la retirada de la orden de expulsión de España de su marido. El investigador sobre la situación de hijos de inmigrantes en Andalucía Juan León Moriche, ha explicado que el padre del menor español, Wilfredo, vivía junto a su familia en Algeciras y trabajaba sin papeles de albañil en un chalé de La Línea, pero, al ir a cobrar, el dueño de la casa no sólo se negó a pagarle, sino que llamó a la Policía.
Esa misma noche, "y sin que los abogados tuvieran tiempo de presentar los papeles que acreditaban que tenía un hijo español, fue expulsado del país en menos de 24 horas", según Moriche.
Wilfredo lleva en Bolivia ya un año separado de su familiaCon la ayuda del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, la familia ha iniciado gestiones para que el padre del menor pueda regresar a España, ya que alegan que existe jurisprudencia del Tribunal Supremo según la cual no se pude expulsar a los padres de niños españoles.Desde el pasado junio, según ha subrayado Moriche, hay un""tira y afloja" con la Oficina de Extranjería de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, "ya que dijeron que si presentábamos una oferta de trabajo podría volver, pero una vez presentada fue denegada".
El hecho es que el padre de Javier está en Bolivia desde hace un año porque, según Moriche, la Subdelegación de Cádiz "es especialmente rigurosa, por no decir fascista, en el caso de los inmigrantes".
Esa misma noche, "y sin que los abogados tuvieran tiempo de presentar los papeles que acreditaban que tenía un hijo español, fue expulsado del país en menos de 24 horas", según Moriche.
Wilfredo lleva en Bolivia ya un año separado de su familiaCon la ayuda del Defensor del Pueblo Andaluz, José Chamizo, la familia ha iniciado gestiones para que el padre del menor pueda regresar a España, ya que alegan que existe jurisprudencia del Tribunal Supremo según la cual no se pude expulsar a los padres de niños españoles.Desde el pasado junio, según ha subrayado Moriche, hay un""tira y afloja" con la Oficina de Extranjería de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz, "ya que dijeron que si presentábamos una oferta de trabajo podría volver, pero una vez presentada fue denegada".
El hecho es que el padre de Javier está en Bolivia desde hace un año porque, según Moriche, la Subdelegación de Cádiz "es especialmente rigurosa, por no decir fascista, en el caso de los inmigrantes".