En la mañana del jueves, día 12 (Agosto de 1937), sin mandato legal ni orden alguna que justificase tal actitud, irrumpieron el domicilio del Comité Regional de la CNT gran cantidad de fuerzas de la 11 División, al frente de las cuales iban un Comandante, apellidado Arroyo y un Comisario político de uno de los Batallones de la 100 Brigada Mixta, los que procedieron a efectuar un registro en dicho local, siendo advertidos por los compañeros que restaban del Comité Regional, que debían llevar orden expresa y escrita de verificar tal registro, suscrita por la autoridad civil a cuyo fuero, como paisanos, nos hallábamos sometidos.
Por lo tanto, el que fuesen fuerzas militares las que realizasen tal diligencia, fue motivo para que se consultase al Gobernador General de Aragón, el cual, por teléfono y en presencia nuestra, desautorizó a los oficiales que mandaban las fuerzas que habían entrado en nuestro domicilio social y advirtió que de ninguna forma se llegase a la incautación o clausura del referido Centro. A tal medida, el Comisario antedicho manifestó que a él no le importaba nada en absoluto el Gobernador General, ya que tenía órdenes secretas que forzosamente había de cumplimentar. Horas después secundaron la labor de los elemento militares, fuerzas de Orden Público, que prosiguieron la labor iniciada por aquellas, practicando detenciones y encontrando algunas armas en el local.
A la vez se procedía en todos los centros sindicales de la C.N.T. - F.A.I. y Juventudes Libertarias, a efectuar idénticos registros y detenciones de los compañeros que en ellos se hallaban.
En la tarde del mismo día, encontrándose reunidos en la Casa Consistorial el Consejo Municipal en pleno, para tratar de la contestación que tenía que enviar al saludo que el Gobernador General de Aragón había remitido al Consejo Municipal de Alcañiz, se presentó un Comisario con fuerzas a sus órdenes y exhibiendo una autorización del Juez de Instrucciones de la Plaza, procedieron a efectuar un cacheo en todas las dependencias del referido Consejo, notificándoles que mientras no se diesen por terminados los cacheos permanecían detenidos los Consejeros en el Salón de Sesiones donde se hallaban. Una vez terminado el registro, se les comunicó que quedaban detenidos y a disposición del Gobernador por haberse encontrado determinada cantidad de plata en monedas de cinco pesetas, cantidad que el Consejo Municipal había llevado repetidas vaces al Departamento de Hacienda del Consejo de Aragón en Caspe para que en él le aclarasen el alcance de la disposición que prohibía tener plata. Después de permanecer detenidos en el Consejo Municipal durante más de cuatro horas, una Sección de guardias de Asalto los trasladó a Comisaría y de allí a la cárcel. Al día siguiente vino el Juez a tomarles declaración para determinar si había lugar a procesamiento; seguidamente fue llamado y trasladado de la cárcel al Consejo Municipal el Presidente destituido para que ante una Comisión Gestora nombrada, según acreditaban sus credenciales, por el Teniente Coronel de la Plaza, hiciese entrega de los fondos municipales. Dicha Comisión Gestora está integrada por cuatro Consejeros: Ángel Sanz Navarro, de Izquierda Republicana; Pascual Noguera Gómez y Angel Sánchez, por la U.G.T.; y. Fabián Gil Barberán del Partido Comunista, haciendo constar que de esta Comisión, solamente hay uno que sea vecino de la localidad. Con los Consejeros fue detenido también todo el personal empleado en las oficinas y dependencias del Consejo Municipal.
En último registro practicado en el Comité Regional de la C.N.T, dio como resultado el hallazgo de una cantidad aproximada de doscientos jamones, que obraban en poder de dicho Comité como depósito del pueblo de Segura de Baños, que había tenido que ser evacuado hacía unos meses por hallarse enclavado en la línea de fuego de determinado sector del frente aragonés. Como de dichos jamones existían en poder del Comité Regional a la vez que en el del Consejo Municipal del mencionado pueblo recibo de la entrega de los mismos, que deberían ser devueltos cuando el citado Consejo Municipal estimase necesario. Los compañeros del Comité Regional no creyeron oportuno oponerse a la incautación practicada por las fuerzas de la 11 División, ya que comprendían que ni aún él tenía autoridad y derecho para disponer de los mencionados jamones.
