lunes, 11 de mayo de 2009

Autónomos: 300 bajas al mes


El número de trabajadores por cuenta propia desciende en 1.180 personas entre enero y marzo · La caída en picado de la construcción causa estragos en Chiclana y Sanlúcar

Trabajar por cuenta propia se ha convertido en una tarea casi heroica en estos tiempos complicados para la economía. La recesión se ha cebado con los autónomos, el principal músculo junto a las pequeñas y medianas empresas del tejido productivo español y, aún más, de la provincia de Cádiz, que se ha ido atrofiando por falta de actividad desde el estallido de la crisis.

En la provincia gaditana la realidad económica, social y laboral de estos trabajadores es también harto complicada. La crisis ha pasado factura a casi 3.500 autónomos que se han visto obligados a abandonar su actividad en Cádiz en el último año, una media de casi 300 al mes. La caída en términos relativos es del 6% y representa la mayor fuga de profesionales por cuenta propia en las cuentas de la Seguridad Social de la comunidad andaluza. Sólo Granada, con un 5% menos, se acerca al pronunciado descenso de Cádiz, que ha puesto tierra de por medio con la Comunidad y España, donde la bajada media se ha quedado en un 4,5% y 4,8%, respectivamente.

El balance del primer trimestre de 2009 permite ver la botella medio llena por primera vez desde que se desató esta crisis de las que pocos se libran. Los datos al cierre de marzo permiten vislumbrar un cierto horizonte de esperanza porque el ritmo de contracción del sector en este periodo ha sido tres veces menor (-2,1%) que el registrado durante 2008. Incluso en el tercer mes del presente ejercicio se anotó un leve incremento del 0,3%, aunque más circunstancial que coyuntural.

Esta primera sangría del año ha dejado el censo provincial en 54.955, lo que supone 1.180 autónomos menos de los que iniciaron 2009 en activo. La lectura empeora, además, al mirar al entorno y comprobar que tanto Andalucía como el conjunto del país se movieron por debajo del 2%.

El comercio y la construcción han sido los sectores más castigados por la pérdida de este tipo empleo, sobre todo el segundo, que ha visto cómo en un año se esfumaba un 12,5% de la masa productiva. En la actividad comercial, el nicho principal de autónomos, las bajas se cuentan por miles, 2.367, exactamente, que equivalen a una fuga del 11,6%.

El sector de agricultura también ha sufrido un fuerte recorte de afiliados al RETA (un 10,8%), al igual que el de actividades administrativas y, especialmente, el de transportes, una de las profesiones más vapuleadas por la crisis (-9,5%), lo que ha conllevado la adopción de medidas de choque específicas para este colectivo como la rebaja de casi el 50% de su módulo de tributación.

La hostelería, en cambio, es uno de los grupos que han visto algo de luz al final del largo túnel. La caída interanual (entre los meses de marzo) ha sido la más suave (-2,2%) y ha empezado 2009 con un cambio de tendencia, ya que a finales de marzo llegaba a sumar 97 profesionales más que en enero. Lo mismo ha ocurrido en los ámbitos de actividades profesionales, científicas y técnicas (+42), comercio (+33), actividades artísticas y de entretenimiento (+31), educación (+19), actividades financieras y seguros (+18) y actividades sanitarias (+8).

Las principales ciudades de la provincia han sido testigos de cómo cientos de autónomos han ido tirando la toalla. En términos porcentuales, Chiclana, localidad emprendedora por excelencia, es con diferencia el municipio gaditano que ha sufrido el mayor impacto en el hundimiento del autoempleo, con una caída del 9,6% en la diferencia interanual que le ha llevado a bajar de las 4.000 personas. La voracidad de la crisis también ha causado estragos en Sanlúcar, donde el desplome ha sido del 7,2% hasta situarse en 3.290 autónomos. En ambos casos el daño viene producido especialmente por el derrumbe del sector de la construcción.

En el resto de los municipios gaditanos el castigo al autoempleo también ha sido notable y el clavo ardiendo al que se agarran ahora, tanto los autónomos de la provincia como los del resto del país, son las medidas tendentes a acabar con la asfixia a las que están sometidos, en buena parte, por la millonaria deuda que los ayuntamientos acumulan con aquellos que se atreven a trabajar por cuenta propia.