«Las condiciones se van a imponer a los bancos, no a la
sociedad española, ni en el ámbito fiscal ni en el macroeconómico». El
ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, se apresuró este
sábado a recalcar que la factura de este rescate a España no la van a
pagar los ciudadanos por medio de nuevos recortes de servicios básicos o
subidas de impuestos en los próximos Presupuestos Generales del Estado.
Los expertos, sin embargo, no lo tienen tan claro.
Luis de Guindos, que se esforzó por desmarcarse en todo
momento de la palabra 'rescate', repitió que el mecanismo acordado para
ayudar a España supone un «préstamo en condiciones muy favorables» y que
«no habrá ningún tipo de condicionalidad fuera del sector financiero».
«Las condiciones son para los bancos, que son quienes en última
instancia reciben el capital», insistió el responsable Economía, que
eludió cuantificar cuánto de los 100.000 millones que Europa pondrá a
disposición de los bancos españoles se solicitarán.
Pero el ministro sí dejó caer que el apoyo financiero que
recibirá el Frob procedente del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera
y del Mecanismo Europeo de Estabilidad va a ser «deuda del Estado» y
los intereses derivados de su pago -el tipo de interés tampoco se
conoce- harán aumentar el déficit. Y ese déficit y esa deuda habrá que
pagarlos. El propio Eurogrupo avisó, en su comunicado, de que el
«progreso» de España en aplicar reformas macroeconómicas «será vigilado
muy de cerca y regularmente revisado en paralelo a la asistencia
financiera».
La gran pregunta es ahora ¿cómo afectará al ciudadano de a
pie la nueva situación en que ha entrado la economía española? Los
especialistas consultados tienen claro que España ha salido algo mejor
parada del proceso que sus antecesoras demandantes de ayuda (Grecia,
Irlanda y Portugal), pero vaticinan que eso no frenará la cascada de
ajustes en marcha.
El proceso para elaborar los presupuestos generales del
Estado ya ha empezado. El Gobierno anunció el viernes que presentará
antes del 30 de junio el techo de gasto, que servirá de base para
elaborar las cuentas de 2013. Cuentas que tendrán que presentar después
del verano y que deberán incluir partidas para amortizar parte de ese
rescate.
Los ajustes
José Manuel Pazos, socio director de Omega IGF, considera
que «la economía española necesitará más ajustes estructurales sin
ninguna duda». Y admite que las pensiones, las prestaciones por
desempleo, los sueldos de los funcionarios y el IVA -cuya subida ya
solicitó Bruselas- tienen muchas papeletas para ser objeto de nuevas
reformas.
«Estoy convencido de que, con mayor o menor cuantía,
todos esos aspectos volverán a ser revisados», subraya Pazos. El motivo,
explica, es que «tenemos un estado de bienestar a la alemana y unos
impuestos a la americana. Hay muchas cosas que tendremos que pagarlas o
no tenerlas». Como contrapartida, señala que los ciudadanos se
beneficiarán el «bombeo» de dinero a las entidades financieras
españolas. Aunque no será inmediato, pronostica que «dejará de
deteriorarse el entorno adverso de acceso al crédito», lo que a medio
plazo ayudará a las familias y empresas.
José Ramón Iturriaga, socio director de Abante Asesores,
destaca que la fórmula adoptada debería «abrir la financiación a bancos y
empresas», condición previa para que vuelvan a prestar a las pymes y
ciudadanos. En ese sentido, considera que aunque «seguirán los ajustes»,
el contribuyente «va a pagar mucho menos que en cualquier otra
modalidad de rescate», como las elegidas para salvar a otros países.
«Habría sufrido más», señala, frente a un rescate acompañado de un
pliego de condiciones como las impuestas a Portugal o Grecia, «que han
sido tremendas».
Iturriaga reconoce que el mecanismo elegido generará
«algo más de deuda», pero cree que ese alza podría verse compensada por
una rebaja de los intereses de los títulos soberanos que España emitirá
en adelante, fruto de una eventual bajada de la presión. «Las reacciones
en los mercados deberían ser muy positivas», resaltó.
Ambos especialistas coinciden en que España ya «ha hecho
mucho» en términos de reformas estructurales. Otros países como Portugal
y, sobre todo, Grecia, se encontraron de bruces frente a la hecatombe
financiera y con todo por hacer.
Ya veremos... como dijo aquel " la cuerda se deshilacha por el lado más o endeble...", o sea los mismos de siempre. El pueblo.