Con este hallazgo se ha especulado de una forma deplorable e insultante contra la moralidad y honradez de la Organización Confederal, ya que sabiendo como se advirtió a las fuerzas que se los llevaron, que dichos jamones pertenecían a los evacuados del referido pueblo de Segura de Baños, estas los exhibieron amontonados en el patio del Comité Regional, creando en el pueblo una aversión hacia las compañeros del Comité Regional. Al mismo tiempo se recrudecía la persecución más sañuda contra los componentes de dicho Comité así como la de todas las compañeras y familiares, entre ellos buen número de niños que sin ninguna consideración fueron detenidos y conducidos a la cárcel, donde han permanecido dos días. Las mismas fuerzas, después de destrozar las paredes y el suelo del edificio, desvalijaron todas las Secretarías y habitaciones particulares, destrozando algunos muebles y llevándose ropas de uso personal así como diez máquinas de escribir y otros enseres de las Secretarías. Esas mismas fuerzas se atrevieron a abrir la correspondencia dirigida al Comité Regional en presencia del compañero Contador. También se incautaron las fuerzas de la 11 División de siete automóviles, una camioneta y dos motocicletas, propiedad de este Comité Regional y de los cuales existían patentes extendidas por la Delegación de Hacienda del Gobierno de la República en Castellón. Igualmente se han incautado de todas las cabezas de ganado lanar pertenecientes a la Colectividad de pastores, sin tener para nada en cuenta las constantes disposiciones que las autoridades de la República han dictado relativas a la reproducción y limitación del consumo de ganado.
Todos los detenidos han sido objeto del peor trato y de los mayores insultos contra sí y sus familiares pronunciados por las fuerzas de la 11 División que se han comportado de una manera incivil para con el pueblo de Alcañiz. Algún compañero, entre ellos Ramón Jallo, han escuchado de labios del propio Comandante Jefe de la citada División, Líster, amenazas de muerte.
Se ha procedido igualmente en Alcañiz, por parte de la 11 División la requisa de cuantos vehículos poseía la Colectividad de Transportes y a la intervención de los talleres en los cuales se hacen ahora las reparaciones de los coches de la 11 División, dejando sin servir las atenciones necesarias de los pueblos cercanos y la localidad, que no pueden suministrarse de los víveres necesarios, creando con ello un grave problema de hambre en los pueblos.
Tenemos datos elocuentes de cuanto en otros pueblos de Aragón ha acontecido, no solo por ésta, sino por otras Divisiones o Brigadas igualmente comprendidas en el Ejército Popular Regular.
En Esplús, fuerzas de la 27 División, entraron desplegadas en guerrilla y haciendo fuego contra unos campesinos que se hallaban trabajando en la huerta. Seguidamente practicaron diversas detenciones, entre ellas la de varios milicianos de la 127 Brigada Mixta, que se hallaban con permiso en dicho pueblo.
En Alcolea de Cinca, fuerzas de la misma División, procedieron a la detención de los miembros del Consejo Municipal, exigiéndoles a la vez, que fueran entregadas la mitad de las verduras y cincuenta litros de leche diarios. Un local habilitado para los ancianos de los pueblos próximos al frente, refugiados en el mismo y debidamente atendidos por la Colectividad, fue incautado por las mismas fuerzas arrojando a la calle sin la menor de las consideraciones a los ancianos que en él se hallaban. También se incautaron de los Locales de los Sindicatos, Juventudes Libertarias, destrozando las banderas y colocando una marxista en el local de las Juventudes Socialistas Unificadas, creadas en aquella misma fecha.
En Barbastro, el día 13 de madrugada, fuerzas de Orden Público, con elementos civiles del Partido Comunista, tomaron por asalto la casa. C.N.T.-F.A.I, incautándose de ella las fuerzas mencionadas que la habitan actualmente, llevándose detenidos a todos los compañeros que en ella se hallaban. El resumen total de detenciones practicadas asciende a más de sesenta.
En Monzón, las mismas fuerzas se incautaron de los locales de la C.N.T. y detuvieron a todos los miembros del Consejo Municipal de la Localidad, trasladándoles a Barbastro, donde fueron encarcelados los representantes de la C.N.T. en el Consejo y puestos en libertad los de la U.G.T.
