CHILE
Si en todas las latitudes el movimiento obrero que responde a los principios de la A.I.T. tropezó con grandes dificultades para su desarrollo, en Chile no lo fueron menos. Una franja de tierra de casi cuatro mil kilómetros de longitud semidespoblada, a pesar de sus numerosos puertos por los que penetran brisas de rebeldía, no es el escenario mas apropiado, para retener los esfuerzos de los que luchan por una causa realmente libertaria. Y los acontecimientos históricos tampoco fueron favorables a la causa de los que lucharon por su liberación. La revolución para librarse del dominio español, que en otras republicas debilito las corrientes reaccionarias del interior, en Chile, al igual que en Méjico, las dejo intactas. Su Iglesia, sus antiguos y nuevos ricos se distinguieron en retardados y feroces, como buenos herederos de España.
La riqueza de minerales de gran valor es en Chile fabulosa. Y explotada por los que allí llaman capitalismo aventurero: antes de servir para alimentar a los productores y habitantes del país, sirve para engrosar las cajas fuertes de los financieros de Berlín, Londres, Paris y otras capitales. Los grandes consorcios que explotan las riquezas están asesorados por hombres de los más expertos en problemas sociales, económicos y políticos que para el logro de sus fines lucrativos recurren a las maniobras más impúdicas. Con los políticos que forman los gobiernos de las republicas de indo-América, por su falta de experiencia y también de vergüenza juegan a la «pitaciega». Y si se resisten a sus maniobras los eliminan con golpes de Estado, suplantándolos con jerarcas militares que en estas encrucijadas hacen el papel de mercenarios: los que implantan dictaduras bajo las cuales ningún movimiento ni idea liberatriz puede tener desarrollo.
En medio de tales dificultades y a pesar de ellas, el movimiento obrero de Chile que responde a los fines de la A.I.T., tuvo un considerable desarrollo. Según Max Nettlau, ya en 1901 existían en Santiago, Valparaíso, Concepción, organizaciones que más tarde organizaran la Federación Regional Chilena, sección de la A.I.T. Por esta fecha también se registra la aparición del periódico de ideas «El Siglo XX», que fue seguido de otras publicaciones de diferentes nombres y épocas.
Bajo los golpes de Estado y las dictaduras motivando persecuciones, el movimiento desapareció de la superficie para volver a aparecer cuando se respiraba un mínimo de libertad; porque la idea creadora no la mato, ni la matará ninguna persecución.
Por las ráfagas idealistas y rebeldes que se propagaban entre los trabajadores y las bárbaras condiciones de trabajo que se les imponía. Particularmente en la explotación minera, se producían huelgas que por la represión que contra ellas se desencadenaba llegaban a violentas, terminando por lo regular en masacres, para lo cual se empleaban cuerpos del ejército. Los que ordenan tales matanzas son altos jefes, y en muchos casos se supo las altas sumas que los grandes consorcios capitalistas pagaron para efectivizar tales barbaridades.
Las matanzas de huelguistas que en Europa causarían espanto, allí se hicieron familiares. En Paris, 8 manifestantes que cayeron muertos en una manifestación para protestar contra el golpe de Estado que preparaban los colonialistas y fascistas en 1962, fueron acompañados al cementerio por la manifestación mas numerosa que se ha visto en esta capital. En Chile y otras republicas del centro, los huelguistas asesinados por las fuerzas del orden, son conducidos al cementerio con escoltas de las fuerzas armadas para que nadie se aproxime a darles el último adiós, y sin que los santos padres se escandalicen por tan tremenda herejía.
En 1929 la sección chilena de la A.I.T. contaba con efectivos para estar presente en el Congreso constituyente de la Asociación Continental Americana del Trabajo realizado en Buenos Aires. Pero a partir de esta fecha, el cáncer marxista asociado con la tuberculosis reformista, lograron en Chile desorientar y minimizar el movimiento de influencia anarquista como no lo habían logrado los piquetes de las fuerzas armadas que hacían muertos por docenas. La primera maniobra de marxistas, reformistas y ex anarquistas, consistía en dividir los gremios que respondían a la A.I.T., la segunda maniobra fue organizar una central con parte de los divididos que cayeron bajo su influencia. Y la tercera maniobra fue la organización de la Central Única. Unos cuantos anarquistas que aunque ya destemplados de cierto prestigio que lograron inducir a la sección de la A.I.T. chilena a esta maniobra, luego de constituida la central única fueron expulsados de la misma. Y se organizaron en un grupo al que llamaron Vanguardia Sindicalista, en la que los destemplados dieron el último suspiro.
Del movimiento obrero de influencia anarquista que en Chile responde a los principios de la A.I.T. quedan rescoldos, que si se les anima pueden ser un incentivo para reemprender su reorganización. Y el luchar por este resurgir debe de ser preocupación de todos los que se sienten anarquistas sin dobleces.
