viernes, 18 de enero de 2013

Homofobia de "sangre azul"

En el país vecino no lo conoce ni Dios. Eso sí, el bisnieto del dictador  se atreve a sermonear  a los franceses sin caer en la cuenta que él no es nadie en Francia, ya que el pueblo galo abolió los privilegios a los de su casta parasitaria. En cuanto a los españoles no nos perdona, porque hacemos todo lo posible - cuando nos dejan y podemos - por borrar el legado de su bisabuelo Francisco Franco: derriban estatuas, rebautizar el nombre de las calles... 

Luis Alfonso de Borbón, duque de Anjou y aspirante al inexistente trono francés, ha remitido una carta a sus “compatriotas” en la que pide que se movilicen en contra de la aprobación de esta nueva ley como es la del matrimonio homosexual en Francia. El hijo de Carmen Martínez Bordiú y Alfonso de Borbón y Dampierre,  duque de Cádiz, ha decidido alzar su voz contra las uniones entre homosexuales, “ya que la defensa de la institución del matrimonio entre un hombre y una mujer es una cuestión de civilización”, ha dicho. En el manifiesto, promovido por el Instituto Duque de Anjou, Luis Alfonso de Borbón ofrece su particular visión sobre este asunto:

“La humanidad entera, y en particular nuestra historia común, la de Francia, se ha construido sobre la base de la familia. Mil años de historia reposan sobre una familia de la que yo soy el heredero, el hijo mayor, y que tengo la inmensa responsabilidad de representar en vuestro nombre (…) Pero algunos desean que la institución del matrimonio, sobre la que reposa la estructura familiar, se banalice hasta el punto de hacerlo extensivo a las personas del mismo sexo y, en consecuencia, permitir la adopción, así como la filiación de hijos (…) En todas las épocas el hombre y la mujer se han unido de forma natural para concebir y educar a los hijos. ¿Qué sería de nosotros si nuestros padres, nuestros antepasados, no hubieran seguido este proceso natural, institucionalizado y santificado por el matrimonio cristiano? ¿Cómo aceptar que se establezca el derecho a un niño aun en contra de los derechos del propio niño?”, escribe Luis Alfonso de Borbón.
“Nuestros políticos no pueden asumir la responsabilidad de redefinir las leyes inmemoriales de la naturaleza humana. Por supuesto, debemos adaptarnos a la evolución de nuestra sociedad, pero algunos principios inmutables como la unión de un hombre y una mujer para formar una familia y educar a los hijos no pueden ser cuestionados (…) La visión de mis antepasados, y especialmente de Hugo Capeto, San Luis, Enrique IV o Luis XIV, era la de construir, en interés de todos, una nación francesa que resplandeciera durante siglos. Una nación que no ha permitido que intereses particulares comprometan sus valores fundacionales. Mi difunto padre, el príncipe Alfonso, en una línea en la me inscribo, ya dijo que ‘no puede haber una sociedad que sea de permanencia y continuidad que no respete los derechos fundamentales de la familia, que es la célula base de cualquier sociedad constituida de acuerdo al orden natural y cristiano’”, finaliza éste, no sin antes pedir la retirada del proyecto de ley “desde fuera de cualquier posición partidista”... Y se cree. el chaval, que sienta cátedra.