El día 12 del mes en curso, se personaron en el pueblo de Angues, fuerzas pertenecientes a la 133 Brigada Mixta. Un kilómetro antes de llegar al pueblo apagaron las luces de los camiones y procedieron a desplegar en guerrilla, como si se tratase de la ocupación de algún pueblo de la zona facciosa. Hacemos constar que en el citado pueblo se hallaban de guarnición las fuerzas de la Sección Cuerpo de Tren y Compañía de Intendencia de la 127 Brigada Mixta. Personadas las fuerzas de la 133 Brigada en el pueblo, procedieron en primer lugar a efectuar un registro en el local del Sindicato Único de Trabajadores de la C.N.T., incautándose de un aparato de radio y una máquina de escribir, destrozando por completo las alegorías y Biblioteca existentes en el mismo. Después procedieron a la busca y detención de los compañeros que constituían el Consejo Municipal, siendo detenidos cinco de ellos. Posteriormente y sobre las doce de la noche emplazaron en la plaza del pueblo cuatro ametralladoras frente a lo que antes fue iglesia, convertida hoy en almacén de víveres que se hallaba custodiado por fuerzas de la 127 Brigada, a las que invitaron a retirarse del local y a que les hicieran entrega de las llaves del mismo.
Las fuerzas que ocupaban el almacén de Intendencia, naturalmente, se negaron a acceder a tales pretensiones, ya que las fuerzas que tal cosa pretendían no llevaban ni tan siquiera orden expresa por escrito del Jefe de su Brigada para hacerlo. Durante la noche y día siguiente se continuaron practicando los registros en domicilios y centros de consumo, apoderándose en el almacén del Comité Comarcal de Colectividades de treinta sacos de azúcar, algunos kilos de café y buen número de aves de corral que se habían llevado de los domicilios de algunos ciudadanos. A las cinco de la tarde del día 13, marcharon del pueblo las referidas fuerzas, dejando en el vecindario, al igual que en todos los pueblos por donde pasaron, un recuerdo nada grato por los robos y atropellos de que hicieron objeto a sus habitantes. Y por último, en la mañana del día 14, sobre las nueve horas, un nuevo grupo de soldados de la misma Brigada, se presentó en los locales de la Colectividad, y encañonando a dos ciudadanos inútiles que se hallaban haciendo la distribución de los alimentos, se llevaron la única máquina de escribir que quedaba en el pueblo, completando así el saqueo del día anterior.
Otro hecho lamentable ocurrió en la Comarcal de Mas de las Matas. Cuando de este pueblo se dirigían a Alcañiz cuatro guardias de orden público del Consejo de Aragón, al llegar a las inmediaciones de esta última población, las guardias que minutos antes se habían establecido en la carretera los detuvieron, conduciéndoles al Cuartel General que la 11 División tenía instalado en la carretera de Alcañiz a Caspe. Como estos compañeros eran custodiados por un coche que marchaba ante ellos, con fuerzas de la mencionada división, supusieron -y para suponerlo tenían suficientes motivos por la actitud nada correcta de quienes los detuvieron- que iban a ser fusilados. Bajo tal impresión, dos de ellos se lanzaron del coche en marcha, yendo a caer en las cuneta de la carretera y aprovechando la oscuridad de la noche pudieron escapar. Los otros dos, continuaron su marcha, en el coche, sin que hasta la fecha se tengan noticias de su paradero.
Del pueblo de Valderrobres, fueron detenidos los compañeros Jacinto Prades, Manuel Cardona y Sebastián Boltaina, los cuales se dirigían a Alcañiz con objeto de adquirir abonos para la próxima siembra. A su llegada a Alcañiz fueron detenidos, conducidos al Cuartel General de la 11 División y enviados más tarde al lugar donde se hallaban secuestrados los compañeros del Comité Regional, donde permanecieron hasta que fueron puestos en libertad estos últimos. Por referencias, sabemos que quien efectuó la detención de estos compañeros y la incautación del coche que los conducía fue un capitán apellidado Benages.
En Montalbán, fuerzas de la 30 División practicaron registros en los centros sindicales y en el Consejo Municipal, procediendo a la detención de varios compañeros y miembros del Consejo.
En Utrillas, se repitieron por las mismas fuerzas los registros y las detenciones.
En Escucha, prosiguió el registro de los centros sindicales y Consejo Municipal, de los cuales se llevaron los muebles y las máquinas de escribir. Fueron detenidos todos los componentes del Consejo Municipal, concediéndose después la libertad solamente a los representantes de la U.G.T. en el Consejo.