Si en todas las latitudes el movimiento obrero que responde a los principios de la A.I.T. tropezó con grandes dificultades para su desarrollo, en Chile no lo fueron menos. Una franja de tierra de casi cuatro mil kilómetros de longitud semidespoblada, a pesar de sus numerosos puertos por los que penetran brisas de rebeldía, no es el escenario mas apropiado, para retener los esfuerzos de los que luchan por una causa realmente libertaria. Y los acontecimientos históricos tampoco fueron favorables a la causa de los que lucharon por su liberación. La revolución para librarse del dominio español, que en otras republicas debilito las corrientes reaccionarias del interior, en Chile, al igual que en Méjico, las dejo intactas. Su Iglesia, sus antiguos y nuevos ricos se distinguieron en retardados y feroces, como buenos herederos de España.
La riqueza de minerales de gran valor es en Chile fabulosa. Y explotada por los que allí llaman capitalismo aventurero: antes de servir para alimentar a los productores y habitantes del país, sirve para engrosar las cajas fuertes de los financieros de Berlín, Londres, Paris y otras capitales. Los grandes consorcios que explotan las riquezas están asesorados por hombres de los más expertos en problemas sociales, económicos y políticos que para el logro de sus fines lucrativos recurren a las maniobras más impúdicas. Con los políticos que forman los gobiernos de las republicas de indo-América, por su falta de experiencia y también de vergüenza juegan a la «pitaciega». Y si se resisten a sus maniobras los eliminan con golpes de Estado, suplantándolos con jerarcas militares que en estas encrucijadas hacen el papel de mercenarios: los que implantan dictaduras bajo las cuales ningún movimiento ni idea liberatriz puede tener desarrollo.
En medio de tales dificultades y a pesar de ellas, el movimiento obrero de Chile que responde a los fines de la A.I.T., tuvo un considerable desarrollo. Según Max Nettlau, ya en 1901 existían en Santiago, Valparaíso, Concepción, organizaciones que más tarde organizaran la Federación Regional Chilena, sección de la A.I.T. Por esta fecha también se registra la aparición del periódico de ideas «El Siglo XX», que fue seguido de otras publicaciones de diferentes nombres y épocas.
Bajo los golpes de Estado y las dictaduras motivando persecuciones, el movimiento desapareció de la superficie para volver a aparecer cuando se respiraba un mínimo de libertad; porque la idea creadora no la mato, ni la matará ninguna persecución.
Por las ráfagas idealistas y rebeldes que se propagaban entre los trabajadores y las bárbaras condiciones de trabajo que se les imponía. Particularmente en la explotación minera, se producían huelgas que por la represión que contra ellas se desencadenaba llegaban a violentas, terminando por lo regular en masacres, para lo cual se empleaban cuerpos del ejército. Los que ordenan tales matanzas son altos jefes, y en muchos casos se supo las altas sumas que los grandes consorcios capitalistas pagaron para efectivizar tales barbaridades.
Las matanzas de huelguistas que en Europa causarían espanto, allí se hicieron familiares. En Paris, 8 manifestantes que cayeron muertos en una manifestación para protestar contra el golpe de Estado que preparaban los colonialistas y fascistas en 1962, fueron acompañados al cementerio por la manifestación mas numerosa que se ha visto en esta capital. En Chile y otras republicas del centro, los huelguistas asesinados por las fuerzas del orden, son conducidos al cementerio con escoltas de las fuerzas armadas para que nadie se aproxime a darles el último adiós, y sin que los santos padres se escandalicen por tan tremenda herejía.
En 1929 la sección chilena de la A.I.T. contaba con efectivos para estar presente en el Congreso constituyente de la Asociación Continental Americana del Trabajo realizado en Buenos Aires. Pero a partir de esta fecha, el cáncer marxista asociado con la tuberculosis reformista, lograron en Chile desorientar y minimizar el movimiento de influencia anarquista como no lo habían logrado los piquetes de las fuerzas armadas que hacían muertos por docenas. La primera maniobra de marxistas, reformistas y ex anarquistas, consistía en dividir los gremios que respondían a la A.I.T., la segunda maniobra fue organizar una central con parte de los divididos que cayeron bajo su influencia. Y la tercera maniobra fue la organización de la Central Única. Unos cuantos anarquistas que aunque ya destemplados de cierto prestigio que lograron inducir a la sección de la A.I.T. chilena a esta maniobra, luego de constituida la central única fueron expulsados de la misma. Y se organizaron en un grupo al que llamaron Vanguardia Sindicalista, en la que los destemplados dieron el último suspiro.
Del movimiento obrero de influencia anarquista que en Chile responde a los principios de la A.I.T. quedan rescoldos, que si se les anima pueden ser un incentivo para reemprender su reorganización. Y el luchar por este resurgir debe de ser preocupación de todos los que se sienten anarquistas sin dobleces.
