domingo, 28 de marzo de 2021

Enseñanza e Intervención Social, CNT-AIT de Madrid: crónica de una tragedia anunciada


Los acontecimientos acaecidos en el instituto de Enseñanza Secundaria Felipe II, ubicado en el barrio de Moratalaz de Madrid, bien pueden ser considerados como los de una tragedia anunciada y previsible que pudiera haberse evitado.

A continuación, pasamos a relatar los hechos, constatados y probados.

El Sindicato de Enseñanza e Intervención Social de la CNT-AIT de Madrid planteó a principios de curso una huelga general e indefinida en todos los centros de enseñanza primaria y secundaria debido a la falta de medidas de protección frente al coronavirus en multitud de ellos y a la ineficiencia y despreocupación que el gobierno de la Comunidad de Madrid demostraba para garantizar mínimamente la seguridad de los trabajadores de la enseñanza y el alumnado frente al contagio por el SARS-CoV 2, con unos protocolos de actuación muy deficientes y que ponían en peligro la salud de la comunidad educativa de los centros.

A principios de diciembre de 2020 se constituye la Sección Sindical de la CNT-AIT en el IES FelipeII. Una de sus primeras tareas fue reivindicar  para los conserjes del instituto (entre los que había dos de ellos que eran población de riesgo frente a los contagios  –corroborado por sendos certificados médicos entregados a la dirección del centro-) unas cabinas de protección en los pisos superiores del instituto donde se obligaba a subir rotativamente al personal de conserjería a realizar tareas de atención y vigilancia hacia el alumnado que, en realidad, aunque corresponden a los profesores, realizan los conserjes en un ejercicio de buena voluntad. Dicho personal se encontraba absolutamente expuesto si se producían contagios, puesto que únicamente estaban acompañados  por una mesa y una silla, sin ningún tipo de protección salvo la mascarilla.

Desde la Sección Sindical se señalaba que esta situación era absolutamente irregular y se reclamaba que, mientras no estuvieran construidas las cabinas, los conserjes permanecieran en la conserjería (sobre todo los que eran población vulnerable frente a los contagios) que es un lugar más protegido.

Después de varias conversaciones a nivel particular con varios miembros de la dirección (directora y secretario) y constatando su negativa a tomar ningún tipo de acción, la Sección solicitó una reunión formal con la junta directiva, que se llega a realizar el 21 de diciembre (y de la que se levanta acta), en la que la cerrazón de la dirección seguía siendo evidente a pesar de todos los intentos por parte de los trabajadores de la Sección por llegar a algún tipo de solución satisfactoria. La única consecuencia fue la instalación de unas minúsculas barreras de metacrilato en las mesas de los pisos, absolutamente insuficientes para proteger a nadie de los contagios. En dicha reunión, un trabajador de la conserjería llega a señalar que hará responsable de su muerte a la dirección si resulta contagiado.

A la vuelta de las vacaciones escolares de navidad se siguen produciendo intentos por solucionar la situación por parte de las personas que integraban la Sección Sindical; incluso llega a haber una reunión de una comisión del Sindicato de Enseñanza con la junta directiva  con el mismo resultado: negativa de la dirección del instituto a hacer nada.

La consecuencia fatal se produce cuando, a finales de enero, Marijose Romero, conserje del instituto y vecina de Moratalaz, es contagiada por el coronavirus, teniendo que ser ingresada el 1 de febrero en el Hospital Gregorio Marañón, pasando a la UCI el 5 de febrero y falleciendo el 3 de marzo. Tenemos que señalar aquí que Marijose pidió varias veces a la directora del FelipeII que “por humanidad” hiciera algo para no tener que estar subiendo a los pisos superiores, tanto por el riesgo de contagio como por sus patologías previas, que eran evidentes. También tenemos que decir que Marijose, mientras estuvo consciente, estaba absolutamente convencida  de que fue en esos pisos donde se contagió, puesto que llevaba una vida de práctico recluimiento en su vivienda debido al miedo al contagio, saliendo de ella sólo para ir al trabajo, situado cerca de su casa.

Mencionar también que, aun conociendo el contagio de Marijose, el 1 de febrero la dirección del instituto seguía presionando al otro conserje (paciente de riesgo) a subir a los pisos con amenazas de sanciones disciplinarias, ante lo cual se declara en huelga, que continúa hoy día.

El Sindicato de Enseñanza de la CNT-AIT difunde toda esta espeluznante situación, ante lo cual la dirección del instituto (al mando de la cual se sitúa María Dolores Petit de Gabriel) declara que “todo es mentira”(¿?), aunque reconoce en un claustro de profesores celebrado el 17 de febrero (¡tres semanas después!) que ha habido contagios de estudiantes que casualmente coinciden justamente con los pisos y en las fechas en las que se obligó a Marijose a subir a esos lugares. Ese “todo es mentira” lo han extendido a toda la comunidad educativa del Felipe II, cuyos componentes lo han hecho suyo con escasas excepciones.

Cuando miembros de la CNT-AIT y vecinos del barrio han ido a la puerta del instituto a repartir panfletos informando sobre toda esta situación, miembros de la junta directiva y algunos profesores conminaban autoritariamente a los estudiantes a no cogerlos porque “no eran modos” (¿?) y en ellos “se decían mentiras”… ¡alucinante!.

¿Qué pasa por la cabeza de alguien que pone su autoritarismo por encima de la salud de los otros? ¿Es tan fuerte el sentimiento de poder? ¿Tan fuerte el defender unos privilegios  sociales y económicos que se pasa por encima de todo con tal de seguir manteniéndolos?

Y, por otra parte, ¿qué mecanismos de psicología social y de grupo se producen cuando casi toda la comunidad escolar reacciona así? ¿Qué se puede hacer ante tanto disloque mental individual y colectivo?

Hay todo un intento de victimización propia por parte de la dirección y de estamentos del instituto, cuando la víctima de estos hechos es Marijose.

Escribimos todo esto desde la más absoluta indignación, rabia e impotencia, porque la muerte de nuestra compañera y amiga podría haberse evitado.

Así pues, desde el Sindicato de Enseñanza de la CNT-AIT se reclama la dimisión de la directora, como responsable máxima de esta situación y se pide solidaridad hasta que no se haga justicia por todos estos hechos.

Por parte de la CNT-AIT, del colectivo Distrito 14 y de vecinos y vecinas del barrio se está llevando a cabo una campaña de información desde el inicio de esta situación. También se están planteando otro tipo de acciones (recogida de firmas, judiciales,…) que ayuden a esclarecer el caso y que no quede en el olvido tapado por las instituciones. Por todo ello, así como para apoyar la huelga indefinida del compañero de Marijose, se ha abierto una CAJA DE RESISTENCIA  en el siguiente número de cuenta:

ES46 1491 0001 2221 5841 7523 (Triodos Bank)

Sección Sindical de la CNT-AIT En el IES FelipeII