En Palomar de Arroyos, se practicaron igualmente registros y detenciones, entre ellas la del Presidente del Consejo Municipal, llegando en los registros a llevarse como objeto delictivo unos pendientes de niña, de la hija del Conserje del Sindicato.
En Muniese, fuerzas de la 27 División, que hace un tiempo se hallan descansando en dicha localidad, realizan constantemente una labor destructora de las Colectividades. Días pasados los Jefes de dicha División, organizaron un mitin invitando al pueblo, que se percató de la maniobra que con el acto se perseguía y no acudió, motivo por el cual fue suspendido el anunciado mitin.
En los pueblos de La Hoz de la Vieja, Alcaine, Josa y Obón se practicaron registros que dieron por resultado el hallazgo de algunas escopetas viejas.
En Blesa, fuerzas de la misma División, durante la noche, se dedicaron a enbadurnar las paredes del pueblo, con inscripciones despectivas para la C.N.T., la Revolución y las Colectividades. En dicho pueblo y la misma noche en que realizaban lo anteriormente expuesto, se llevaron un carro que efectuaba el reparto de carne de la Colectividad y pintaron sobre su toldo un gallo y debajo la inscripción "Esto es el Comité de la C.N.T.". Los compañeros del pueblo trasladaron el carro al Jefe de la 27 División, para que castigase a quienes se mofaban y desprestigiaban a una Organización responsable. Disimulando mal la satisfacción que le producía aquel hecho, éste les contestó, que no podía hacer nada en aquel asunto, que no era de su competencia.
Estas son las pruebas concluyentes que el Comité Regional de la C.N.T. en Aragón, presenta a las autoridades de la República para que se sancione a los que de forma tan incorrecta se comportan con los campesinos que se esfuerzan constantemente para que nada falte en los frentes de guerra y en la retaguardia. El resultado de este desenfreno, solo comparable a la actuación vandálica de las fuerzas represivas que asesinaron al proletariado astur en la gesta heroica de Octubre de 1934, o a las prácticas que se suceden cuando las hordas franquistas irrumpen en los pueblos españoles, al que la pasión impulsó hacia límites insospechados y ante el cual el pueblo aragonés contuvo su justa indignación y adoptó una actitud excesivamente atenta a los frentes de lucha, que los obligados a mantenerla no supieron o no quisieron respetar, no tardará en observarse. Conocemos lo bastante a los pueblos aragoneses para poder afirmar que si en Aragón no cesan las provocaciones y las injurias que contra el pueblo y la Organización confederal se cometen, si no se sanciona con energía a los que tan indignamente procedieron, si no se liberta a los que el terror mantuvo presos, si no se reivindica plenamente la dignidad de una Organización mancillada por la maledicencia y las maniobras elevadas a odio, si no se restituyen todos los efectos y armas incautadas al pueblo, si no se garantiza el normal desenvolvimiento, dentro de la ley, de nuestra Organización, si no se respeta nuestra obra y nuestros hombres, estamos seguros que los trabajadores aragoneses formarán un concepto demasiado desfavorable de quienes, teniendo obligación de administrar justicia, se dedicaron a favorecer el crecimiento innoble de un partido, que incapaz de lograr adeptos por el convencimiento, han preferido tenerlos por el terror y la calumnia.
Y mientras a nosotros, repetimos, no so nos asegure un normal desenvolvimiento de todas nuestras lícitas y necesarias actividades, no podremos hacernos responsables ni evitar que los acuerdos que nuestra Organización adopte en un plano nacional sean interpretados torcidamente por los pueblos que se hallan hoy privados de comunicación, de militantes, de vehículos, que unas Brigadas más interesadas en servir las inconveniencias de un partido que de las de la lucha contra el fascismo les privaron en absoluto de todo ello.
Con toda la serenidad de que podemos hacer gala en estos momentos, con toda la energía de que hasta hoy no hicimos uso, en aras de la cordialidad antifascista que más que nunca estamos dispuestos a mantener, exigimos que cese la persecución de nuestros militantes, la clausura de nuestros centros; que se restituyan todos los objetos, locales y valores incautados y se apliquen enérgicas sanciones a quienes practicaron y fomentaron los actos de barbarie que invitamos a las autoridades, a quien nos dirigimos, a que sean comprobados con toda urgencia.
Nada más. Esperamos que se resuelva inmediatamente este enojoso asunto de la actualidad aragonesa, teniendo siempre en cuenta la realidad de nuestros frentes que resulta monstruoso y criminal dejar desatendidos para dedicar a las fuerzas del Ejército Popular a mantener e introducir una política que el pueblo repudia porque para truncar sus libertades y sus conquistas parece ser nacida, ya que en lograrlo cifra sus mayores afanes.
