Human Rights Watch (HRW), una de las organizaciones defensoras de los derechos humanos más importantes a nivel internacional, se han hecho eco del encarcelamiento en Marruecos a finales de 2007 de seis hombres por su presupuesta homosexualidad. HRW y la Asociación Marroquí de Derechos Humanos han pedido al gobierno marroquí que proteja los derechos a la intimidad y a un juicio justo, independientemente de la orientación sexual de cada persona.
El comunicado de protesta de ambas asociaciones se ha emitido desde Nueva York, dándole mayor repercusión internacional. En concreto, se pide al Gobierno de Marruecos que “revoque la ley que estipula la prisión para quienes realizan actos homosexuales consentidos”, así como el artículo 489 de su código penal. De hecho, con este artículo se puede enviar a la cárcel a homosexuales, al considerar legal llevar a prisión a “quienes cometan actos lascivos o no naturales entre personas del mismo sexo”.
Esta ley, que para muchos países europeos, supone una absoluta aberración de la ley y una negación del derecho fundamental de una persona a tener intimidad y hacer en esa intimidad lo que quiera, ha sido aplicada recientemente a seis hombres marroquíes, detenidos en noviembre de 2007.
Human Right Watch recordó que en noviembre de 2007 la Policía marroquí detuvo a esos hombres después de que circulase por internet un vídeo sobre una fiesta privada en la ciudad de Ksar el-Kbir, ubicada entre Rabat y Tánger.
Asimismo señaló que aunque la fiscalía no presentó en el juicio pruebas de que los acusados habían violado ese artículo y pese a que los detenidos negaron los cargos, un tribunal les sentenció a 10 meses de prisión.
El pasado 15 de enero, hubo una apelación ante el tribunal de Tánger, quien ratificó la condena y sólo redujo sus sentencias. Un juicio que según el director de HRW para Oriente Medio y el norte de Africa, Joe Stork, “demuestra cómo una ley injusta puede utilizarse para violar el derecho básico a la privacidad y estimular los prejuicios sociales”.
Por su parte, Khadija Ryadi, presidente de la asociación marroquí, subrayó que “cuando un juicio es injusto como ocurre con éste, la gente tiene que protestar ante las autoridades. Las creencias pueden diferir, pero todos deben de compartir el deseo de justicia”.
Ambas asociaciones invitan a través de su página de Internet a los ciudadanos de todo el mundo a firmar su petición que será enviada al Gobierno de Marruecos, pero en la que no se harán públicos los nombres de quienes lo firmen.
Que en 2008 una persona sea encarcelada por su condición sexual en un país que lucha por modernizarse, hace que se derrumbe precisamente esa imagen de tolerancia y democracia a la que tanto se aspira desde sus discursos políticos. Desgraciadamente, actos como el encarcelamiento de estos seis marroquíes por su supuesta tendencia sexual es un retroceso evidente en la imagen del Marruecos de cara a la opinión pública internacional, pero también, no lo obviemos, de cara a su propia población.
El comunicado de protesta de ambas asociaciones se ha emitido desde Nueva York, dándole mayor repercusión internacional. En concreto, se pide al Gobierno de Marruecos que “revoque la ley que estipula la prisión para quienes realizan actos homosexuales consentidos”, así como el artículo 489 de su código penal. De hecho, con este artículo se puede enviar a la cárcel a homosexuales, al considerar legal llevar a prisión a “quienes cometan actos lascivos o no naturales entre personas del mismo sexo”.
Esta ley, que para muchos países europeos, supone una absoluta aberración de la ley y una negación del derecho fundamental de una persona a tener intimidad y hacer en esa intimidad lo que quiera, ha sido aplicada recientemente a seis hombres marroquíes, detenidos en noviembre de 2007.
Human Right Watch recordó que en noviembre de 2007 la Policía marroquí detuvo a esos hombres después de que circulase por internet un vídeo sobre una fiesta privada en la ciudad de Ksar el-Kbir, ubicada entre Rabat y Tánger.
Asimismo señaló que aunque la fiscalía no presentó en el juicio pruebas de que los acusados habían violado ese artículo y pese a que los detenidos negaron los cargos, un tribunal les sentenció a 10 meses de prisión.
El pasado 15 de enero, hubo una apelación ante el tribunal de Tánger, quien ratificó la condena y sólo redujo sus sentencias. Un juicio que según el director de HRW para Oriente Medio y el norte de Africa, Joe Stork, “demuestra cómo una ley injusta puede utilizarse para violar el derecho básico a la privacidad y estimular los prejuicios sociales”.
Por su parte, Khadija Ryadi, presidente de la asociación marroquí, subrayó que “cuando un juicio es injusto como ocurre con éste, la gente tiene que protestar ante las autoridades. Las creencias pueden diferir, pero todos deben de compartir el deseo de justicia”.
Ambas asociaciones invitan a través de su página de Internet a los ciudadanos de todo el mundo a firmar su petición que será enviada al Gobierno de Marruecos, pero en la que no se harán públicos los nombres de quienes lo firmen.
Que en 2008 una persona sea encarcelada por su condición sexual en un país que lucha por modernizarse, hace que se derrumbe precisamente esa imagen de tolerancia y democracia a la que tanto se aspira desde sus discursos políticos. Desgraciadamente, actos como el encarcelamiento de estos seis marroquíes por su supuesta tendencia sexual es un retroceso evidente en la imagen del Marruecos de cara a la opinión pública internacional, pero también, no lo obviemos, de cara a su propia población.