Desde la CNT-AIT queremos y debemos participar por obligación moral en la recuperación de la memoria de los nueve fusilados en Baredo (Bayona), en el lugar ya conocido como “A Volta dos Nove”.
Y queremos salir al paso, ya que en las últimas semanas se vienen publicando prácticamente todos los días noticias en los medios de comunicación sobre la exhumación de los restos mortales de los nueve fusilados en Baredo el 15 de octubre de 1936, pero nadie aclara por qué razón fueron fusilados.
Pues para información de las familias de los fallecidos (y de todo aquel que tenga interés en ello), sus familiares fueron asesinados por pertenecer a los sindicatos de la CNT en el Valle Miñor, y por desgracia no fueron los únicos, ya que el régimen franquista diseñó y acometió un plan de exterminio de las organizaciones obreras de este país, que continuó durante sus 40 años de dictadura. Concretamente pertenecían al Sindicato de Industrias Pesqueras “El Despertar del Valle” de Panjón, y el Sindicato de Marineros de Bayona. Estos sindicatos estaban adheridos a la poderosa Federación Regional de Industria Pesquera de la CNT de Galicia, que tenía en Julio de 1936, 18.000 afiliados, según los estudios del historiador Dionisio Pereira.
Fueron nueve los fusilados cobardemente, pero iban a ser diez. Uno de ellos, también afiliado al Sindicato de Industrias Pesqueras de Panjón, se salvó. El por qué de estos asesinatos se debe a lo ocurrido en la detención de los hermanos Pérez Luis, afiliados a la Sociedad Obrera de Sabarís (también vinculada a la CNT), por parte de los falangistas y la Guardia Civil. Uno de los hermanos era, a su vez, afiliado al PSOE; el otro era un destacado militante de la CNT, y articulista del periódico anarcosindicalista “Solidaridad Obrera”. El intento de detención provocó la muerte de un falangista y la posterior persecución y muerte de los dos hermanos. Como consecuencia de ello, los falangistas aplicaron el: “por cada uno que maten ellos, diez mataremos nosotros”. Pero no fueron a por cualquiera, eligieron a personas que de algún modo se habían señalado por su militancia.
¿Por qué razón en los actos de homenaje a los Nueve de Baredo, y en las noticias que informan sobre ellos se oculta su filiación sindical? ¿Será por que esos muertos no tenían nada que ver ni con el nacionalismo, ni con el republicanismo, ni con el actual modelo político?, pues todos ellos estaban vinculados al anarcosindicalismo que, en aquellos momentos, era la fuerza social organizada más numerosa en Galicia, y que por ello padeció más que ninguna las consecuencias del golpe militar de 1936.
Pero nosotros, consideramos que ahora no se trata tanto de rescatar los restos de dichos compañeros, como de reivindicar aquello que no murió todavía con la matanza de Manuel Aballe Domínguez, Felicísimo Antonio Pérez Pérez, Elías Alejandro Gonda Alonso, Manuel Francisco Lijó Pérez, Modesto Fernández Rodríguez, Fidel Leyenda Rodríguez, José Rodríguez González, Manuel Barbosa Durán, Generoso Valverde Iglesias. Y lo que no murieron son sus ideas, su sindicato, sus valores, ni su ética, razones por las que fueron vilmente asesinados. Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a estos muertos que siguen vivos, incluso en la memoria de aquellos que no tuvimos el honor de conocerlos.
Y queremos salir al paso, ya que en las últimas semanas se vienen publicando prácticamente todos los días noticias en los medios de comunicación sobre la exhumación de los restos mortales de los nueve fusilados en Baredo el 15 de octubre de 1936, pero nadie aclara por qué razón fueron fusilados.
Pues para información de las familias de los fallecidos (y de todo aquel que tenga interés en ello), sus familiares fueron asesinados por pertenecer a los sindicatos de la CNT en el Valle Miñor, y por desgracia no fueron los únicos, ya que el régimen franquista diseñó y acometió un plan de exterminio de las organizaciones obreras de este país, que continuó durante sus 40 años de dictadura. Concretamente pertenecían al Sindicato de Industrias Pesqueras “El Despertar del Valle” de Panjón, y el Sindicato de Marineros de Bayona. Estos sindicatos estaban adheridos a la poderosa Federación Regional de Industria Pesquera de la CNT de Galicia, que tenía en Julio de 1936, 18.000 afiliados, según los estudios del historiador Dionisio Pereira.
Fueron nueve los fusilados cobardemente, pero iban a ser diez. Uno de ellos, también afiliado al Sindicato de Industrias Pesqueras de Panjón, se salvó. El por qué de estos asesinatos se debe a lo ocurrido en la detención de los hermanos Pérez Luis, afiliados a la Sociedad Obrera de Sabarís (también vinculada a la CNT), por parte de los falangistas y la Guardia Civil. Uno de los hermanos era, a su vez, afiliado al PSOE; el otro era un destacado militante de la CNT, y articulista del periódico anarcosindicalista “Solidaridad Obrera”. El intento de detención provocó la muerte de un falangista y la posterior persecución y muerte de los dos hermanos. Como consecuencia de ello, los falangistas aplicaron el: “por cada uno que maten ellos, diez mataremos nosotros”. Pero no fueron a por cualquiera, eligieron a personas que de algún modo se habían señalado por su militancia.
¿Por qué razón en los actos de homenaje a los Nueve de Baredo, y en las noticias que informan sobre ellos se oculta su filiación sindical? ¿Será por que esos muertos no tenían nada que ver ni con el nacionalismo, ni con el republicanismo, ni con el actual modelo político?, pues todos ellos estaban vinculados al anarcosindicalismo que, en aquellos momentos, era la fuerza social organizada más numerosa en Galicia, y que por ello padeció más que ninguna las consecuencias del golpe militar de 1936.
Pero nosotros, consideramos que ahora no se trata tanto de rescatar los restos de dichos compañeros, como de reivindicar aquello que no murió todavía con la matanza de Manuel Aballe Domínguez, Felicísimo Antonio Pérez Pérez, Elías Alejandro Gonda Alonso, Manuel Francisco Lijó Pérez, Modesto Fernández Rodríguez, Fidel Leyenda Rodríguez, José Rodríguez González, Manuel Barbosa Durán, Generoso Valverde Iglesias. Y lo que no murieron son sus ideas, su sindicato, sus valores, ni su ética, razones por las que fueron vilmente asesinados. Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a estos muertos que siguen vivos, incluso en la memoria de aquellos que no tuvimos el honor de conocerlos.