Por lo tanto, el que fuesen fuerzas militares las que realizasen tal diligencia, fue motivo para que se consultase al Gobernador General de Aragón, el cual, por teléfono y en presencia nuestra, desautorizó a los oficiales que mandaban las fuerzas que habían entrado en nuestro domicilio social y advirtió que de ninguna forma se llegase a la incautación o clausura del referido Centro. A tal medida, el Comisario antedicho manifestó que a él no le importaba nada en absoluto el Gobernador General, ya que tenía órdenes secretas que forzosamente había de cumplimentar. Horas después secundaron la labor de los elemento militares, fuerzas de Orden Público, que prosiguieron la labor iniciada por aquellas, practicando detenciones y encontrando algunas armas en el local.
A la vez se procedía en todos los centros sindicales de la C.N.T. - F.A.I. y Juventudes Libertarias, a efectuar idénticos registros y detenciones de los compañeros que en ellos se hallaban.
En la tarde del mismo día, encontrándose reunidos en la Casa Consistorial el Consejo Municipal en pleno, para tratar de la contestación que tenía que enviar al saludo que el Gobernador General de Aragón había remitido al Consejo Municipal de Alcañiz, se presentó un Comisario con fuerzas a sus órdenes y exhibiendo una autorización del Juez de Instrucciones de la Plaza, procedieron a efectuar un cacheo en todas las dependencias del referido Consejo, notificándoles que mientras no se diesen por terminados los cacheos permanecían detenidos los Consejeros en el Salón de Sesiones donde se hallaban. Una vez terminado el registro, se les comunicó que quedaban detenidos y a disposición del Gobernador por haberse encontrado determinada cantidad de plata en monedas de cinco pesetas, cantidad que el Consejo Municipal había llevado repetidas vaces al Departamento de Hacienda del Consejo de Aragón en Caspe para que en él le aclarasen el alcance de la disposición que prohibía tener plata. Después de permanecer detenidos en el Consejo Municipal durante más de cuatro horas, una Sección de guardias de Asalto los trasladó a Comisaría y de allí a la cárcel. Al día siguiente vino el Juez a tomarles declaración para determinar si había lugar a procesamiento; seguidamente fue llamado y trasladado de la cárcel al Consejo Municipal el Presidente destituido para que ante una Comisión Gestora nombrada, según acreditaban sus credenciales, por el Teniente Coronel de la Plaza, hiciese entrega de los fondos municipales. Dicha Comisión Gestora está integrada por cuatro Consejeros: Ángel Sanz Navarro, de Izquierda Republicana; Pascual Noguera Gómez y Angel Sánchez, por la U.G.T.; y. Fabián Gil Barberán del Partido Comunista, haciendo constar que de esta Comisión, solamente hay uno que sea vecino de la localidad. Con los Consejeros fue detenido también todo el personal empleado en las oficinas y dependencias del Consejo Municipal.
En último registro practicado en el Comité Regional de la C.N.T, dio como resultado el hallazgo de una cantidad aproximada de doscientos jamones, que obraban en poder de dicho Comité como depósito del pueblo de Segura de Baños, que había tenido que ser evacuado hacía unos meses por hallarse enclavado en la línea de fuego de determinado sector del frente aragonés. Como de dichos jamones existían en poder del Comité Regional a la vez que en el del Consejo Municipal del mencionado pueblo recibo de la entrega de los mismos, que deberían ser devueltos cuando el citado Consejo Municipal estimase necesario. Los compañeros del Comité Regional no creyeron oportuno oponerse a la incautación practicada por las fuerzas de la 11 División, ya que comprendían que ni aún él tenía autoridad y derecho para disponer de los mencionados jamones.
Con este hallazgo se ha especulado de una forma deplorable e insultante contra la moralidad y honradez de la Organización Confederal, ya que sabiendo como se advirtió a las fuerzas que se los llevaron, que dichos jamones pertenecían a los evacuados del referido pueblo de Segura de Baños, estas los exhibieron amontonados en el patio del Comité Regional, creando en el pueblo una aversión hacia las compañeros del Comité Regional. Al mismo tiempo se recrudecía la persecución más sañuda contra los componentes de dicho Comité así como la de todas las compañeras y familiares, entre ellos buen número de niños que sin ninguna consideración fueron detenidos y conducidos a la cárcel, donde han permanecido dos días. Las mismas fuerzas, después de destrozar las paredes y el suelo del edificio, desvalijaron todas las Secretarías y habitaciones particulares, destrozando algunos muebles y llevándose ropas de uso personal así como diez máquinas de escribir y otros enseres de las Secretarías. Esas mismas fuerzas se atrevieron a abrir la correspondencia dirigida al Comité Regional en presencia del compañero Contador. También se incautaron las fuerzas de la 11 División de siete automóviles, una camioneta y dos motocicletas, propiedad de este Comité Regional y de los cuales existían patentes extendidas por la Delegación de Hacienda del Gobierno de la República en Castellón. Igualmente se han incautado de todas las cabezas de ganado lanar pertenecientes a la Colectividad de pastores, sin tener para nada en cuenta las constantes disposiciones que las autoridades de la República han dictado relativas a la reproducción y limitación del consumo de ganado.
Todos los detenidos han sido objeto del peor trato y de los mayores insultos contra sí y sus familiares pronunciados por las fuerzas de la 11 División que se han comportado de una manera incivil para con el pueblo de Alcañiz. Algún compañero, entre ellos Ramón Jallo, han escuchado de labios del propio Comandante Jefe de la citada División, Líster, amenazas de muerte.
Se ha procedido igualmente en Alcañiz, por parte de la 11 División la requisa de cuantos vehículos poseía la Colectividad de Transportes y a la intervención de los talleres en los cuales se hacen ahora las reparaciones de los coches de la 11 División, dejando sin servir las atenciones necesarias de los pueblos cercanos y la localidad, que no pueden suministrarse de los víveres necesarios, creando con ello un grave problema de hambre en los pueblos.
Tenemos datos elocuentes de cuanto en otros pueblos de Aragón ha acontecido, no solo por ésta, sino por otras Divisiones o Brigadas igualmente comprendidas en el Ejército Popular Regular.
En Esplús, fuerzas de la 27 División, entraron desplegadas en guerrilla y haciendo fuego contra unos campesinos que se hallaban trabajando en la huerta. Seguidamente practicaron diversas detenciones, entre ellas la de varios milicianos de la 127 Brigada Mixta, que se hallaban con permiso en dicho pueblo.
En Alcolea de Cinca, fuerzas de la misma División, procedieron a la detención de los miembros del Consejo Municipal, exigiéndoles a la vez, que fueran entregadas la mitad de las verduras y cincuenta litros de leche diarios. Un local habilitado para los ancianos de los pueblos próximos al frente, refugiados en el mismo y debidamente atendidos por la Colectividad, fue incautado por las mismas fuerzas arrojando a la calle sin la menor de las consideraciones a los ancianos que en él se hallaban. También se incautaron de los Locales de los Sindicatos, Juventudes Libertarias, destrozando las banderas y colocando una marxista en el local de las Juventudes Socialistas Unificadas, creadas en aquella misma fecha.
En Barbastro, el día 13 de madrugada, fuerzas de Orden Público, con elementos civiles del Partido Comunista, tomaron por asalto la casa. C.N.T.-F.A.I, incautándose de ella las fuerzas mencionadas que la habitan actualmente, llevándose detenidos a todos los compañeros que en ella se hallaban. El resumen total de detenciones practicadas asciende a más de sesenta.
En Monzón, las mismas fuerzas se incautaron de los locales de la C.N.T. y detuvieron a todos los miembros del Consejo Municipal de la Localidad, trasladándoles a Barbastro, donde fueron encarcelados los representantes de la C.N.T. en el Consejo y puestos en libertad los de la U.G.T.
El día 12 del mes en curso, se personaron en el pueblo de Angues, fuerzas pertenecientes a la 133 Brigada Mixta. Un kilómetro antes de llegar al pueblo apagaron las luces de los camiones y procedieron a desplegar en guerrilla, como si se tratase de la ocupación de algún pueblo de la zona facciosa. Hacemos constar que en el citado pueblo se hallaban de guarnición las fuerzas de la Sección Cuerpo de Tren y Compañía de Intendencia de la 127 Brigada Mixta. Personadas las fuerzas de la 133 Brigada en el pueblo, procedieron en primer lugar a efectuar un registro en el local del Sindicato Único de Trabajadores de la C.N.T., incautándose de un aparato de radio y una máquina de escribir, destrozando por completo las alegorías y Biblioteca existentes en el mismo. Después procedieron a la busca y detención de los compañeros que constituían el Consejo Municipal, siendo detenidos cinco de ellos. Posteriormente y sobre las doce de la noche emplazaron en la plaza del pueblo cuatro ametralladoras frente a lo que antes fue iglesia, convertida hoy en almacén de víveres que se hallaba custodiado por fuerzas de la 127 Brigada, a las que invitaron a retirarse del local y a que les hicieran entrega de las llaves del mismo.
Las fuerzas que ocupaban el almacén de Intendencia, naturalmente, se negaron a acceder a tales pretensiones, ya que las fuerzas que tal cosa pretendían no llevaban ni tan siquiera orden expresa por escrito del Jefe de su Brigada para hacerlo. Durante la noche y día siguiente se continuaron practicando los registros en domicilios y centros de consumo, apoderándose en el almacén del Comité Comarcal de Colectividades de treinta sacos de azúcar, algunos kilos de café y buen número de aves de corral que se habían llevado de los domicilios de algunos ciudadanos. A las cinco de la tarde del día 13, marcharon del pueblo las referidas fuerzas, dejando en el vecindario, al igual que en todos los pueblos por donde pasaron, un recuerdo nada grato por los robos y atropellos de que hicieron objeto a sus habitantes. Y por último, en la mañana del día 14, sobre las nueve horas, un nuevo grupo de soldados de la misma Brigada, se presentó en los locales de la Colectividad, y encañonando a dos ciudadanos inútiles que se hallaban haciendo la distribución de los alimentos, se llevaron la única máquina de escribir que quedaba en el pueblo, completando así el saqueo del día anterior.
Otro hecho lamentable ocurrió en la Comarcal de Mas de las Matas. Cuando de este pueblo se dirigían a Alcañiz cuatro guardias de orden público del Consejo de Aragón, al llegar a las inmediaciones de esta última población, las guardias que minutos antes se habían establecido en la carretera los detuvieron, conduciéndoles al Cuartel General que la 11 División tenía instalado en la carretera de Alcañiz a Caspe. Como estos compañeros eran custodiados por un coche que marchaba ante ellos, con fuerzas de la mencionada división, supusieron -y para suponerlo tenían suficientes motivos por la actitud nada correcta de quienes los detuvieron- que iban a ser fusilados. Bajo tal impresión, dos de ellos se lanzaron del coche en marcha, yendo a caer en las cuneta de la carretera y aprovechando la oscuridad de la noche pudieron escapar. Los otros dos, continuaron su marcha, en el coche, sin que hasta la fecha se tengan noticias de su paradero.
Del pueblo de Valderrobres, fueron detenidos los compañeros Jacinto Prades, Manuel Cardona y Sebastián Boltaina, los cuales se dirigían a Alcañiz con objeto de adquirir abonos para la próxima siembra. A su llegada a Alcañiz fueron detenidos, conducidos al Cuartel General de la 11 División y enviados más tarde al lugar donde se hallaban secuestrados los compañeros del Comité Regional, donde permanecieron hasta que fueron puestos en libertad estos últimos. Por referencias, sabemos que quien efectuó la detención de estos compañeros y la incautación del coche que los conducía fue un capitán apellidado Benages.
En Montalbán, fuerzas de la 30 División practicaron registros en los centros sindicales y en el Consejo Municipal, procediendo a la detención de varios compañeros y miembros del Consejo.
En Utrillas, se repitieron por las mismas fuerzas los registros y las detenciones.
En Escucha, prosiguió el registro de los centros sindicales y Consejo Municipal, de los cuales se llevaron los muebles y las máquinas de escribir. Fueron detenidos todos los componentes del Consejo Municipal, concediéndose después la libertad solamente a los representantes de la U.G.T. en el Consejo.
En Palomar de Arroyos, se practicaron igualmente registros y detenciones, entre ellas la del Presidente del Consejo Municipal, llegando en los registros a llevarse como objeto delictivo unos pendientes de niña, de la hija del Conserje del Sindicato.
En Muniese, fuerzas de la 27 División, que hace un tiempo se hallan descansando en dicha localidad, realizan constantemente una labor destructora de las Colectividades. Días pasados los Jefes de dicha División, organizaron un mitin invitando al pueblo, que se percató de la maniobra que con el acto se perseguía y no acudió, motivo por el cual fue suspendido el anunciado mitin.
En los pueblos de La Hoz de la Vieja, Alcaine, Josa y Obón se practicaron registros que dieron por resultado el hallazgo de algunas escopetas viejas.
En Blesa, fuerzas de la misma División, durante la noche, se dedicaron a enbadurnar las paredes del pueblo, con inscripciones despectivas para la C.N.T., la Revolución y las Colectividades. En dicho pueblo y la misma noche en que realizaban lo anteriormente expuesto, se llevaron un carro que efectuaba el reparto de carne de la Colectividad y pintaron sobre su toldo un gallo y debajo la inscripción "Esto es el Comité de la C.N.T.". Los compañeros del pueblo trasladaron el carro al Jefe de la 27 División, para que castigase a quienes se mofaban y desprestigiaban a una Organización responsable. Disimulando mal la satisfacción que le producía aquel hecho, éste les contestó, que no podía hacer nada en aquel asunto, que no era de su competencia.
Estas son las pruebas concluyentes que el Comité Regional de la C.N.T. en Aragón, presenta a las autoridades de la República para que se sancione a los que de forma tan incorrecta se comportan con los campesinos que se esfuerzan constantemente para que nada falte en los frentes de guerra y en la retaguardia. El resultado de este desenfreno, solo comparable a la actuación vandálica de las fuerzas represivas que asesinaron al proletariado astur en la gesta heroica de Octubre de 1934, o a las prácticas que se suceden cuando las hordas franquistas irrumpen en los pueblos españoles, al que la pasión impulsó hacia límites insospechados y ante el cual el pueblo aragonés contuvo su justa indignación y adoptó una actitud excesivamente atenta a los frentes de lucha, que los obligados a mantenerla no supieron o no quisieron respetar, no tardará en observarse. Conocemos lo bastante a los pueblos aragoneses para poder afirmar que si en Aragón no cesan las provocaciones y las injurias que contra el pueblo y la Organización confederal se cometen, si no se sanciona con energía a los que tan indignamente procedieron, si no se liberta a los que el terror mantuvo presos, si no se reivindica plenamente la dignidad de una Organización mancillada por la maledicencia y las maniobras elevadas a odio, si no se restituyen todos los efectos y armas incautadas al pueblo, si no se garantiza el normal desenvolvimiento, dentro de la ley, de nuestra Organización, si no se respeta nuestra obra y nuestros hombres, estamos seguros que los trabajadores aragoneses formarán un concepto demasiado desfavorable de quienes, teniendo obligación de administrar justicia, se dedicaron a favorecer el crecimiento innoble de un partido, que incapaz de lograr adeptos por el convencimiento, han preferido tenerlos por el terror y la calumnia.
Y mientras a nosotros, repetimos, no so nos asegure un normal desenvolvimiento de todas nuestras lícitas y necesarias actividades, no podremos hacernos responsables ni evitar que los acuerdos que nuestra Organización adopte en un plano nacional sean interpretados torcidamente por los pueblos que se hallan hoy privados de comunicación, de militantes, de vehículos, que unas Brigadas más interesadas en servir las inconveniencias de un partido que de las de la lucha contra el fascismo les privaron en absoluto de todo ello.
Con toda la serenidad de que podemos hacer gala en estos momentos, con toda la energía de que hasta hoy no hicimos uso, en aras de la cordialidad antifascista que más que nunca estamos dispuestos a mantener, exigimos que cese la persecución de nuestros militantes, la clausura de nuestros centros; que se restituyan todos los objetos, locales y valores incautados y se apliquen enérgicas sanciones a quienes practicaron y fomentaron los actos de barbarie que invitamos a las autoridades, a quien nos dirigimos, a que sean comprobados con toda urgencia.
Nada más. Esperamos que se resuelva inmediatamente este enojoso asunto de la actualidad aragonesa, teniendo siempre en cuenta la realidad de nuestros frentes que resulta monstruoso y criminal dejar desatendidos para dedicar a las fuerzas del Ejército Popular a mantener e introducir una política que el pueblo repudia porque para truncar sus libertades y sus conquistas parece ser nacida, ya que en lograrlo cifra sus mayores afanes.
Por el Comité Regional.
El Secretario.
Francisco Muñoz.
Alcañiz, 18 de Agosto de 1937.
El Secretario.
Francisco Muñoz.
Alcañiz, 18 de Agosto de 1937.